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Después de cantar un par de canciones en el karaoke, María y Jorge fueron al Maracaná. Allí dentro, sentados en un rincón oscuro, estaban demasiado ocupados para hacer caso a ese teléfono que se iluminaba una y otra vez. María y Jorge se besaban, no como lo hacen los muñecos de nieve, ni como los pájaros en invierno. Se besaban como dos kamikazes que saben que no hay mañana.

Jorge rodeó a María por la cintura. María puso sus brazos sobre los hombros de Jorge.

Hola, muñeco de nieve susurró Jorge.

Hola, Snowman susurró María.

Ladearon las cabezas y se esperaron unos segundos. PAUSE. Se miraron sonriendo, con los labios a punto de rozarse. Sonaba una canción bailable que ellos no pensaban bailar. Prácticamente no la oían. Estaban dentro de una burbuja donde solo se oía el galopar de sus corazones. Y entonces… PLAY. Como si formara parte de una coreografía, los dos cerraron los ojos, entreabrieron los labios al mismo tiempo y se buscaron. María sintió el sabor mentolado de Jorge, fresco como la nieve. Pero no tenían nada de frío. Sin dejar de besarse, él subió la mano y se enredó con la amplia manga de la chaqueta de María. Ella se retiró despacio y miró sonriendo a Jorge. Luego, discretamente, bajó un poco el hombro para ayudar a Jorge a liberarse de aquella manga telaraña.

Perdona susurró él, y se acercó al cuello de María. Olor a limón.

Aquella manga tan abierta antes telaraña, ahora túnel secreto le condujo hacia el cuerpo tembloroso de María. El muñeco de nieve sintió que se derretía.

María se acercó despacio a la oreja de Jorge. Olor a pomelo. Con una mano acariciaba su pelo y con la otra recorría su espalda.

Al bajar la mano, sintió la vibración del móvil en el bolsillo de atrás.

Me parece… susurró, y le dio un beso que te está sonando… siguió susurrando y le dio otro beso el móvil.

Sin dejar de besarla, Jorge le dijo al cuello de María:

Hace tiempo.

Y siguió besándola.

María bajó la otra mano por la espalda y sacó el móvil del bolsillo de Jorge. Abrió los ojos con pereza y miró la pantalla.

Entonces se retiró bruscamente.

¿Qué pasa? dijo Jorge.