Léxico

ABENCERRAJES: Bannu Sarrag o Bannu Sarray. A partir de 1419, el poder real de Granada se vio irremediablemente debilitado por esta familia. Los Abencerrajes colocaron a Abu Abd Allah Muhammad, «Boabdil», en el trono de Granada. Comenzaron a desempeñar un importante papel en 1417. La guerra civil que estalló desangraría y, por fin, arruinaría el emirato granadino.

En un excelente opúsculo, Los Abencerrajes, leyenda e historia, L. Seco de Lucena Paredes encuentra el origen de la leyenda de los Bannu Sarrag en dos obras literarias del siglo XVI español: la novela anónima Abindaraez y la Historia de los bandos de Zegríes y Abencerrajes, caballeros moros de Granada (1595), debida a la pluma del novelista murciano Ginés Pérez de Hita. Éste imaginó una rivalidad entre el partido de los Abencerrajes, descritos como paladines caballeros, y el partido de los Zegríes (deformación de Tagri, «hombre de la frontera»). Sabida es la singular fortuna de esta leyenda en la literatura europea de los siglos XVII y XVIII; el romanticismo, en la pluma de Chateaubriand, se apoderaría de ella en Les Aventures du dernier Abencérage.

AL ANDALUS: parte de la península ibérica que pasó a dominio musulmán en el 711 y cuya extensión fue disminuyendo con los progresos de la Reconquista. Cuando estuvo terminada, el término se reservó a la parte meridional o «Andalucía». Los habitantes de Al Andalus eran llamados «andalusís». Al parecer la palabra procede de «Vandalucía» (remontándose a los tiempos de su ocupación por los Vándalos).

ALCAZABA: palabra de origen musulmán que designa la ciudadela. Fortaleza árabe sinónimo de qasba.

ALCÁZAR: palacio fortificado de los reyes musulmanes (Al-Kasr).

ALMORÁVIDES: (Al murabitun) Soberanos bereberes que reinaron sobre una parte de España de 1061 a 1147. Su dinastía fue aniquilada por los almohades que se apoderaron de su capital, Marrakesh.

ALMOHADES: (Al uwahhadun) Soberanos bereberes que reinaron sobre la mitad de España y la totalidad del Maghreb entre 1147 y 1269.

AUTO DE FE: en la actualidad su significado (erróneo) se limita a la ejecución por el fuego.

CONVERSOS: judíos convertidos al cristianismo.

CORREGIDORES: de, corregimiento. Circunscripción administrativa y judicial a cuya cabeza se halla un corregidor, de muy amplios poderes, nombrado cada año por el rey. Con los alcaldes mayores, representaban el poder real en su jurisdicción. El corregidor tenía funciones judiciales, administrativas y militares.

INQUISICIÓN: el 27 de septiembre de 1480, tras dos años durante los que intentaron en Sevilla lo que se denominó «el último esfuerzo de predicación», Isabel y Fernando pasaron a la acción. Fortalecidos por la aprobación del Santo Padre, establecieron el primer tribunal de la Inquisición.

El 1 de enero de 1481, por la autoridad real y a pesar de la resistencia y la repugnancia de numerosos magistrados, la Inquisición se instaló en el convento de San Pablo de los dominicos de Sevilla. Entró en campaña con tanto celo, tan grande fue el número de prisioneros, que el convento se quedó pequeño y el tribunal de sangre tuvo que instalarse en el castillo de Triana, en los arrabales de Sevilla.

Un año más tarde, un tal fray Tomás de Torquemada, prior del convento de Santa Cruz, fue uno de los ocho nuevos inquisidores dominicos nombrados por Sixto IV para el reino de Castilla. El 3 de febrero de 1483, este mismo personaje fue nombrado inquisidor general, confirmado por un decreto de Inocencio VIII.

