ANITA VA AL COLEGIO

Anita entró al colegio sin saber sumar y restar. Leer, solamente su nombre. Y por supuesto, totalmente imposibilitada para los «mamá me mima».

Al entrar a segundo grado, Anita ya dominaba todo esto. Aprendió parte del himno y el nombre de uno que otro prócer…

Eso si, se olvidó por completo de su mascota imaginaria y de la receta para hacer la sopa de la invisibilidad.