R. Daneel Olivaw estaba alarmado.

—He subestimado el poder de Lamurk.

—Somos pocos, y ellos son muchos —dijo Dors. Quería ayudar a esa criatura antigua y sabia, pero no se le ocurría ninguna sugerencia concreta. Ante la duda, confortar. ¿O eso era demasiado humano?

Olivaw estaba absolutamente inmóvil. No usaba gestos faciales ni corporales, consagrando toda su capacidad a sus cálculos. Había llegado en una lanzadera privada desde un agujero de gusano y ahora estaba con Dors en una suite de la estación.

—No puedo evaluar esta situación. ¿Estás segura de que esa oficial de segundad no era agente de la potentada académica?

—Nos ayudó mucho cuando regresamos a nuestro cuerpo.

—Con Vaddo muerto, ella pudo haber fingido inocencia.

—Es verdad. No puedo descartarla.

—¿Nadie detectó vuestra partida de Trantor?

Dors le tocó la mano.

—Usé todos los contactos y mecanismos que conocía. Pero Lamurk es muy perverso.

—También yo, si es necesario.

—No puedes estar en todas partes. Sospecho que Lamurk corrompió a Vaddo.

—Sospecho que ya estaba aliado con él —declaró Daneel, entornando los ojos. Evidentemente había llegado a una conclusión y ya disponía de espacio informático para sus expresiones.

—Verifiqué sus antecedentes. Estuvo aquí durante años. No, Lamurk lo sobornó o lo convenció.

—Pero no Lamurk en persona, desde luego —dijo R. Daneel con expresión severa—. Un agente.

—Traté de obtener un análisis del cerebro de Vaddo, pero no pude superar los tecnicismos legales. —Le gustaba que R. Daneel usara el programa de expresión facial. ¿Pero qué había decidido?

—Yo podría extraer más de él —declaró R. Daneel.

Dors comprendió la implicación.

—¿La Primera Ley suspendida por la Ley Cero?

—Así debe ser. La gran crisis se aproxima rápidamente.

De repente Dors se alegró de no saber más sobre lo que sucedía en el Imperio.

—Debemos llevarnos a Hari de aquí. Eso es lo más importante.

—Convenido. He logrado prioridad máxima para que ambos viajéis por el agujero de gusano.

—No debería estar ocupado. Nosotros…

—Creo que esperan tráfico adicional pronto… Más agentes de Lamurk, me temo. O agentes más insidiosos, como los que contrataría la potentada académica.

—Entonces debemos apresurarnos. ¿Adonde iremos?

—No a Trantor.

—¡Pero vivimos allí! A Hari no le gustará ser un vagabundo…

—Con el tiempo, sí, regresaréis a Trantor. Tal vez pronto. Pero por el momento, iréis a cualquier otra parte.

—Le preguntaré a Hari si hay un mundo que él prefiera.

R. Daneel frunció el ceño, sumido en sus reflexiones. Con distraída gracia se rascó la nariz y el ojo. Dors se inquietó, pero aparente mente R. Daneel había alterado sus neurocircuitos y ese gesto era común. Trató de imaginar el uso de semejante modificación y no pudo Pero R. Daneel había vivido milenios de modificaciones que ella no podía imaginar.

—Helicón no —dijo R. Daneel—. El sentimentalismo y la nostalgia podrían llevar a Hari allí.

—Muy bien. Eso nos deja sólo veinticinco millones de opciones.

R. Daneel no festejó la broma.