ACOTACIÓN FINAL

Dorothy —ese es su nombre— ha cerrado la puerta.

Lleva en su mano la bandeja

con los restos de la comida.

Acto seguido, como hace

todos los días,

arroja al incinerador

vasos y platos de cartón, cubiertos de plástico.

Finalmente, como todos los días,

los papeles que escribe el loco

de la habitación 109.