Notas

[1] Sobre escaleras simbólicas en el Cine destaca la escalera de caracol del ojo femenino y de la torre en “Vértigo”. (1958) de Hitchcok, aunque en este creador son muchas las escaleras representativas, algunas de ellas están veladas. Se puede destacar también la importancia de la escalera en “Al final de la escalera” (1980) de P. Medak y en “El sexto sentido” (1990) de M. Night Shyamalan. RAMÍREZ, J.A. La arquitectura en el cine. Hollywood, la Edad de oro, Madrid, 1993. Este texto es la obra emblemática.

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[2] Los textos de John Bunyan, publicados en Londres a finales del siglo XVII, expresan el valor simbólico de los caminos que llevan desde la Morada del Intérprete —ubicada en la gran puerta— hasta la Ciudad de la Destrucción y hasta la Ciudad Celestial. Los habitantes de la casa tienen un sentido alegórico.

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[3] La ciudad de los muertos está descrita en los textos de KARL FRIEDRICH MAY, Ardistan, Bamberg, 1909; y Der Mir von Dinistan, Bamberg, 1909.

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[4] Una de las moradas venecianas del mundo ultramundano más destacada es la misteriosa mansión de los espejos de “El Placer de los Extraños” (1990) de Paul Scharader. El entramado de calles laberínticas y el valor de la Belleza eterna representada por los jóvenes protagonistas se canalizará en la muerte ante el espejo escenográfico, es la sala de Eros y Thánatos. Al igual que las decadentes mansiones de Visconti, la presencia de la muerte irá, inevitablemente, unida a la Belleza idealizada y platónica representada en el protagonista.

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[5] STOKER, B., Drácula, Westminster, 1897.

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[6] STOKER, B., Drácula, Madrid, 1993. Imprescindible la introducción y notas de Juan Antonio Molina Foix. LOSILLA, C., El cine de terror, Barcelona, 1993.

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[7] GOTT, S., Novae Solymae libri sex, Londres, 1648.

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[8] DAPHNE DU MAURIER, Rebeca, Barcelona, 1971.

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[9] ARGULLOL, A., La atracción del abismo, Barcelona, 1983.

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[10] BACHELARD, G., La poética del espacio, Madrid, 1998.

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[11] En la película “RKO 281” aparecen recreados los espacios de la mansión de Xanadú, reproduciendo maquetas, esbozos y alguna fotografía emblemática de Gregg Toland.

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[12] TAFURI, M., La esfera y el laberinto. Vanguardias y arquitectura de Piranesi a los años sesenta, Barcelona, 1984.

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[13] VALVERDE, J. M., Poetas románticos ingleses, Madrid, 1989.

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[14] HANSMANN, W., Jardines del Renacimiento y el Barroco, Madrid, 1989. REMON, G., Les Jardins. De l’antiquité a nos jours, Paris, 1964.

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[15] DE LA FLOR, F. R., “El corazón celado. Baltasar Gracián y las figuras de la disimulación barroca”, en Boletín de la Fundación Federico García Lorca, Nº 29-30, Madrid, 2001, pp. 54-69. BLÁZQUEZ MATEOS, E., “Los laberintos y la racionalidad paisajística como metáfora”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, 59-60, Zaragoza, 1995, pp. 61-81.

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[16] DE LA FLOR, F. R., “La imagen corográfica de la ciudad penitencial contrarreformista:El Greco, Toledo (H. 1610)”, en Del Libro de Emblemas a la Ciudad Simbólica, Actas del III Simposio Internacional de Emblemática Hispánica, Vol. I, Universitat Jaume I, Castelló,2000, pp. 59-93.

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[17] KRETZULESCO-QUARANTA, E., Los jardines del Sueño. Polifilo y la mística del Renacimiento, Madrid, 1996.

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[18] ECO, U., Il Nome della rosa, Milán, 1980.

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[19] BORGES, J. L., “La Biblioteca de Babel”, en El Jardín de senderos que se bifurcan, Buenos Aires, 1941.

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[20] BLÁZQUEZ MATEOS, E., Paisajes en la literatura y el cine, Universidad Rey Juan Carlos-Instituto de Danza Alicia Alonso, Ávila, 2002. En el texto se desarrolla la importancia del paisaje británico en el cine.

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[21] GREGORY, P., Placeres terrenales, Barcelona, 2000. La obra retrata al jardinero-viajero John Tradescant que, en el marco de la dinastía de los Estuardo, coincide con el sensible Jacobo I. Tradescant será el hombre de confianza del bello guerrero-político Robert Cecil, que difundirá el valor de los jardines de su amigo.

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[22] ORTIZ, A., y PIQUERAS, M. J., La pintura en el cine. Cuestiones de representación visual, Barcelona, 1995.

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[23] TRÍAS, E., Lo bello y lo siniestro, Barcelona, 1992.

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[24] FORSTER, E.M., La Mansión, Madrid, 1993, pp. 11-12. La mansión es una obra que pertenece a la etapa creadora de juventud de Forster (1879-1970) y tuvo un gran éxito de crítica. Dentro de la tradición victoriana, la obra refleja los cambios de una sociedad anterior a la primera guerra mundial.

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[25] FORSTER, E.M., Op. cit., pág. 12.

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[26] Ibidem, pág. 14.

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[27] Ibidem, pág. 16.

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[28] Ibidem, pág. 106.

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[29] FORSTER, E. M., Maurice, Barcelona, 1998, pp. 19-20.

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[30] JAMES, H., Retrato de una dama, Barcelona, 1997, pág. 39.

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[31] HENRY JAMES, Retrato de una dama, pág. 68.

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[32] Ibidem, pp. 78-79.

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[33] Ibidem, pág, 92.

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[34] Ibídem, pág. 196.

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[35] Ibidem, pág. 315.

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[36] Ibidem, pág. 441.

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[37] Ibidem, pág. 724.

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[38] BYATT, A. S., Ángeles e insectos, Barcelona, 1995.

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[39] BYATT, A. S., Ángeles e insectos, Op. cit., pp. 24-25.

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[40] Ibidem, pág. 66.

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