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Linge Chen permitió que Kreen le quitara la toga. El sirviente desvistió a su amo en silencio y rápidamente, sin romper la concentración del comisionado. Chen miró la pared mientras Kreen le desataba las largas bandas doradas de la cintura. Cuando sólo quedaba la sotana gris, Chen alzó un dedo. Kreen se inclinó y abandonó la cámara.

Chen se llevó el dedo al lóbulo de la oreja, y giró despacio, como en trance, hacia el informador del escritorio.

—Hari Seldon —dijo—. Destilación de fuentes principales.

El informador trabajó varios segundos y respondió:

—Doscientos setenta y cuatro informes sobre psicohistoria, reclusión de Seldon para el juicio, académicos preocupados por el tratamiento de Seldon en tribunal cerrado al público, cuarenta y dos artículos de opinión sin firma, escritos por meritócratas de Trantor que propician su liberación…

Chen ordenó a la máquina que se callara. La cobertura era relativamente liviana, como él había esperado. No había planeado alentar ni suprimir historias relacionadas con Seldon, y no veía motivos para cambiar ahora ese enfoque.

Chen sentía un disgusto aristocrático por el control de las fuentes de información.

Prefería dejarlas actuar y obtener los resultados deseados mediante la manipulación de hechos dignos de nota. Cualquier medida más drástica revelaría su parcialidad, y por tanto sería menos efectiva.

—Seldon y robots —dijo Chen, con voz baja y firme. Cerró los ojos.

—Catorce artículos expresan preocupación por la creación de la Comisión de Seguridad General —dijo el informador—. En todos se menciona el interés de Farad Sinter en los Eternos y su creencia de que son robots. También se menciona a Joranum y su caída a manos de Demerzel y Hari Seldon. Cuatro sospechan que Farad Sinter ha manipulado el arresto y enjuiciamiento de Hari Seldon. Dos vinculan a Seldon con la Mujer Tigre, a quien algunos extremistas y oportunistas políticos consideraban un robot, hasta su muerte. Estos últimos artículos se originan en la Comisión de Seguridad General.

—¿Salidas clave?

—Todas.

—Detalles sobre la primera.

—Principal salida y artículo, Radiancia de Trantor, veintisiete tipos de medio, saturación de los veintisiete.

Chen cabeceó distraídamente, se tocó de nuevo el lóbulo. Ordenó a Kreen que regresara. El lavrentiano pareció salir de la nada, como si se hubiera desvanecido sin abandonar la habitación.

—¿Los Especiales de Farad están de nuevo en movimiento?

—Sí, sire. Los asignaron a la Comisión de Seguridad General. Vara Liso encabeza nuevamente las búsquedas. El emperador está al corriente de sus actividades y parece aprobarlas.

—Sinter no pierde el tiempo. Después de tantos años, Kreen, esto parece muy fácil. Saca al general Prothon de su «retiro» y mándalo aquí —ordenó Chen—. Ninguna comunicación una vez que él llegue.

El comisionado miró a Kreen y sonrió como un niño. El sirviente respondió con moderado entusiasmo. La última vez que había visto esa sonrisa, el comisionado Chen había ordenado al general Prothon que escoltara a Agis IV a un exilio —una supresión, mejor dicho— del que nunca había regresado. Se había armado un gran revuelo en el palacio. Kreen había perdido cuatro parientes en las subsiguientes purgas y normalizaciones políticas.

Desde entonces, el nombre Prothon estaba asociado con el miedo, tal como Chen se proponía.

Kreen se retiró una vez más, el rostro pálido.

—Sí, sire.

Kreen, como todos los lavrentianos, sólo deseaba estabilidad, paz y trabajo, pero aparentemente las cosas serían de otro modo.