DESPACHO DEL EMBAJADOR EN MOSCÚ SOBRE LA LLEGADA DEL ORO
Tengo el honor de poner en conocimiento de V. E. la información siguiente, aprovechando la salida para París del correo diplomático del Gobierno de los Soviets ya que por su naturaleza no era apropiada para ser enviada por conducto de menos seguridad.
Recepción de oro. —El día 5 del corriente recibí aviso del Sr. Krestinsky, comisario adjunto del pueblo para los Negocios Extranjeros, para que con urgencia me entrevistara con él. Me comunicó que en aquel día llegaría a Moscú un muy importante cargamento de oro que remitía aquí el Gobierno de la República y que en nombre de su Gobierno me requería para que asistiera en mi representación oficial a los actos forzosamente complicados de la recepción y para que al mismo tiempo diera constancia oficial en compañía de la representación al efecto designada por el Gobierno de los Soviets, comisario del pueblo para la Hacienda GRINKO y comisario para Negocios Extranjeros KRESTINSKY así como diversos funcionarios de Interior y Hacienda, de sus circunstancias. Venciendo las naturales dudas y escrúpulos derivados de no haber recibido absolutamente indicación alguna del Gobierno de la República sobre el asunto y ante la consideración definitiva de que se trataba ya de un hecho realizado, siendo lo principal la normalización mayor posible y la disposición lo más ordenadamente posible de la operación, en el sentido de que no estuviera totalmente ausente una representación legal española en tan delicada transacción, razonable deseo expuesto por el Gobierno soviético, acudí a realizar la misión solicitada.
Las cajas habían llegado en cuatro buques soviéticos, desembarcadas y trasladadas al tren bajo una vigilancia especial de fuerzas del Comisariado del Interior, transportadas en trenes especiales a Moscú bajo la vigilancia de la misma guardia y de los cuatro funcionarios españoles del Banco de España que con ellas venían desde nuestro país. Se hizo la remisión desde los trenes al Depósito de Metales Preciosos del Gobierno de los Soviets en Moscú en dos noches con la misma guardia especial, acompañada de los referidos cuatro funcionarios, y se verificó la recepción en el local de depósito bajo el control de los funcionarios del establecimiento, de los nuestros en varias series y de los representantes del Gobierno soviético y del mío personal. Las habitaciones ofrecen a mi juicio buenas garantías de custodia y hay siempre fuerzas militares especiales del Comisariado del Interior de vigilancia.
En relación con el asunto y previas deliberaciones y estudios se han levantado hasta ahora tres protocolos:
En total, 7800 cajas Standard.
Se han consignado las especificaciones variadas sobre el estado de llegada de las cajas, tomándose especiales precauciones de contraste y guarda con el sello de la Embajada de aquéllas que presentaban algunos defectos debidos a movimientos y golpes en el traslado. Se han protocolizado: 1. Las que presentaban algún deterioro. 2. Las de ensayo, tomadas al azar, para contraste. 3. Las que constituyen el 2 por ciento de prueba de acuerdo con lo fijado en a.
De cada una de las operaciones se han levantado actas en número de seis ejemplares, tres en francés y tres en ruso de igual fehaciencia que han sido lacradas y selladas con los timbres del Comisariado de Hacienda de la URSS y de la Embajada de España en Moscú. Las tres parejas de ejemplares de estas actas están en poder del Comisariado de Hacienda una, otra en el de Negocios Extranjeros y la restante en el mío.
Se procede ahora a terminar el examen del 2 por ciento más arriba aludido y terminado que sea se discutirá el procedimiento a seguir para la comprobación del resto de la masa. El trabajo supone muchas horas y mucha atención y se realiza por funcionarios del Depósito de Metales Preciosos del Gobierno soviético, por empleados del Comisariado de Hacienda y por los cuatro nuestros, con la general inspección del Sr. Grinko y la mía, protegiendo el edificio y los locales dentro fuerzas especiales.
V. E. podrá suponer el peso que todas estas largas operaciones han venido a agregar a mis ocupaciones de otra naturaleza.
Todo se verifica con la natural reserva y los cuatro funcionarios españoles no han tenido, siguiendo mis instrucciones, contacto alguno con ningún otro español aquí ni con persona sospechosa, habiéndose tomado también por indicaciones mías otra clase de precauciones al respecto.
Informaré a su debido tiempo a V. E. del ulterior desarrollo de este asunto rogándole que cuando lo estime oportuno me haga saber la conducta que debo seguir con los ejemplares y documentos pertenecientes a esta Embajada que hacen fehaciencia para el Gobierno español.
Más tarde elevaré consulta a ese Ministerio para que lo transmita al de Hacienda sobre la situación de los funcionarios españoles referidos una vez se fije el modo de comprobación del conjunto de la masa de metal aún no contrastado pues me han expresado ya problemas personales de índole varia. A este efecto, y por obvias razones, designaré en mis comunicaciones postales o telegráficas a V. E. estas personas así:
A menos que reciba orden en contrario de V. E. satisfaré con cargo a la Embajada los gastos normales de estas personas pues han venido sin dinero.
