Levantó la vista y alcanzó a leer algo que le llamó la atención. En manos de un viejo barbeta el diario se movía demasiado, pero pudo a duras penas leer el encabezado. Ahí nomás se olvidó de lo que estaba haciendo y se acercó a su amigo.
—Vamo a la plaza, hoy empieza la feria del libro.
—¿Lo que? —preguntó el flaquito de jopo sucio.
—La feria del libro, bolú.
Y sin tiempo ni ganas de explicarle nada lo arrastró en dirección a Deán Funes. Una oportunidad como esa para punguear no se da todos los días.