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Capítulo dos

—… huevo.

Como un insólito número circense, el equipo de Domadores se materializó de golpe a menos de un metro de la superficie del segundo planeta de Groombridge 1618. Cayeron bruscamente, y descubrieron que el planeta, en efecto, tenía agua líquida. Con más exactitud, barro líquido.

—¡Cristo!

¡Merde! —Jacque cayó desde más altura y por lo tanto se hundió más, casi hasta los hombros.

—Alto —ordenó Tania—. Que nadie se mueva durante un segundo. Comprobad si nos seguimos hundiendo, si es como la arena movediza.

—Creo que no —dijo Jacque—. Creo que estoy apoyando los pies en algo sólido.

—Trata de caminar, entonces.

—No hay problema —Jacque caminó produciendo un ruido hueco y gelatinoso, y el barro negro se le arremolinó viscosamente alrededor—. Eh, me dirijo hacia ese matorral. O lo que sea.

El planeta, al que simplemente llamarían Groombridge, se hallaba dentro de la biosfera de la estrella y obviamente tenía una forma primitiva de vida vegetal. No verde, sin embargo. Jacque se dirigía hacia un organismo que poseía un tallo reconocible y láminas colgantes y carnosas que podían llamarse hojas. Pero era del color de un cadáver.

Groombridge 1618 colgaba en lo alto del cielo, fácilmente cuatro veces mayor que el Sol visto desde la Tierra, pero con un aspecto enfermizo. Era de un color naranja opaco, moteado de manchas negras y bordeado por hermosos remolinos de máculas amarillas. Una niebla baja y densa atenuaba el resplandor, y uno podía mirar la estrella de frente sin entornar los ojos.

La niebla amarilla y pálida les permitía ver sólo hasta unos setenta metros; treinta metros más con visión infrarroja. En el límite extremo distinguían vagamente lo que tal vez era el lindero de un bosque. O al menos un grupo de plantas grandes.

—Es un… buen planeta —había un tono maravillado en la voz de Tania. No estaba contemplando el lúgubre paisaje, sino la información que aparecía proyectada en las imágenes titilantes de su videopantalla:

GRAVEDAD 0.916 ARGÓN 0.028
TEMPERATURA 27.67.º METANO 0.004
ATMÓSFERA XENÓN 0.003
PRESIÓN 0.894% ÓXIDOS SULFÚRICOS 10E-7
NITRÓGENO 0.357 MONÓXIDO DE CARBONO 10E-7
ARGÓN 0.297 ÓXIDOS DE NITRÓGENO 10E-8
OXÍGENO 0.212 SULFATO DE HIDRÓGENO 10E-8
VAPOR DE AGUA 0.051 AMONÍACO ---
DIÓXIDO DE CARBONO 0.047 HALÓGENOS ---

Esto no significaba que podían abrirse los cascos y empezar a respirar. Ante todo, había demasiado vapor de agua y dióxido de carbono: sentado rígidamente en una silla, uno empezaría a jadear en pocos minutos. Y había elementos como bacterias, virus y gases irritantes que el equipo del traje no podía detectar pero que podían ser fatales en concentraciones de menos de uno por millón.

Pero los Domadores habían dominado mundos más formidables. Groombridge no era tal vez el jardín del universo, pero si a la ADE le parecía conveniente, en pocos años los hombres hollarían la superficie sin protección alguna.

—Ojalá hubiéramos traído un ratón —dijo Carol.

—La próxima vez. Nos llevaremos una muestra del aire.