Las crónicas de Bridei son una mezcla de historia conocida, imaginación y conjeturas hechas con cierto fundamento. Los pictos eran un pueblo misterioso, tanto más fascinante por la ausencia de documentos contemporáneos sobre su cultura. Lo que sabemos de ellos procede principalmente de las referencias romanas y de clérigos como Adamnan, que dejó constancia de la historia de la misión de San Columba en el norte de Gran Bretaña. Los pictos fueron una fuerza dominante en esta región durante siglos, hasta que los escotos se establecieron en lo que posteriormente se conoció como Escocia. En aquel momento la muy desarrollada cultura de los pictos desapareció rápidamente, dejando su huella en forma de las piedras con símbolos grabados que tienen los crípticos diseños que también se muestran en las joyas pictas: los trazos en forma de media luna, de V, de doble disco o de Z, el espejo y el peine, la bestia marina. Los historiadores siguen disputándose su significado. Todavía pueden encontrarse restos de fortalezas pictas en lugares como Burghead y Craig Phadraig, que en estas novelas aparecen como Caer Pridne y la Colina Blanca.
Al escribir la historia de Bridei, hijo de Maelchon, que gobernó a los pictos desde el año 554 d. C., tomé varias decisiones. Mi relato se basa en la historia conocida: Bridei, su mentor Broichan, los principales personajes políticos y situaciones en los libros son todos reales. No obstante, como tenemos tan poca información sobre la sociedad de los pictos y gran parte de ella es discutible, me basé en conjeturas bien fundadas para muchos detalles de la historia. La manera en que trato la sucesión por línea materna y la elección de los reyes se incluye en esta categoría. No se trata de un hecho probado históricamente, aunque se basa en pruebas existentes sobre la tradición picta.
He evitado utilizar topónimos derivados tanto del gaélico como del nórdico antiguo (como, por ejemplo, Loch Linnhe o Burghead) puesto que estas dos culturas ejercieron su influencia en la región con posterioridad a la época de Bridei. La lengua de los pictos pertenecía al mismo grupo que el galés y el bretón, pero fue muy poco lo que quedó de ella. Los nombres que he dado a conocidos lugares escoceses son una combinación de nombres descriptivos en inglés (Cresta de los Robles, Lago de la Serpiente) y nombres inventados derivados de componentes pictos/britanos (Caer Pridne, Banmerren). Cuando es apropiado para la historia he utilizado los nombres actuales (la Gran Cañada, Cinco Hermanas, Dunadd).
La religión de los pictos tal y como aparece en estos libros es de mi propia invención, está basada en otras creencias paganas de la época y en el evidente amor y respeto que los pictos tenían por la naturaleza (los símbolos de las piedras representan animales de muchas clases y es probable que estos formaran parte de las prácticas rituales pictas). Sabemos que entre ellos había druidas o magos: Broichan aparece en la Vida de San Columba de Adamnan como uno de ellos. El pozo de Caer Pridne (Burghead Well) es un lugar real que todavía puede visitarse.
Los Seres Buenos son los antiguos seres feéricos de Escocia, que aparecen en muchos cuentos tradicionales. La magia casera se utilizaba comúnmente para apaciguar a estos taimados visitantes.
La geografía de Las crónicas de Bridei es la de las Tierras Altas de Escocia y aquellos que estén familiarizados con la región reconocerán la mayoría de lugares de los libros. Sin embargo, me he tomado algunas libertades con las distancias y emplazamientos con el propósito de mejorar la narración.
Puede encontrarse una versión más detallada de estas notas en la página web de la autora en www.julietmarillier.com bajo el enlace Bridei’s Chronicles. La página incluye una bibliografía para los lectores que deseen averiguar más cosas sobre los pictos y su cultura.