[1] Amén de múltiples declaraciones en las que siempre negó saber algo de Nin (Bolloten, pp. 776s). <<

[2] Ya aludimos a él en el capítulo 2. Recordemos que se encuentra en AFPI: AH, legajo 71-6. <<

[3] Aparte de las ya mencionadas en el capítulo trece conviene aludir a un informe que Gerö envió a la IC el 22 de mayo. En él escribió que los «trotskistas» habían desempeñado un papel esencial en la insurrección. No desde el punto de vista cuantitativo (a pesar de que contaban con hombres y armas) sino como instigadores. Habían contribuido (lo cual era cierto) a suministrar la «plataforma» ideológica de la misma. Gerö subrayó que el POUM continuaba existiendo y que, a pesar de todos los esfuerzos del PSUC, ni la Generalitat ni el Gobierno central habían tomado medidas serias contra él. Es obvio que Gerö y Orlov pensaban en la necesidad de inducirlas. El primero se prometía de ello la remoción de una de las grandes dificultades en materia de organización del esfuerzo de guerra y la posibilidad de favorecer la unidad de acción con la CNT (Genovès, p. 303). Esto no estaba mal visto. Ahora bien, el asesinato de Nin no se desprende de este informe, por lo menos en la parte revelada. <<

[4] Hernández (pp. 128-134) relató que Orlov se le presentó a los dos o tres días de formado el Gobierno para contarle el plan que había imaginado y la implicación de Nin. Más espontáneo que Negrín y Vidarte, prorrumpió en carcajadas e intentó hacer ver al agente de la NKVD que era una operación absurda. Es difícil saber si contó la verdad o era un «camelo». <<

[5] Orlov se hizo famoso cuando publicó tal información en Life en 1956. Rogovin (pp. 470ss) le sigue al pie de la letra. Sin entrar en este tema, que se escapa a nuestra competencia, nos limitaremos a observar que en sus memorias la repite. <<

[6] Y, naturalmente, por su superior, el ministro de la Gobernación. «Stepanov», en un informe del 11 de mayo (Radosh et al., doc. 43), mencionó que en una reunión del Consejo de Ministros del día 8 Galarza había indicado que disponía de pruebas que mostraban que los «trotskista-poumistas» estaban en contacto con la red de espionaje franquista desarticulada en Madrid. <<

[7] El informe no indica su nombre. Fue David Vázquez Baldominos, nombrado poco después para la provincia de Madrid (Gaceta del 13 de junio), quien ejecutó la operación. <<

[8] Hernández (pp. 140-150) afirma que a Ortega le dieron las órdenes oportunas en el CC, en presencia de Orlov, de Togliatti (sic), Codovilla, Pasionaria y Checa. <<

[9] El defensor de los acusados, Benito Pabón y Suárez de Urbina, diputado a Cortes, estimó el 2 de julio de 1937 que se habían practicado cerca de un millar de detenciones, si bien la DGS había declarado sólo 300. AHN: legajo 1741, expediente 20, donde figura la documentación utilizada, salvo que se indique lo contrario. <<

[10] Según declaró Zugazagoitia el 14 de agosto en la causa, la policía madrileña había solicitado el traslado de Nin ya que era en la capital donde se seguía el asunto del espionaje falangista y en una de cuyas cárceles estaban recluidos los detenidos por tal motivo. Nikandrov, por el contrario, afirma que el traslado se debió a que era peligroso dejar a los detenidos en Barcelona. La coincidencia con Burillo puede no ser fortuita. Morón (pp. 97s) indica, por su parte, que en aquellos días se le alejó de Valencia con un pretexto, quizá para que no siguiese lo que ocurría en la DGS. <<

[11] Hernández (p. 170) menciona, en un error fáctico, que a Nin se le llevó directamente en Alcalá a una «prisión particular». No merece la pena comparar nuestro texto con las afirmaciones realizadas por autores precedentes sobre este turbio asunto. En general, no han manejado la documentación relevante. <<

[12] En el expediente de la Causa General se conserva un oficio fechado el 17 de junio, firmado por el jefe accidental de la Brigada Especial, Jacinto Ucedo Mariño (recordemos que Valentí estaba en Barcelona) y dirigido al comisario general de investigación y vigilancia en el que se afirma lo siguiente: «Con esta fecha ingresó en esta Brigada el detenido Andrés Nin Pérez trasladado de Barcelona y puesto a disposición de V. I. para proceder a su interrogatorio. Como V. I. no ignora, esta Brigada no reúne las condiciones mínimas precisas de discreción y seguridad, a la vez que de comodidad para un detenido como Nin, por lo que se permite rogarle que, concurriendo análogas circunstancias o acaso peores en la prevención de Atocha, procure designarnos un lugar apropiado con las garantías de discreción y demás que anteriormente le indico y a donde se pudiera trasladar al detenido». Se le contestó inmediatamente: «… Debo comunicarle que el lugar donde debe ser trasladado es un hotel sito en Alcalá de Henares que anteriormente perteneció a la Brigada de tanques, el que reúne todas las condiciones que en su oficio indicado me cita. Efectuado el traslado, se servirá Vd. montar una vigilancia de dos agentes que turnarán en el servicio con otros tantos para que esta vigilancia no se interrumpa, dándome cuenta de la marcha de las diligencias con respecto a esta detención. Madrid, 17 de junio de 1937». <<

