8

Al menos yo intentaré ir en orden. El comienzo ya lo sabes: María y Jorge en la piscina. El final está por ver. En medio…

En medio, siempre en medio, estaba Clara, la buena de Clara. Aunque al principio no. Cuando Clara llegó el domingo por la tarde, María ya se había cruzado con Jorge cuatro veces.

La primera, cuando Jorge protagonizó su particular versión de Pulgarcito con las cajas de mudanza.

La segunda fue media hora después el tiempo que tardó Jorge en encontrar un traje de baño entre tanta caja, de nuevo en la piscina. Jorge bajó a darse un baño. Llegó descalzo, sin hacer ruido, y María, que leía tumbada boca abajo, ni se dio cuenta. Pero de pronto, el sonido limpio de una perfecta zambullida de cabeza le hizo levantar la vista del libro.

Ahí estaba. Bajo el agua. Un cuerpo. Su cuerpo.