30 de julio de 1963

La cordada Rabadá-Navarro partió de Zaragoza en compañía de Luis Alcalde. Alcalde, compañero de trabajo de Rabadá y montañero, les ayudaría con la logística y con los contactos con la prensa aragonesa, entre la que se había levantado una gran expectación con la escalada.

Los tres montañeros realizaron el viaje en tren con el dinero suficiente para el pasaje y para comprar algo de equipo necesario para la ascensión. Durmieron en el tren apoyados contra las mochilas, o en los campos baldíos junto a las estaciones de Grenoble, Ginebra y Berna. Ansiosos por conocer las novedades en material de montaña que se fabricaban en Europa, retrasaron un día su viaje durante su visita a Grenoble y se asombraron con los nuevos adelantos de la tienda La Randonée Sports, en la Rue de Montorgue. Les impresionaron los ligeros piolets y los crampones de doce puntas que permitían la progresión frontal por hielo en vez del duro trabajo de tallar peldaños.

Hicieron su primer gasto en alojamiento en Interlaken, donde, dada la elegancia de la ciudad, les pareció mal dormir en la calle e hicieron noche en una pensión.

Sello de salida de España del pasaporte de Ernesto Navarro.