En la casa de Rebeca Lindon, desde un sillón parecido, se había escuchado la misma entrevista. También Rebeca había mirado a Jorge, y tampoco el sillón se lo había tragado por más que él lo deseara. Sobre todo cuando Rebeca Lindon comenzó a gritar desaforadamente:
¡Lo que me faltaba!
¡Es la vecina! decía Ingrid. ¡Es la mamá de la novia de Jorge!
Rebeca Lindon dio una calada a su cigarro inspirando profundamente.
Jorge dijo muy seria. Tú no sabes lo que estás haciendo. ¡¡Y Raquel!! ¿Qué tenía de malo Raquel?
Jorge dejó aquella pregunta flotando en el aire y se fue a su cuarto. En pocos días, Rebeca habría tenido respuesta para esa pregunta. Pero Raquel aún no había puesto en marcha su venganza.
Desde aquel momento, salir de casa se convirtió en un ejercicio de riesgo para varios de los habitantes de aquella urbanización.
Óscar, el escolta, acompañaba a Candela cuando se iba a trabajar. A Rebeca la recibía una nube de reporteros cada vez mayor. Uno de ellos no tardó en anunciar en televisión aquella casualidad.
«Se da la curiosa circunstancia de que la actual ministra de Economía, Candela Brines, vive en la misma urbanización que la actriz Rebeca Lindon, quien además nunca ha ocultado su antipatía por el partido de la ministra e incluso ha participado en campañas a favor del partido de la oposición», dijo la reportera.
Desde el plató, un comentarista pretendidamente gracioso apostilló:
Imagínate las reuniones de la comunidad de vecinos.
Pero los comentarios no habían hecho más que empezar.