29
kahlan pasó la mirada del rostro preocupado de Richard al refulgente símbolo hecho a base de líneas de luz ámbar que giraba despacio en el techo.
—Lo reconoces, ¿verdad?
Richard asintió mientras observaba cómo el complejo emblema de luz daba vueltas en el techo por encima de la caja.
—Regula…
A Kahlan no le gustó cómo sonaba la palabra. Le pareció recordarla. Entornó los ojos, pensativa, mientras trataba de acordarse de dónde la había oído. Finalmente la respuesta vino a ella.
—¿Te refieres al libro de la biblioteca que estuvimos mirando el otro día?
—A ese —dijo él—. Ese símbolo estaba en el lomo.
—Es cierto —repuso Kahlan con asombro—. Ahora lo recuerdo.
Mientras él estaba concentrado en estudiar el símbolo luminoso, Kahlan sostuvo su dolorida mano contra el estómago. Había empezado a empeorar desde primeras horas de la noche, desde que vieron aquella cosa observándolos en su dormitorio. Le escocía tan terriblemente que casi se le saltaban las lágrimas. Las punzadas de dolor menguaron por fin y ella soltó el aire que había estado conteniendo en los pulmones.
Había sufrido heridas mucho peores, y padecido un dolor mucho más intenso, de modo que no estaba preocupada en exceso. Era más una molestia que otra cosa. Sabía, no obstante, que incluso una herida sencilla podía convertirse en una infección seria, así que probablemente tendría que pedir a Zedd que le echara una mirada. Él podría curarla.
En el pasado, Richard había usado su don para sanar, pero no lo podía hacer a voluntad, como otros magos. No con cosas menores, por lo menos. Su don no tan sólo era más poderoso que el de Zedd, Nathan o Nicci, sino que era excepcional en el modo en que funcionaba. Probablemente debido a que era un mago guerrero, su poder requería una gran necesidad o cólera para cobrar vida dentro de él. Curar un arañazo, por doloroso que este fuese, no era suficiente. Sería mejor dejar que Zedd le echara una mirada.
Pero con los dignatarios causando problemas sobre las extrañas profecías, con aquello que los había estado observando en su habitación y atacado de improviso, y ahora el derrumbe del suelo del Jardín de la Vida y el descubrimiento de lo que había debajo de él, había asuntos inmediatos más importantes. Cuando tuviera tiempo, haría que Zedd le mirara la mano.
—¿Sabes lo que significa Regula? —preguntó.
Todavía mirando al símbolo proyectado en el techo, Richard asintió.
—Sí, pero es difícil de traducir con exactitud. En d’haraniano culto regula significa algo así como «reglamentar».
—Eso suena muy simple.
Los ojos grises de su esposo descendieron para mirarla.
—Puede parecer así, pero no lo es. Su significado completo es mucho más complejo de lo que da a entender esa sencilla traducción.
Kahlan estudió sus ojos un momento.
—Bueno, ¿puedes explicarme de algún modo lo que significa?
Richard se pasó los dedos por los cabellos, al parecer meditando cómo explicarlo.
—Imagino que el mejor modo de expresarlo es que regula representa, bueno, una especie de control autónomo, pero como en… —Hizo una mueca mientras intentaba dar con la palabra correcta. Finalmente lo hizo—. Como una autoridad soberana.
—¿Autoridad soberana?
—Sí, como el modo en que las leyes de la naturaleza rigen el mundo de la vida.
A Kahlan no le gustó cómo sonaba aquello.
—Así pues, si ese símbolo de ahí arriba está también en el libro, a lo mejor el libro puede ayudarnos a deducir qué es esta cosa. A lo mejor incluso lo que hace aquí abajo.
—Podría ser —respondió Richard a la vez que volvía a estudiar las líneas—. Hay un problema, no obstante.
—¿Y cuál es?
—Ese símbolo puede que sea el mismo, pero está a la inversa del que aparece en el lomo.
Kahlan sacudió la cabeza. El símbolo resultaba indescifrable para ella. No parecía otra cosa que una colección de círculos pequeños y rayitas oblicuas dentro de círculos con un triángulo ligando entre sí partes de él junto con una colección de otros dibujos extraños.
—¿Cómo demonios puedes recordar que es el mismo símbolo? Complejo como es, ¿cómo puedes estar seguro de que realmente es el mismo, y mucho menos que está a la inversa?
