Cinco cuartas a la diestra,

por la banda de estribor,

se zambulle una sirena,

reina del cabo Picón.

Agita su pecho en vela,

sopla espuma sin rubor,

muestra al marino su aleta

para delicia y dolor

de quien sueña noche y día

con placer y con amor.

El vigiador canta ¡tierra!

Millas en disminución

a los brazos de Teresa,

a un buen vaso de ron,

y a los arrullos de seda

que atracan el corazón.

Poemario de la mar