Podía juzgarse a partir de denuncias (tres al menos), pues el deber de todo cristiano era denunciar a los judaizantes. Pero el tribunal actuaba también por cuenta propia, investigando gracias a sus «familiares». Reconocida como válida la denuncia, el acusado era encerrado en las mazmorras del Santo Oficio, al cabo de ocho días se le interrogaba y se le exhortaba a hacer examen de conciencia para hallar su falta. Disponía de un abogado, aunque elegido entre los miembros del tribunal. Ignoraba el nombre de quien le había denunciado y la falta de la que se le acusaba. Pero podía dar una lista de sus enemigos y otra de testigos de descargo. Si los jueces no quedaban convencidos tras el primer interrogatorio, podían aplicar la tortura, pero al parecer no abusaron de ella.

Había dos clases de sentencias. Si el sospechoso había confesado su crimen ante los jueces, era admitido a la reconciliación. Si negaba sin convencer al tribunal, era entregado al brazo secular que lo quemaba en persona o en efigie, si había conseguido huir.

La reconciliación era una ceremonia solemne en la que se paseaba a los acusados, llevando un hábito especial, una especie de casulla, el sambenito, en el que se había escrito su falta y que, luego, era colgado en su iglesia parroquial. La reconciliación podía acarrear la puesta en libertad, pero también una pena más o menos severa, o una multa. De todos modos, daba al traste con el honor de una familia.

Es difícil fijar el número de víctimas del Santo Oficio durante el reinado de Isabel y Fernando. Según las fuentes, el número oscila entre unos centenares y… varias decenas de millar.

El número de quienes prefirieron el exilio al bautismo es la segunda incógnita. Algunos especialistas consideran que sólo una minoría tuvo el valor de lanzarse a un exilio lleno de aventuras y proponen estimar los exiliados en unas cuarenta mil a cincuenta mil personas, lo que parece más verosímil que la cifra de ciento cincuenta mil, manejada por los cronistas de la época. Finalmente, la tercera incógnita es el destino de los emigrados. Se ha establecido, sin embargo, que la mayoría se dirigió a África del Norte y Turquía.

Tampoco ciertos católicos escaparon a las persecuciones, como Ignacio de Loyola, que fue detenido por dos veces, así como el arzobispo de Toledo, el dominico Bartolomé de Carranza, que fue encarcelado durante diecisiete años.

Fue abolida en 1808 por José Bonaparte, restaurada en 1814 por Fernando VII, suprimida en 1820, restaurada en 1823 y suprimida de nuevo en 1834.

JUDEO-ESPAÑOL-LADINO: lengua hablada por los Sefardim, sobre todo en Turquía y en los países balcánicos. El judeoespañol de los sefarditas de Marruecos se llama «haketia». El judeo-español de los textos impresos se designa a menudo como «ladino», mientras la variedad cursiva recibe el nombre de «solitreo».

MARRANOS: término peyorativo que designaba a los judíos peninsulares convertidos al cristianismo o a sus descendientes, de quienes se sospechaba que judaizaban en secreto.

MESTA: asociación de ganaderos castellanos de rebaños trashumantes colocada bajo la tutela de la administración real y gozando de numerosos privilegios.

MORISCO: musulmán convertido a la fuerza.

MOZÁRABE: cristianos de España sometidos al dominio musulmán. El arte mozárabe floreció sobre todo en el reino de León, en el siglo X y comienzos del XI, y se caracteriza por el empleo del arco de herradura y por la bóveda de cañón.

MUDÉJAR: musulmán que permaneció en Castilla tras la Reconquista. El arte mudéjar se desarrolló del siglo XII al XVI, se caracteriza por la influencia del arte islámico y la utilización del ladrillo, la cerámica, la madera y el yeso.

MUWALLADUN: los cristianos convertidos al islam.

SAMBENITO: túnica amarilla, con una cruz roja de san Andrés, que debía llevar el penitente. La túnica se colgaba a continuación en la iglesia local, con el nombre del reconciliado, para perpetuar el recuerdo de la infamia.

SEFARDIM: nombre de los judíos de España.