A mi mujer y a mis hijas Cristina y Patricia
...
el más tremendo infortunio ha azotado esta
tierra, que no tiene semejante en hermosura, y por
su maridaje con aquél, todo le ha nacido defectuoso
y corrupto. De todo esto ha sido causa la discordia
entre sus arraeces y grandes, entre adelantados y alcaides,
entre sus emires y visires; porque cada uno ha buscado
el poder para sí, arrimando el fuego a su alcorza...
«Poema anónimo andalusí»
Siglo XV