Aquella noche Reuben, Caleb y Alex trasladaron a Mandy y al resto de la familia Finn a otro lugar, tras extremar las precauciones para asegurarse de que no les seguían. También llevaron a Lesya para que estuviera con ellos. Caleb se quedó haciendo guardia con instrucciones estrictas de telefonear inmediatamente si veía algo sospechoso. Luego Reuben y Alex se marcharon para ayudar a los demás en los preparativos para el intercambio de Simpson y David Finn.
Al volver al sótano, Stone dejó muy claro que sólo él y Finn participarían directamente en el intercambio.
—Oliver —dijo Alex—, no sabes cuántos hombres llevará Gray. Recuerda que a Murder Mountain fueron muchos tíos armados hasta los dientes.
—Esta vez jugamos con ventaja. —Miró a Annabelle—. Sin embargo, necesitamos a alguien que se lleve a David. Por distintos motivos, vienes como anillo al dedo. ¿Estás dispuesta?
Alex se colocó entre los dos.
—Un momento. Si alguien va a entrar contigo, ese alguien seré yo, no Annabelle.
—Ella sólo sacará a David del edificio. Lo haremos de manera que no implique un enfrentamiento con Gray y sus hombres. —Miró otra vez a Annabelle—. Sé que tienes mucha sangre fría, pero no te pediría que hicieras esto si tuviera otra opción. —Y añadió—: Tampoco tienes motivos para ayudarme. Te dejé tirada cuando más me necesitabas.
Annabelle miró a Stone y luego a Alex.
—Bueno, el sustituto que te buscaste lo hizo muy bien. Así que estoy dispuesta. ¿Dónde se hará el intercambio?
—En el Centro de Visitantes del Capitolio —respondió Finn.
—Todavía no está acabado —dijo Milton.
—Precisamente por eso —repuso Stone.
Finn dio las explicaciones pertinentes:
—La empresa para la que trabajo ha estudiado el Centro de Visitantes para realizar una operación. Lo hacemos contratados por el Departamento de Seguridad Interior para valorar la seguridad de lugares de importancia. Aeropuertos, puertos, centrales nucleares, esa clase de instalaciones delicadas y estratégicas.
—Pero el Centro de Visitantes ni siquiera está abierto, como ha dicho Milton —observó Reuben—. ¿Por qué querrían los de Seguridad Interior ponerlo a prueba?
—Porque eso es lo que pensaría un terrorista. Atacar ahora, antes de que esté en pleno funcionamiento. Pero el motivo más importante es que el Centro de Visitantes se halla conectado por un túnel tanto con el edificio del Capitolio como con la Biblioteca del Congreso. Los terroristas podrían utilizarlo para atacar esos edificios. Ya he realizado numerosos reconocimientos del Centro de Visitantes. Sé cómo entrar y también cómo sacar a mi hijo.
—¿Cuándo será? —preguntó Annabelle.
—Mañana por la noche —respondió Stone.
—Pero es la noche del simulacro de atentado terrorista en el Capitolio. Nos avisaron hace algún tiempo. El sitio será un caos, Oliver. Ambulancias, policía, coches de bomberos, servicios de urgencias, una olla de grillos —replicó Alex.
—El caos siempre facilita la huida —observó Stone.
—Si es que lográis huir —intervino Annabelle—. Vais a entrar en un edificio inacabado y con pocas salidas para enfrentaros a un ejército de asesinos del Gobierno a las órdenes de un tío que parece astuto y despiadado como el que más.
—Lo has resumido muy bien —reconoció Stone.
—¿Cómo sabes que Gray no matará a Simpson? Quizá finja aceptar el intercambio y luego sus hombres os maten a todos.
—Todos se giraron para mirar a Milton. —Cuando pasas mucho tiempo con Oliver acabas volviéndote un poco paranoico.
Stone sonrió antes de responder.
—Milton, tienes toda la razón. De hecho, no creo que Gray tuviera ningún problema en matar a Simpson y luego culparnos a nosotros. Pero tengo algo que quiere de verdad, y sabía que me lo pediría.
—¿Las pruebas que utilizaste para hacerle dimitir? —dijo Alex.
—Exacto. Es el único motivo por el que vendrá. Las órdenes que tenemos sólo vinculan a Simpson con los asesinatos de Andropov y Chernenko.
—O sea que Gray se presenta con su ejército y se realiza el intercambio. En cuanto tenga lo que quiere, ¿cómo vais a salir junto con David sanos y salvos? —quiso saber Annabelle.
—Hay una manera —dijo Stone—, y necesitaremos vuestra ayuda para lograrlo.