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Hari guardó silencio mientras entraban los jueces. Boon estaba al lado de él, pero Gaal Dornick no estaba en la cámara. Boon parecía incómodo. Hari no había dormido bien la noche anterior. Quería moverse en la silla y encontrar una posición más cómoda, pero se quedó quieto cuando entró Linge Chen. El comisionado mayor ocupó el estrado más alto y miró solemnemente el vacío.

Por el cielo, odio a ese hombre, pensó Hari.

El abogado de la Comisión de Seguridad Pública entró y se acercó a los jueces.

—Se pensaba que la Comisión de Seguridad General entrevistaría hoy al profesor Seldon —declaró—. Pero los nuevos comisionados parecen tener cosas más importantes que hacer, y han solicitado un aplazamiento. ¿Es deseo de los jueces del comisionado otorgar dicho aplazamiento?

Linge Chen miró la sala con ojos soñolientos y asintió. Hari creyó detectar una pequeña curva en los labios del comisionado.

—¿Proseguiremos con el juicio hasta su fase final, o haremos un receso para continuar en una fecha posterior?

Hari se irguió con un gruñido. Boon le apoyó una mano en el brazo. Linge Chen miró al techo.

—Receso —murmuró, y miró de nuevo hacia abajo.

—Habrá un receso hasta el momento en que los jueces consideren oportuno reanudar el procedimiento —dijo el abogado.

Hari sintió que se desinflaba. Sacudió la cabeza y clavó los ojos en el comisionado mayor, pero Chen estaba contemplando una esfera más elevada del ser, con una satisfacción que Hari encontraba doblemente irritante.

Cuando se dirigía a sus aposentos, Hari le gritó a Boon:

—¡Nunca! ¡Nunca terminarán conmigo! ¡No tienen decencia!

Mientras Boon alzaba las manos con impotencia, los guardias llevaron a Hari a su celda.