La idea de este libro se me vino a la cabeza mientras disfrutaba de una clase de yoga reconstituyente impartida por Susan Hutton. Susan, aunque yo no tuviera la mente tan en blanco como podría haberla tenido, no cabe duda de que aprecié el espacio que se había creado para el fogonazo de inspiración; gracias. Wes Rountree, mi compañero en esa clase y en la vida, me ayudó no solo en miles de maneras intangibles, sino también utilizando sus habilidades con la programación en Excel y ayudándome a comprender las estadísticas.
La investigación previa realizada para este libro fue una gozada. En las decenas de entrevistas en persona, telefónicas y por correo electrónico que realicé, aprendí más de lo que jamás podría caber en un libro. Estoy profundamente agradecida a todas las personas que hablaron conmigo y especialmente a aquellas que demostraron lo poderoso que puede ser trabajar en un campo que se ama apasionadamente. Entre ellas se incluyen, en orden alfabético, Pat Archer, Brian Beatty, Annette Bednosky, Ben Benjamin, Dave Berkoff, Gale Bemhardt, Chris Bohannon, Jeff Brown, Gordo Byrn, Steven Cole, Bernard Condevaux, Kristen Dieffenbach, Matt Dixon, Jamie Donaldson, Andy Doyle, Evie Edwards, Charlie Engle, Reed Ferber, Shalane Flanagan, Carl Foster, Joe Friel, James Green, Kate Hays, Jeff Hunt, Gilad Jacobs, Nate Jenkins, Marc Jeuland, Leah Kangas, Jay T. Kearney, Kristin Keim, Michael Kellmann, Göran Kenttä, Nikki Kimball, Thomas Laffont, Carolyn Levy, Amanda Lovato, Joan Nesbit Mabe, Peter Magill, Alex McDonald, Stephen McGregor, Greg McMillan, Tera Moody, Jack Raglin, Mike Ricci, Tom Rodgers, Hal Rosenberg, Monique Ryan, Bill Sands, Bob Seebohar, Stephen Seiler, Kami Semick, Todd Straka, Keith Straw, Jennifer Van Allen, Sue Walsh, Michael Wardian, Peter Watson, Matthew Weatherley-White y Marvin Zauderer.
Gracias al equipo de VeloPress, con quienes siempre es estupendo colaborar, especialmente a Casey Blaine por su manera de dar forma al original, siendo tan útil, tan cuidadosa, y teniendo tanto tacto. Connie Oehring y Beth Partin suavizaron hábilmente los flecos. Es estupendo tener a mi agente, Bob Kern, siempre a mi lado. Gracias también a Matt Fitzgerald, que me dio tanto ánimos directos, con su entusiasmo por este libro y confianza en mi redacción, como ánimos indirectos, sirviéndome de inspiración como modelo de conducta a seguir.
Gracias a los clientes que entreno y a mis estudiantes de yoga, todos ellos demuestran diariamente la importancia de equilibrar trabajo y descanso. La alegría de prescribir semanas de descanso, días suaves y rutinas de recuperación después de las pruebas solo se ve superada por la dicha de observar a los estudiantes relajarse en Postura del Cadáver (Savasana) al final de una práctica de yoga.
Gracias a mi socia, Lies Sapp, que me convenció para meterme en un nuevo proyecto cuando estaba inmersa en el trabajo sobre este libro, y luego generosamente me dejó espacio para que pudiera dedicar mi energía a escribir. Lies, estoy deseando estar más presente en nuestra labor de ayudar a otras personas a encontrar el equilibrio entre trabajo y descanso a través del yoga.
Gracias a mis personas favoritas, con quienes me siento a no hacer nada: mi familia. Mis padres y mis fantásticos suegros han sido mi compañía en muchas felices horas de holganza después de una prueba. Y gracias en especial a mis hermanas, Lily y Vivían, y aún más especialmente a mi marido, Wes. No se me ocurre mejor manera de pasar el rato que relajándome con vosotros tres.