La mirada de Richard regresó a ella.
—Porque comprendo un poco el lenguaje de los símbolos. Muchas configuraciones de hechizo son en realidad ideas expresadas a través de símbolos o emblemas en lugar de palabras. Los símbolos, incluso los que no he visto nunca antes, se me quedan en la mente. Así es como resolví una serie de cosas en el pasado. Este me resulta en buena parte desconocido. Pero algunos elementos de él me parecen curiosamente familiares.
Kahlan suspiró mientras sacaba una de las tiras de metal de la abertura que había cerca de la ventana de cristal. Algo en ella atrajo su atención. Le sorprendió ver que había marcas en el metal. Se la acercó más a los ojos.
La dejó atónita lo que vio.
—Richard, mira. —Al tiempo que él se inclinaba, ella la sostuvo a la luz de la esfera para que pudiera verlo—. Esta de aquí no está en blanco.
Richard la tomó de su mano y examinó la línea de símbolos aparentemente grabados a fuego en el metal.
—Son todos diferentes —dijo, medio para sí.
Kahlan miró en la ranura donde la había encontrado.
—Hay otras dos tiras más aquí dentro. —Las extrajo, les echó una mirada, y luego se las entregó.
Él las examinó, estudiando cada una durante un momento.
—Más símbolos. Pero son diferentes. Cada tira tiene emblemas distintivos en ella. Mira, esta tiene toda una sucesión de marcas, pero la que estaba en el fondo solamente tiene unas pocas.
Cuando la máquina empezó a emitir más ruido, como si todo un grupo de engranajes adicionales hubiera entrado en acción, Richard se inclinó para mirar por la ventanilla. Kahlan pudo ver la luz del interior reflejándose en líneas en su rostro.
—Puedo ver cómo una tira de metal es extraída del fondo del montón del otro lado. Ahora está siendo arrastrada al interior de la máquina y desciende a sus profundidades.
Kahlan acercó la cabeza a la suya, intentando ver lo que él le estaba contando. La vio, entonces, muy abajo entre los engranajes, ejes y palancas, siendo arrastrada mediante un pequeño mecanismo de tenaza que sujetaba la parte delantera de la tira metálica. La tenaza estaba fijada a una rueda grande que transportó la tira metálica hacia arriba y alrededor de la máquina, hasta colocarla en un carril donde una serie de palancas la hicieron circular por diferentes vías hasta que la tenaza de otro engranaje la recogió finalmente.
Tanto Kahlan como Richard se dieron la vuelta cuando un destello de intensa luz de un blanco anaranjado prendió en las profundidades. Con el rabillo del ojo, Kahlan pudo ver que un brillante puntito de luz danzaba por la tira de metal. El concentrado haz de luz procedente del fondo se movía a la velocidad del rayo pero de un modo controlado. La luz era tan intensa que la Madre Confesora percibió un refulgente punto luminoso al rojo vivo en movimiento brillando a través de la parte superior del metal, allí donde el rayo lo alcanzaba desde abajo.
Cuando la tira de metal siguió adelante, otro mecanismo la cogió a su vez y la hizo rotar sobre sí misma, de modo que el símbolo que había quedado grabado en la parte inferior del metal quedó boca arriba. Exactamente en el punto correcto del arco de la rueda dentada, las tenazas se abrieron y una palanca osciló al frente para empujar la tira de metal a través de una ranura en un costado de la máquina.
Kahlan la oyó caer en la bandeja.
Los dos se irguieron, apartándose de la pequeña ventana, e intercambiaron una mirada.
—¿Has visto eso? —preguntó él.
Kahlan asintió.
—Era muy difícil no verlo.
Richard retiró la tira de metal de la bandeja. La arrojó al instante sobre la parte superior de la máquina y sacudió la mano, luego se sopló los dedos. Zarandeó la abrasadora tira con un dedo durante un rato hasta que se enfrió, luego la cogió con cuidado y estudió el solitario símbolo grabado en ella.
—¿Y este? ¿Lo reconoces? —preguntó Kahlan.
Richard lo contempló fijamente con semblante preocupado.
—No estoy del todo seguro. No es exactamente el mismo, pero se le acerca mucho.
—¿Se acerca mucho a qué? ¿Qué es?
Richard volvió a alzar los ojos hacia ella.
—Es la representación emblemática de la palabra «fuego».