[13] Hernández (p. 178) afirma que fue torturado «en días sin noche, sin comienzo ni fin, en jornadas de diez y veinte y cuarenta horas ininterrumpidas». De lo que no cabe duda es que se trató de unos cuantos días únicamente. <<

[14] Hay un dicho inglés sobre el caldero que acusa a la sartén de estar negra. El profesor Payne escribe desde una óptica presentista y de profundo disgusto con la situación política española actual e interpreta muchos capítulos del pasado a la luz de sus posiciones ideológicas. En su más reciente obra (2006, pp. 126 y 514) afirma que «el “dogma de la democracia republicana” se ha convertido en la ideología oficial de la izquierda española en general y, desde 2004, del Gobierno de Rodríguez Zapatero en concreto». <<

[15] Sería, no obstante, útil que el profesor Payne diera algún tipo de indicaciones acerca de la ubicación exacta de tal orden, porque ninguno de sus numerosos escritos autoriza a pensar que haya accedido a los archivos de la KGB y, sin duda por ignorancia, no conozco ningún trabajo (que él en cualquier caso no menciona) que la haya reproducido. <<

[16] En el otoño de 2006 el presidente George W. Bush autorizó el asesinato de espías iraníes que operasen en Irak (El País, 27 de enero de 2007, p. 6). Estados Unidos no se ha encontrado en una situación de lucha permanente ni con Cuba ni con Irán. A diferencia de lo que hacían los regímenes democráticos de la época, Stalin ayudaba a la República y se veía en lucha permanente con los trotskistas. <<

[17] La custodia se había encomendado al primero y a Miguel Altozano Roldán, de IR, quien prestó servicio durante tres días. Después solicitó permiso para ausentarse porque había fallecido víctima de un accidente de aviación un cuñado suyo. Le sustituyó González Fernández. El informe del 28 de octubre añade significativamente: «Desde luego, en la Brigada Especial no se tiene en cuenta en ningún caso la filiación política de los agentes para nombrarles servicio y la designación de aquellos funcionarios lo fue por el turno que correspondía a las incidencias de los servicios, sin que existiera indicación ni petición de nadie para ello». <<

[18] Cuando Prieto habló con Azaña (1987, p. 100) el 29 de junio ya sabía que Nin había estado en Alcalá de Henares. Zugazagoitia le había dicho que la policía tenía una pista. Esto explica su desazón y la de Negrín contra el teniente coronel Ortega. <<

[19] El informe del 28 de octubre ofreció algunos detalles complementarios: «La persona que llevaba la comida llegaba diariamente a las ocho en punto de la noche y el día de autos llegó una hora y media más tarde. Este individuo, una vez abierta la verja a su llamada por los agentes, entregó la comida y desapareció, presentándose en aquel momento los supuestos capitán, teniente y soldados que mostraron los documentos con las firmas falsificadas del general Miaja y del comisario general David Vázquez y consiguieron acorralar a los agentes sin permitirles cerrar la verja. Se observó que la cesta en que se llevaba la comida iba tapada con un paño y que a pesar de estar lloviendo no mostraba señales de estar mojada. La puerta de la verja aparte de la llave se abría con un clavo que se introducía en un cubillo. Dicho clavo fue dejado por distracción en un lugar de la casa, siendo buscado hasta encontrarlo por los raptores. El coche en que se transportó a Nin se metió en el interior del jardín situándose frente a la casa, etc., etc., datos todos ellos que obligaban técnicamente a la policía a seguir una pista políticamente peligrosa, por lo que sin dejar de hacerse gestiones en otros sentidos se estimó debían ponerse los hechos en conocimiento de la Superioridad». <<

[20] El atestado que se levantó dio los nombres: Manuel Simón Torrente, Angel Aparicio Martínez, Cipriano Blas Roldán, Hector de Buen López Heredia, Bonifacio y Emiliano Montoya Abrego, Luis Gilsano Martínez y Luis Ibeza Muñani. <<

[21] Todo lo que antecede nos permite situar la surrealista entrevista entre ambos entre el 23 de junio y el 29, cuando Prieto contó una historia similar a Azaña. Hernández (pp. 181s) presenta a un Orlov atemorizado por el fracaso en extraer a Nin una confesión a la moscovita e identifica a «Carlos Contreras» (Vittori Vidali) como el autor del plan de «liberación». Lo normal es que hubiera sido el mismo Orlov. <<

