—A ver, sonreí… más, abrí más grande la boca, mostrá esos dientes hermosos que tenés… qué linda nena… dejá que todos vean lo linda que sos, dale…
En cuanto el orificio bucal lo permitió, la madre incrustó la cuchara y soltó la catarata de jarabe hediondo directamente en la garganta.
No podemos esperar de los gobiernos lo que no ofrecemos como padres…