[1] Las vaciaba, pero no bebía todo el líquido; buena parte de él caía en su pechera. <<
[2] Fuera lo que fuera, nadie había sabido explicárselo. Pero al menos estaba seguro de que era algo que debía tener un señor feudal, y también de que necesitaba ejercicio regular. Se imaginaba que se trataba de una especie de perro grande y peludo. Haría todo lo posible por conseguir uno y por ejercitarlo. <<
[3] Escritas por magos, que son célibes y tienen unas ideas un tanto raras a las cuatro de la mañana. <<
[4] En realidad, no hizo nada, aunque cuando lo veía en el pueblo le dedicaba una sonrisa sutil, ligeramente asombrada. Después de tres semanas de suspense insoportable, el ladrón se quitó la vida. Bueno, en realidad no se la quitó, sino que se la llevó al otro lado del continente, donde se reformó por completo y jamás volvió a su casa. <<
[5] Por desgracia, ninguno de ellos es publicable. <<
[6] La sabanadija es un animalito de pelo color blanco y lomo aplastado. Es pariente lejano del lemming, y más cauteloso, puesto que sólo se lanza a charquitos poco profundos. <<
[7] Y funcionaban. Los remedios de las brujas solían funcionar siempre, pese a la forma que adoptaran. <<
[8] Un insulto terrible en el idioma de los enanos, pero usado aquí como término cariñoso. Significa «Adorno para el césped». <<
[9] Metafóricamente hablando, claro. <<
[10] Alguien tenía que hacerlo, ¿no? Está muy bien eso de pedir un diente de león, pero, ¿cuál? ¿Común, africano, macho, hembra? Además, ¿qué diente? ¿Dará lo mismo un colmillo? Si se sustituye la clara de huevo, ¿el hechizo a) funcionará, b) fracasará o c) derretirá el fondo del caldero? En estos asuntos, la curiosidad de la abuela Whemper era enorme e insaciable.**
** Bueno, casi insaciable. Probablemente quedó saciada durante su último vuelo para comprobar si una escoba sobreviviría si le arrancaban una a una las cerdas durante el viaje. Según el cuervo que había entrenado como caja negra, la respuesta era no. <<
[11] Las brujas nunca se inclinan. <<
[12] Nadie sabe por qué los hombres dicen cosas así. En cualquier momento dirá también que le gustan las chicas duras. <<
[13] Siempre sucede lo mismo, en todas partes. Nadie los ve llegar. La explicación lógica es que la franquicia incluye el carrito, el gorro de papel y la máquina a gas. <<
[14] Con la participación de un atizador al rojo, un excusado, cinco kilos de anguilas vivas, un traguito de vino, dos bulbos de tulipanes, unas gotas de veneno, una ostra y un hombre muy corpulento con un martillo. El rey Murune no tenía muchos amigos. <<
[15] Posiblemente el primer suministro de combustible en vuelo a una escoba mágica. <<
[16] Puede que haga falta una explicación. El bibliotecario de la Universidad Invisible, el principal centro de enseñanza de magia en el Disco, se había transformado en orangután hacía años debido a un accidente mágico en aquel lugar tan propenso a ellos. Desde entonces, había resistido enérgicamente los bienintencionados esfuerzos por devolverlo a la normalidad. Para empezar, los brazos largos y los dedos de los pies prensiles le facilitaban la tarea de llegar a los estantes más altos, y al ser un simio no tenía que preocuparse por gran parte de las complicaciones de la vida. Además, el nuevo cuerpo le gustaba mucho: aunque parecía un globo lleno de agua, tenía el triple de fuerza que el antiguo. <<
[17] Las Sombras es uno de los barrios antiguos de Ankh-Morpork, considerablemente más desagradable y peligroso que el resto de la ciudad. Es algo que nunca deja de sorprender a los visitantes. <<
[18] El envidiable sistema de criminalidad profesional de Ankh-Morpork se debía en gran parte al actual patricio, Lord Vetinari. Él pensó que la única manera de mantener una policía efectiva en una ciudad de un millón de habitantes era legalizar las diferentes bandas y grupos de ladrones, concederles estatus profesional, invitar a sus jefes a los banquetes, permitir un nivel de criminalidad callejera aceptable y responsabilizar a los jefes de los gremios de que se cumplieran las normas, so pena de ser despojados de sus nuevos honores cívicos, junto con buena parte de sus pellejos. Y funcionó. Resultó que los criminales eran una excelente fuerza policial. Por ejemplo, los ladrones no autorizados descubrieron pronto que el castigo no era una noche en una celda, sino una eternidad en el fondo del río.
Aun así, quedaba el problema de la igualdad en el crimen, de manera que se estableció un complejo sistema de cuotas anuales para conseguir que a) todos los profesionales pudieran ganarse la vida dignamente, y b) que ningún ciudadano fuera robado o atracado más de un determinado número de veces. Muchos ciudadanos previsores llegaron a acordar un número mínimo de robos y atracos al principio del año fiscal, y a menudo tenían lugar en la comodidad de sus propios hogares, con lo cual luego podían caminar por las calles con bastante tranquilidad el resto del año. Todo funcionaba de una manera pacífica y eficaz, demostrando una vez más que, comparado con el patricio de Ankh, Maquiavelo no habría podido gobernar ni un establo. <<
[19] Porque la manera de medir el tiempo variaba mucho entre los estados, reinos y ciudades. Después de todo, cuando en un área de cien kilómetros cuadrados el mismo año recibe nombres tan diferentes como Año del Murciélago Pequeño, Año del Mono Anticipado, Año de la Nube Cazadora, Año de las Vacas Gordas, Año de los Tres Corceles Brillantes y al menos nueve números diferentes que marcan el tiempo**a partir de que varios reyes, profetas o acontecimientos extraños fueron coronados, nacieron o sucedieron, y cada año tiene un número diferente de meses, y algunos de ellos ni siquiera tienen semanas, y uno en concreto se niega a aceptar el día como medida de tiempo, la única cosa de la que se puede estar seguro es de que las buenas relaciones sexuales no duran lo suficiente.***
**El calendario de la Teocracia de Muntab cuenta el tiempo hacia atrás. Nadie sabe por qué, pero quizá no sea buena idea quedarse para averiguarlo.
***Excepto en la tribu Zabingo del Gran Nef, por supuesto. <<
[20] El lector atento ya habrá adivinado que era porque el rey estaba sentado allí. No porque el hombre hubiera pronunciado la frase «comienza a empezar» a sangre fría. Aunque habría sido justo. <<
[21] Mejor dicho, supervisando la carga del carromato. No podía prestar mucha ayuda física, porque el día anterior había resbalado con algo y se había roto una pierna. <<
[22] Hay una escuela de pensamiento que dice que los magos y las brujas no pueden ir a sus casas. Están equivocados. <<