[22] Uno de ellos podría haber sido Rosell pero el informe del 28 de octubre afirma que «el día anterior al rapto había salido para Valencia» para conducir a Madrid a otros dirigentes del POUM. ¿Una ocultación?<<

[23] Conviene señalar que «Pedro» fue también el seudónimo que, según Haynes, la NKVD dio a Jesús Hernández cuando estaba en México. Otro agente lo utilizó en Estados Unidos. <<

[24] Sin duda se refería a las acciones emprendidas por el teniente coronel Burillo que el 16 de junio había ya cerrado locales del POUM y detenido a varios dirigentes, a quienes envió no a Alcalá de Henares sino a las cárceles de Valencia (Bolloten, p. 763). <<

[25] En sus apuntes, Negrín consignó: «No podía relatar cuanto sabía del caso Nin y de su detención no por las autoridades de la República, sino por un servicio extranjero, por cuanto esto no había podido dilucidarse». Zugazagoitia tenía una opinión contraria. <<

[26] Sería muy interesante estudiarlo pero, que yo sepa, nadie lo ha localizado. <<

[27] Peces-Barba del Brío, pp. 26s. No hemos tenido en cuenta varios errores fácticos de tal autor. <<

[28] AHN: legajo 614, expediente 2. Orlov había anticipado desde el primer momento la intervención de un experto español en cifra en su sugerencia a Moscú del 23 de mayo. El que el «desciframiento» de la inicial «N» la hiciese un agente de la NKVD sólo aparece en el informe policial del 28 de octubre. <<

[29] Para entonces la dirigente anarquista Federica Montseny, exministra, en un mitin en Barcelona el 21 de julio había declarado que según noticias no confirmadas se habían hallado en Madrid los cadáveres de Nin y de dos compañeros más. Si el Gobierno no lo desmentía habría que creer que eran ciertas. Añadió: «se nos puede decir que Nin es un agente del fascismo, probad todo esto y entonces, en medio de la plaza más pública de España, fusilarlo… Matar y asesinar en la sombra, no puede tolerarse» (Pagès, p. 265). <<

[30] En sus memorias (p. 99) se atribuye el haber hecho «saltar» a Ortega al amenazar con dimitir, lo que indujo a Zugazagoitia, según él, a prescindir del director general y a nombrarle «con carácter interino». <<

[31] Es importante destacar que Zugazagoitia no se pronunció sobre la autenticidad de los documentos que inculpaban a Nin. Al contrario, afirmó con rotundidad que «no tengo absolutamente ningún fundamento para juzgar sobre la veracidad». Esto contradice lo que Orlov contó a Moscú el 25 de septiembre de que el ministro «consideraba el documento absolutamente genuino» (Costello/Tsarev, p. 289). <<

[32] Krivitsky, que afirma que sabía mucho, dio con la solución (p. 105): se encontró su cadáver con los de algunos de sus compañeros. <<

[33] Morón (pp. 102s) afirmó que el Gobierno se propuso «cubrir el expediente, descargando el golpe de su justicia sobre funcionarios subalternos». Atacó duramente a Irujo y caracterizó al juez instructor como «un significado elemento de derechas». Vidarte dimitió y su puesto lo ocupó un hombre de la máxima confianza de Negrín, Rafael Méndez. Vázquez Baldominos salió también (Gacetas del 3 y 9 de septiembre, respectivamente). <<

[34] Agradezco a Fernando Hernández Sánchez su gran amabilidad en permitirme utilizar este retazo de las memorias de Uribe que se conservan en AHPCE. <<

[35] Para un análisis de su comportamiento, véase Graham (2006, p. 315). <<

[36] «Stepanov» llegó a pensar de Prieto que era partidario sin la menor duda de la unidad entre socialistas y comunistas y no se explicaba las razones por las cuales no la abordaba con mayor energía. <<

[37] Elorza/Bizcarrondo (pp. 371 y 373) ya subrayaron que en tal interpretación el POUM jugaba «nada menos que el papel desempeñado en realidad por la CNT» a la vez que indicaron que «los límites de la provocación eran traspasados una y otra vez por el diario poumista». <<

[38] Tolstoy (1999) ha iluminado el choque entre los dilemas morales y las concepciones de Realpolitik inmersos en tales operaciones. Particularmente sórdido fue el caso de los rusos blancos que nunca habían estado bajo control soviético (1986), en un ejemplo de perfidia y de complicidad con el terror estalinista que ha arrojado sombras indelebles sobre MacMillan, posterior primer ministro. <<

[39] Las opiniones de «Stepanov» en su informe del 18 de junio se refieren sólo a la superficie: «Hay que decir que Negrín personalmente se mantiene muy bien. Da la impresión de ser muy enérgico, valiente y activo, apoya sin discusión todas las propuestas del PCE y aprovecha y provoca la iniciativa y la cooperación del mismo». <<

[40] Los puntos suspensivos figuran en el original. El despacho «Entretien avec M. Negrin», del 22 de abril de 1938, está reproducido en DDF, IX, doc. 221. <<