¿Crees que fui yo? ¿Que yo conseguí avisarte del peligro que corrías? Oh, Nathalie, sería maravilloso… Tan inesperado, tan inesperado… Haber conseguido comunicarte una información que sólo se refería a ti, independiente de las reacciones que te inspira mi expediente, mi historia, mí país… Una información gratuita, llevada sólo por mi deseo de protegerte.

Nunca he sentido un intercambio de este orden, semejante dilatación de mi pensamiento… Y aunque todo ello sea sólo ilusión, aunque sólo te hayas vuelto por efecto de una intuición, de un instinto de supervivencia que nada me debe, eso no tiene importancia alguna. Haya o no logrado avisarte, lo que cuenta es que puedas pensarlo: entonces habremos dado un verdadero paso el uno hacia el otro.

No podía soñar con un momento mejor para que superaras esa etapa. Lo que te espera ahora no vas a recibirlo del mismo modo; estarás dispuesta a escuchar lo inadmisible, a encontrar en ello cierta resonancia. Espero sencillamente que mi deseo de preparar del mejor modo tu encuentro con el padre Abrigón no sea el origen de la agresión que has estado a punto de sufrir.