NO HE COMUNICADO NADA A ESE MINISTERIO HASTA HOY DE ESTE ASUNTO EXCEPTO LA CONTRASEÑA REQUERIDA POR EL SR. MÉNDEZ ASPE, DIRECTOR DEL TESORO, POR NO HABER HASTA MAÑANA DÍA 19 VALIJA A PARÍS Y TENER GRAN TEMOR DADA LA PARTICULAR RESERVA ATRIBUIBLE A ESTE ASUNTO DE CUALQUIER OTRO MEDIO DE COMUNICACIÓN.
Fiestas de la URSS. Conviene advierta a V. E. que el Sr. Litvinoff, comisario del pueblo para Negocios Extranjeros, me ha enviado un oficio rogándome transmita el agradecimiento del Gobierno soviético al español por la felicitación enviada con motivo del 7 de noviembre.
Tanto en la recepción oficial del Comisariado el día 7 como en la parada militar y civil en la Plaza Roja he sido objeto de especiales distinciones por parte del Sr. Litvinoff en la primera y de Stalin en la segunda que me envió recado para que me colocara de manera particular a la derecha de Krestinsky en la tribuna diplomática.
Delegación española a las fiestas. Los dos grupos (de Odesa y de Leningrado) han sido objeto de muchas atenciones por parte de sindicatos, fábricas, teatros, Casa de los Sabios, Ejército Rojo, etc.
Por parte de la Embajada se ha tenido la deferencia de ir a recibir a los dos grupos a la estación y de invitarles a un banquete junto con las personas rusas que habitualmente les acompañan.
Dos miembros de la delegación se encuentran en el hospital del Kremlin muy bien atendidos a consecuencia de pequeños recrudecimientos de heridas.
Entusiasmo e interés por los asuntos de España. Continúa el gran interés por los acontecimientos españoles aumentado si cabe. Son evidentes sus reiteradas manifestaciones.
En el desfile civil de la Plaza Roja el día 7 se mostraron muchísimos carteles alusivos a nuestro heroico pueblo, saludos a S. E., Largo Caballero y a Pasionaria y votos por el triunfo sobre el fascismo.
Yo sigo recibiendo numerosa correspondencia principalmente sobre deseo de adoptar hijos de milicianos caídos en la lucha y de personas que solicitan marchar a España para combatir, muchos extranjeros y con particulares méritos. Reitero a V. E. la necesidad y urgencia de enviarme el personal de la Embajada y los cónsules para Odesa y Leningrado.
Llegan asimismo continuamente telegramas de felicitación y de saludo casi siempre dirigidos a S. E., Largo Caballero y Pasionaria conjuntamente a los que contesto siempre.
Me parece advertir que quizá la prensa por motivos explicables en otro orden de consideraciones dedica ahora menos espacio a los mítines en favor de España siquiera cuide mucho de la situación militar.
Detenciones de extranjeros en Moscú. En días pasados han sido detenidos algunos extranjeros, principalmente alemanes, a los que se acusa de actividades sediciosas contra la URSS. Ello ha producido alguna emoción en los medios diplomáticos y reclamaciones por parte de la Embajada de Alemania. Litvinoff ha enumerado en su respuesta al embajador de Alemania según la prensa los actos criminales de que se acusa a cada uno de los detenidos, propaganda fascista, espionaje y preparación de actos terroristas.
Correspondencia. La escasez de medios de comunicación y la carencia absoluta de personal me cohíben y limitan extraordinariamente para poder informar al Gobierno de muchos aspectos de interés de la vida soviética.
Por otra parte, debo señalar a V. E. que nunca recibo las comunicaciones de gran importancia que son obligadas tales como por ejemplo la formación del nuevo Gobierno, el traslado del Gobierno a Valencia.
No he tenido todavía respuesta a mi consulta sobre utilización de la clave 166 que es la única que poseo y que elevé a ese Ministerio a raíz de ser advertido por Azcárate, embajador en Londres, de que no la empleara e informado oficiosamente por el Comisariado de Negocios Extranjeros de que al parecer había sido robada a nuestro encargado de negocios en Berlín. Esto me fuerza naturalmente a inquietud y reserva.
Delegación comercial y asuntos comerciales. Con mucho gusto personalmente realizo todas las gestiones que el Ministerio de Industria y Comercio solicite. Pero considero mi deber señalar a V. E. que para conservar toda mi autoridad y personalidad debida al cargo, no creo yo conveniente que actúe con demasiada frecuencia en el Comisariado de Comercio Exterior, reservándome para los asuntos de gran importancia y generales pero no insistiendo sobre comisiones que aun pareciendo importantes a algunas personal o corporaciones de ésa, aisladamente no compensan como V. E. seguramente comprenderá bien la pérdida de prestigio político y consideración para algún momento en que asuntos de ese Ministerio propiamente requirieran plena autoridad. Estoy seguro de que V. E. entenderá perfectamente el matiz a que se merecen las demandas del Ministerio de Industria y Comercio. Probablemente en cuanto se incorporen los delegados comerciales aminorará este trabajo que presenta ahora algún aspecto delicado.
Me excuso, para terminar, como en los informes previos, de la redacción este escrito en atención a las circunstancias de mi actual trabajo.
18 de noviembre de 1936
FUENTE: documento del archivo del Dr. Pascua en manos del autor. El original se encuentra en el AHN: Diversos/Marcelino Pascua/ 1 (2)-20.