EZRA POUND

ACOTACIÓN PRIMERA

Desconectado de su lugar y de su tiempo,

extravagante americano nacido en Gran Bretaña,

a contratiempo, a contraluz, a contralugar.

Todo, hasta su lengua materna,

le vino estrecho. Por eso recurría

al griego clásico, al latín,

al provenzal antiguo, al italiano del Dante, al chino.

En Spoleto salmodiaba

con susurro ancianísimo, en italiano,

—una sutil manera de venganza—

algunos de sus Cantos Pisanos,

escritos en inglés, como es sabido.

Esto ocurría años después

de su exaltación del fascismo

—Inglaterra mi natura, Italia mi ventura

USA mi sepultura—.

Porque fue en USA donde estuvo

al borde de la ejecución

—gas, horca, silla eléctrica, inyección letal

o cualquier otra forma de exterminio

civilizada y piadosa.

Antes había sido la jaula, la vergüenza,

la befa, el improperio. Finalmente,

el psiquiátrico.