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Biosferas:
aula 2041

ESCENA: Aula de una escuela privada exclusiva y anticuada en el norte del estado de Nueva York. Un día bochornoso a fines de primavera, con ráfagas de aire fresco.

DRAMATIS PERSONAE: EL PROFESOR es William J. Gilbert, el especialista en ciencias físicas del curso. Le fastidia la falta de atención de los alumnos pero cree haber dado con un recurso que agilizará la clase. JACQUE LEFAVRE no preparó la lección y no sabe distinguir una biosfera de una pelota. Hace dos días renunció oficialmente a la «s» final de su nombre (pues estaba harto de que lo pronunciaran «shocks») y en vez de tomar apuntes está practicando su nueva firma. Varios ALUMNOS y una MOSCA.

PROFESOR

Sentado frente al escritorio, tratando de no parecer rígido.

Creo que la explicación que el texto da de la biosfera es bastante abstrusa.

Se levanta del escritorio, rígidamente.

¿Estás de acuerdo, Mary?

PRIMERA ESTUDIANTE

Sí señor. Pero creo que la he entendido.

SEGUNDO ESTUDIANTE

Le susurra al TERCER ESTUDIANTE:

Dios mío, qué farol.

PROFESOR

¿Decías algo, Ronald?

SEGUNDO ESTUDIANTE

No, señor. Sólo que yo también creo que la he entendido.

La clase reacciona previsiblemente.

PROFESOR

No os imagináis lo feliz que me hacéis.

Mete la mano en una gaveta y saca una naranja.

Quizá una demostración la haga igualmente clara para todo el mundo.

Toma una navaja y la abre con un gesto ostentoso.

¿Cuántos han hecho cálculo y geometría analítica?

Sólo tres manos se levantan mientras él corta cuidadosamente la cáscara y el hollejo, trazando un círculo alrededor del medio de la naranja.

Muy bien, pues. No es precisamente la mayoría.

Manipula y cortajea la naranja hasta que se queda con tres piezas: la fruta y dos hemisferios. Pone la fruta a un lado.

Estas dos mitades de la cáscara y el hollejo serán nuestro modelo de biosfera.

Une los dos hemisferios.

Imaginad, si os parece, que en el centro de esta esfera hay una estrella diminuta.

Deja una mitad en el escritorio y señala con un lápiz el interior de la otra.

Como la estrella está en el centro, cualquier punto del hollejo estará a la misma distancia de la estrella. Así, cada punto del hollejo recibirá la misma cantidad de energía de la estrella, y estará a la misma temperatura.

Golpetea la parte exterior.

Lo mismo con la cáscara. Cada parte a la misma distancia, con la misma temperatura. Un poco más fría que en el interior.

CUARTO ESTUDIANTE

Primera ley de Newton.

PROFESOR

Muy bien, Stan. Pero haz el favor de no interrumpir.

Una MOSCA acaba de entrar en el aula y zumba muy audiblemente, tratando de escapar a través del cristal de la ventana. El PROFESOR la mira de soslayo un momento, luego continúa.

PROFESOR

Diremos que la temperatura interna, en la parte del hollejo es de cien grados centígrados, el punto de ebullición del agua. En la parte externa la temperatura es de cero grados, el punto de congelación.

Ahora, Mary, ¿puedes decir a la clase qué significa eso?

PRIMERA ESTUDIANTE

Rápidamente.

Significa que el único lugar del sistema donde puede haber agua líquida es el volumen que corresponde al hollejo de la naranja.

PROFESOR

Muy bien. ¿Qué más?

PRIMERA ESTUDIANTE

Al cabo de un momento:

¿Que en todo el resto habrá sólo vapor y hielo?

PROFESOR

Mira de nuevo a la MOSCA pero decide no perseguirla.

De acuerdo, pero no es exactamente lo que me interesa. ¿Algún otro? ¿Mark?

CUARTO ESTUDIANTE

Baja la mano.

Donde no hay agua líquida no puede existir la vida tal como la conocemos. Porque la vida basada en el carbono… necesita el agua…

PROFESOR

… como un solvente más o menos universal, correcto. Y por eso hablamos de biosfera. Bios, en griego, significa vida, y la vida sólo puede existir en esta esfera. ¿Amy?

QUINTA ESTUDIANTE

Pero el año pasado en biología la señorita Harkness dijo que una biosfera era todo el aire y el agua y…, el suelo de la Tierra, donde pueden vivir las plantas y los animales.

PROFESOR

Hurañamente:

Una palabra puede tener más de un significado.

La MOSCA deja de zumbar y JACQUE le echa un vistazo. JACQUE ha tratado de pasar inadvertido, pero le resulta difícil porque es el más corpulento del aula, y los azares del alfabeto lo han ubicado en la primera fila.

PROFESOR

¿Jacque? ¿Podrías prestarme atención?

JACQUE

Sí, señor.

JACQUE vive en Estados Unidos desde hace once años y ha perdido totalmente el acento francés. Cuando regrese a Suiza al cabo de nueve meses, con una cicatriz en la espalda, habrá perdido para siempre el musical acento de Lausana que le rodeó en la niñez y hablará su lengua materna como un extranjero culto.

PROFESOR

Teniendo en cuenta lo que acaban de señalar Mary y Mark, dime: ¿qué estrella tendría una biosfera más grande, nuestro sol o una estrella azul y caliente como Rigel?

JACQUE

Titubea.

¿Nuestro sol?

PROFESOR

¡En absoluto! La última lección ponía justamente el ejemplo de Rigel. ¿No la estudiaste?

JACQUE

Eh…, anoche… tuvimos una fluctuación de voltaje y no pude conseguir el libro.

PROFESOR

Sacude la cabeza.

Si me dieran un dólar por cada vez…

Golpeándose rítmicamente la palma con una regla.

Bien, para esta noche. Jacque, tendrás que escribir una monografía de cuatro páginas sobre la biosfera. En ella explicarás porqué hay más probabilidades de encontrar un planeta hospitalario alrededor de una estrella caliente que alrededor de una relativamente fría.

JACQUE

Sí, señor.

PROFESOR

Y mañana la leerás a la clase. Y responderás preguntas.

La historia de la fluctuación de voltaje es cierta. Ya a esta edad, JACQUE sabe más de física y astronomía que el PROFESOR: William Gilbert se ha licenciado en cultura musical. Cuando mañana lea la monografía, JACQUE señalará que de acuerdo con la definición del PROFESOR la Tierra no está dentro de la biosfera del Sol (pues si la Tierra no tuviera aire la temperatura de la superficie podría exceder el punto de ebullición del agua, como ocurre en la Luna) y por lo tanto no puede albergar vida. También señalará que la extensión de la biosfera de Rigel es insignificante, pues las estrellas azules jóvenes no forman planetas. Así se hará con un poderoso enemigo, no por primera ni por última vez, y estaría destinado a suspender el curso si el episodio del callejón no le interrumpiera el semestre.