EL EJÉRCITO DE MARA
(…). Pero aquí, tallados con toda inocencia hace siglos, había torsos convertidos en caras, ojos injertados en troncos, guirnaldas completas de ojos; también había pechos de cerdos, ancas de perro, seres con tres cuerpos o cuatro cabezas, polifemos y monstruos con cabeza de hidra, todo un espectáculo de feria de monstruosidad triunfante; formas que no serían más que juguetes si no estuvieran dotadas, cada una, de su correspondiente alma. Sus expresiones a veces nos resultaban incomprensibles. ¿Qué los impulsaba? ¿Qué los perturbaba? ¿Lloraban, reían, gritaban, mugían como el ganado, sonreían? ¿Se aterrorizaban o enloquecían de rabia? ¿Eran apasionados o vengativos?
Fosco Maraini
TÍBET SECRETO