Música beat
El conjunto de música beat La Horrible Abuelita, autor colectivo de las siguientes composiciones que desfondaron hacia arriba todos los rankings: Rail alrededor de la fogata, Le pego a mi nena con una cadena de bicicleta, Tengo una poca, Sé mi hembra de hurón. ¿Por qué no quieres hacer conmigo como las nutrias?, Te haré el hara-kiri cuando te agarre putita de topo, Abriéndome las venas en la colina llena de frutillas rosadas, El aullido del perro, El chillido de la rata al ser pisada por aquella otra, La clava de Neanderthal, La mujer de Piltdown, Tengo una tundra, El conejo estepario, Si te portas bien conmigo te regalo un liquen, El estupefaciente più mosso lento que se tomó la grulla rosada de patas blancas ojos grises pico dorado alas de murciélago verde y sombrero negro (¡miren si no será tonta!), Bomba Hache homeopática sobre Chanchín del Norte, El Monitor es un Monstruo, etcétera, al principio fue tolerado y hasta estimulado por el Jefe de Estado, quien lo nombró conjunto oficialista de rock. Pero cayó en desgracia cierto día cuando, ya cubierto de honores y lleno de plata, editó una nueva composición titulada El Monitor es bueno.
Enojadísimo ante tal desafuero, el déspota los deportó a la Siberia tecnócrata y allí estuvieron dos meses hasta que se arrepintieron de su fechoría.
Al principio los pobres tipos no entendían nada: «Pero decimos sinceramente que el Monitor es bueno». Cuando uno de sus esbirros le refirió esto último, el Súper de los tecnócratas declaró: «O tienen la arrogancia de creer que me conocen, en cuyo caso me apresuro a desmentirlos, o bien no lo creen y han llegado a la obsecuencia decadente de los oficialistas, por lo cual también merecen ser castigados. —Implacablemente—: Al campo». De concentración, por supuesto.
Cuando los integrantes del conjunto dijeron que lo de «bueno» había sido una ironía de su parte, el Monitor, muy complacido, no sólo los perdonó sino que volvió a llenarlos de honores.