CAPÍTULO 38

Creativos publicitarios

Efraín Sixto Soria, creativo publicitario, por orden del Estado soria, realizó un guión cinematográfico-televisivo que apoyase las grandes campañas a favor de la virtud, que se realizaban en el país del Soriator. Efraín Sixto había conocido en su agencia a Juan Carlos Soria, el que vivía con Personaje Iseka al comienzo de este relato. Juan Carlos, quien efectuaba en el lugar un trabajo de electricista, tuvo ocasión de contarle su historia. Aquellas sórdidas aventuras en la pensión, al otro le vinieron como anillo al dedo para la tarea que le habían ordenado: un serio trabajo de propaganda publicitaria.

Letrero:
(negro sobre
fondo blanco)
PRODUCCIONES
SORIA
(corte)
Letrero:
(rojo sobre
fondo negro)
PRESENTA
(corte)
Letrero:
(negro sobre
rojo incandescente)
LA CLEMENCIA
DEL SORIA
(corte)
(idem): O
(corte)
(idem): LA TRANSFORMACIÓN
DEL ISEKA
EN UN CIUDADANO
(corte)
(idem): ÚTIL A LOS SORIAS
(corte)
3/4 o plano americano: (Vemos un iseka repugnante, sin afeitar,
medio puto y borrachón. Los estigmas
de la degeneración
son evidentes. Mastica chicle con lechuga.
Muerde una punta de la goma
de mascar y con los dedos estira
el otro extremo,
mostrando una pasta verde larguísima.
Vuelve a introducírsela en la boca
y agrega otra lechuga,
procediendo a masticar todo junto.)
(corte)
Primer plano: (Rostro firme, noble y austero,
de un soria tomado en contrapicado.
El semblante propio de una
persona alimentada a yogur con azúcar,
que no come carne, ni fuma, ni bebe,
porque es pecado y da daño.)
(corte)
Plano Total: (Iseka y Soria.
El soria muestra una figura saludable
y atlética, proveniente de trabajar
en lavaderos de automóviles.
Soria sacude la cabeza apesadumbrado,
al ver la figura lamentable del rincón.)
(corte)
Primer plano: (Soria.
Con voz confuciana, carismática,
mesiánica, china de dinastía T’ang,
suavemente:)
Soria: «Pero degenerado,
¿cuántas veces más deberé decirte todavía
que así vas por mal camino?»
(corte)
Primerísimo primer
plano:
(Sólo los labios del
soria, finos e implacables:)
Soria: «Éste es el camino
de los que toman vino.
La degeneración masturbante,
la locura y la muerte.»
(corte)
P. P.: (Iseka.
Rostro de Iseka por el cual
comienzan a verterse
gruesas lágrimas de
vergüenza alcohólica.)
(corte)
Plano total: (Iseka y Soria.
Pero principalmente a Soria,
quien insiste en su catequesis.)
Soria: «Iseka, ¿por qué en vez de
escribir todas esas estupideces
no te venís al lavadero
de coches con mi hermano y yo,
y trabajás diez, once,
doce horas por día,
las que quieras, sábados
y domingos también
Así, poco a poco,
te vas abriendo camino?»
(corte)
P. P.: (Iseka, con duda)
Iseka: «Pero… ¿Vos creés?…
¿Y mis escritos?»
Primerísimo P. P.: (Labios de Soria. Implacable:)
Soria: «Tirálos. —Pausa— ¡Y el vino!
¿Por qué en vez de tomar vino
que es caro y da daño,
por el mismo precio
no te comprás un yogur
y le ponés azúcar,
comés medio kilo de pan
y… todo ello es…
alimento?»
(corte)
Plano general: (Iseka y Soria.
Este último: triunfante aunque paternal.
Sonriendo protector:)
Soria: «Iseka… Iseka, mi puto amigo;
mi pobre y casi medio puto amigo.»
(corte)
P. P.: (Iseka. La luz verde —cloacal—
de la verdad lo ilumina.
Ahora él también es un soria.
La cámara, en lento zoom,
se aproxima a los dientes del iseka;
incluso ellos resplandecen,
sorias y triunfantes.)
(corte)
Letrero:
(negro sobre
fondo blanco)
FIN

Mientras el creativo publicitario finalizaba el guión anterior en el piso catorce, donde estaba instalada su agencia, debajo, en la calle, el cuerpo de voluntarios de las Juventudes Sorias cantaba:

«Soria dura, Soria pura,

Soria cabeza, de Extremadura».

Los delanteros portaban sus banderas y el estandarte de la rata de patas extendidas. Los postreros llevaban cada uno idéntico cartel, que al pasar repetía monótonamente en el ojo del observador la misma palabra:

«… ria. Soria. Soria. Soria. Soria. Soria. Soria. Soria. So…»