«Uno de los desarrollos recientes más emocionantes de la física es la conocida teoría de cuerdas, en la que las partículas subatómica se describen como cuerdas microscópicas que vibran. Obviamente esto es correcto, aunque el nombre no lo es. Como revela la Teoría del Tallarín, ¡Él creó la materia del universo a Su propia y ondulante imagen! Usted, yo, la Tierra, las estrellas… todo está construido con millones de pequeños tallarines que se sacuden, microscópicas copias de nuestro hacedor nadando en su salsa. ¡Disfruten de ello y Ramén!».
STEVE LAWRENCE, PH.D.
«Habiendo examinado ya las muchas facetas del Pastafarismo, creo que las mujeres en él tienen grandes posibilidades. Está claro que el MEV posee aspectos tanto masculinos como femeninos, con tantos “Apéndices Tallarinescos” y dos albóndigas redondas que claramente representan los pechos de la Gran Diosa Madre».
SUSANA JOHNSTON, PH.D.
«Como neurocientífico en una clínica psicológica, a menudo me sorprendo de lo mucho que el cerebro se parece a la pasta. Claramente la teoría del MEV merece que se le dedique atención. O al menos un pedido suplementario de pan de ajo. Que es más de lo que puedo decir del DI (ID en inglés), que como nos enseñó San Sigmund, debe estar supeditado al EGO (esto es así porque lo digo yo)».
JAMES BLACKBURN, PH.D.
«El Pastafarismo no es una teoría científica, a pesar de su adhesión aparente al principio de incertidumbre de Heinsenberg, que afecta a las interacciones entre el observador y lo observado. No debería enseñarse como ciencia… a no ser, por supuesto, que el creacionismo del DI se enseñe en clase también, en cuyo caso da igual ocho que ochenta. Que tengan suerte. Me voy a la Vieja Fábrica de Espagueti a rezar».
E. SCOTT