Lodovik usó el último código que conocía, pero la puerta del corredor de transferencia de los Tribunales aún se negaba a abrirse. Tecleó nuevamente el código junto a la puerta, y el rostro simplificado de la pantalla proclamó una vez más que el código estaba incompleto. Sería típico del personal de seguridad del palacio añadir unos números sin cambiar los números iniciales.
Estoy trabajando, le dijo Voltaire. Tiene que haber muchas medidas de seguridad que se activan ahora… ¡instrucciones múltiples, quizá!
La muchacha y el joven corpulento aguardaban con impaciencia.
—No conviene quedarse aquí —dijo Brann—. Algo está mal.
Los rasgos de Voltaire aparecieron en la pantalla, con la simplificación de una caricatura.
—Se requieren números adicionales según los procedimientos de seguridad modificados —dijo la voz mecánica. La nueva cara le guiñó el ojo a Lodovik—. Procedimiento de prueba quince A para verificación. Puedes teclear un código de uso personal sólo durante este período de prueba. A1 concluir el período de prueba, se establecerá un nuevo código de entrada o código personal.
Lodovik miró por encima del hombro mientras tecleaba siete nuevos números.
Klia miró la pantalla frunciendo el ceño.
—¿Quién es ese? —preguntó.
—El simulacro —dijo Lodovik.
La puerta se abrió. Lodovik invitó a los otros a pasar primero.
—¿Hari Seldon está cerca? —preguntó Klia.
Está muy cerca, dijo Voltaire. Y en peligro inminente.