Ningún autor es una isla y, como siempre, estoy en deuda con muchas personas por responder a mis preguntas, que a menudo son un poco inocentes y normalmente muy numerosas. Como en otras ocasiones, he escuchado todos lo consejos que me han dado, pero yo soy la única responsable de cómo he elegido aplicarlos. Así que por su generosidad, paciencia y sabiduría, les envío un abrazo de oso y unos cuantos de los cruasanes de Josette a las siguientes personas:
Al doctor Pierre-Yves Quenette, líder del equipo dedicado a los osos de la ONCFS, un hombre con un trabajo difícil que encontró tiempo para responder a mis extrañas preguntas sobre todo lo que tiene que ver con los osos. A Ian Maxwell, rastreador extraordinario cuyo fervor me hizo desear cambiar de profesión. A André Clare, Président du Syndicat des Trufficulteurs de l’Ariège, que sí, sabe mucho de trufas. A Kevin Jack, viejo amigo del colegio y experto forense que no se negó cuando le pedí que aplicara sus conocimientos al mundo de los osos. A Richard Prime, un devoto de Ariège y experto en la fauna salvaje. A Gillian Elizabeth, otra persona que comparte mi amor por la región y que es una gurú de la jardinería. A Jennifer Palmer por ilustrarme (¡a mí y a su teniente de alcalde!), sobre el temido Code. A Ellen McMaster y Matthew Brown por sus opiniones precisas y sin miedo. A Claire Jones y Brenda Stickland por ser mis apasionadas primeras lectoras. A mis padres, Mícheál y Ellen, cuyo entusiasmo y apoyo nunca decae. Al increíble equipo de la editorial Hodder, incluidas mis dos editoras, Sue y Francesca, que han convertido el proceso de edición en una delicia (¡de verdad!). A mi agente, Oli Munson, que fue lo bastante valiente para aceptar a una seguidora del Coventry City. Y finalmente a Mark: creo que por fin ha llegado mi turno de hacer la cena, mon amour!