Notas al Libro III

[1] Basilio I (867-886), tatarabuelo de Basilio II. <<

[2] Hace referencia al derecho de tradición romana que vive un renacimiento en Bizancio en el siglo XI después de las grandes codificaciones realizadas en el siglo anterior. <<

[3] La dinastía de los Antoninos, que gobernó los destinos de Roma en el siglo n, representaba tradicionalmente el periodo más próspero de la historia del imperio. El emperador-filósofo Marco Aurelio (161-180) encarnaba mejor que nadie el espíritu de esta época. Por su parte Octavio Augusto, como fundador del imperio (n. 63 a. C. - m. 14 d. C.), representa también otro de los hitos gloriosos del pasado romano. <<

[4] Alepo, en el norte de Siria, conquistada por los bizantinos en el 962, permanecía solamente vinculada nominalmente a Bizancio bajo el gobierno de sus emires. Cuando Romano III quiso anexionar su territorio y los emires mirdasidas se negaron, dirigió contra ellos la expedición que aquí menciona Pselo. Estamos en el año 1030. <<

[5] Trajano (98-117) y Adriano (117-138) son los dos primeros emperadores de la llamada dinastía de los Antoninos. Trajano anexionó Asiría y Mesopotamia al imperio, pero Adriano debió abandonarlas, aunque visitó Siria y Palestina con ocasión de diversas campañas. A Augusto, responsable de la incorporación definitiva de gran parte del Oriente al imperio, ya lo mencionó Pselo un poco antes. Finalmente, la mención de Alejandro Magno (336-323 a. C.), hijo de Filipo II de Macedonia, se explica por haber conquistado éste todo el Oriente persa aqueménida. <<

[6] Antioquía, la ciudad más importante de Siria y entonces en poder del imperio. <<

[7] Los zapatos púrpura del emperador revelaron su condición a los soldados. <<

[8] Durante el arcontado de Euclides (403 a. C.) se concedió en Atenas una amnistía a las infracciones anteriores que se convirtió en proverbial. <<

[9] Alusión a la iglesia de Santa Sofía construida por Justiniano en el siglo VI y sin duda la construcción más imponente de todo el imperio. También Justiniano, al inaugurar esta basílica, dijo al contemplar la inmensa cúpula: «Salomón, te he vencido». <<

[10] Fidias como escultor y Polignoto y Zeuxis como pintores son los más famosos artistas de la época clásica griega, activos todos en el siglo V a. C. <<

[11] La imponente iglesia de la Virgen Peribleptos (o «Espectable»), construida en el extremo suroccidental de Constantinopla por Romano III y luego restaurada por Nicéforo III Botaniates (1078-1081), sirvió de tumba a estos dos emperadores, pero fue destruida por un incendio en 1877. La actual iglesia que ocupa su lugar, llamada en turco Sulu Manastir («Monasterio del Agua»), es una moderna reconstrucción. <<

[12] Salmos 14.1 y 83.2. <<

[13] Deuteronomio 23.19: «No traerás salario de prostituta ni ofrenda de perro a la Casa de Dios tu Señor». <<

[14] Pselo hace aquí un juego de palabras incomprensible si no se sabe que el nombre de Peribleptos o «Espectable», que dio a la Virgen en el templo que le dedicó, designa al mismo tiempo a una dignidad palatina, por lo tanto poco adecuada para la Madre de Dios. Por eso nuestro autor considera que el adjetivo Peribleptos se aplica quizás al edificio antes que a la Virgen. <<

[15] Anaxágoras (500/546-428 a. C.), uno de los más importantes filósofos pre-socráticos, habló de infinitos elementos en el origen del cosmos. Pselo conoció su doctrina probablemente a través del neoplatónico Simplicio (s. VI). <<

[16] Juan Orfanotrofo, del que se hablará con detalle en el libro siguiente. <<

[17] Romano III Arguiro murió el 12 de abril del 1034, el día de Viernes Santo. <<