ESCENA IV

Entran el DUQUE, AMIENS, JAIME, ORLANDO, OLIVER y CELIA.

DUQUE

¿Crees, Orlando, que el muchacho

puede hacer todo lo que ha prometido?

ORLANDO

A veces lo creo y a veces no, como quien

teme su esperanza y sabe que la teme.

Entran ROSALINA, SILVIO y FEBE.

ROSALINA

Paciencia una vez más, mientras se cumple

nuestro acuerdo.—

[Al DUQUE] Decidme, si os traigo a Rosalina,

¿la daréis a Orlando en matrimonio?

DUQUE

Sí, y reinos con ella si tuviese.

ROSALINA [a ORLANDO]

Y, si la traigo, ¿vos la aceptaréis?

ORLANDO

Sí, aunque fuese el rey de todos los reinos.

ROSALINA [a FEBE]

Y, si consiento, ¿os casaréis conmigo?

FEBE

Sí, aunque muriese al cabo de una hora.

ROSALINA

Mas, si os negáis, ¿querríais desposaros

con este fidelísimo pastor?

FEBE

Es lo convenido.

ROSALINA [a SILVIO]

Y, si ella accede, ¿vos la tomaréis por esposa?

SILVIO

Sí, aunque tomarla sea la muerte.

ROSALINA

Prometí concertar todo este asunto.

Cumplid vuestra palabra, duque, y casad

a vuestra hija; cumplid la vuestra, Orlando,

y aceptadla; cumplid la vuestra, Febe,

y casaos conmigo, o, si me rechazáis,

uníos al pastor; cumplid la vuestra, Silvio,

de que con ella os casaréis si me rechaza.

Y ahora me dispongo a disipar todas las dudas.

Salen ROSALINA y CELIA.

DUQUE

En algunos detalles el muchacho

es el vivo retrato de mi hija.

ORLANDO

Señor, cuando le vi por vez primera

me pareció un hermano de vuestra hija.

Pero, Alteza, el muchacho es de este bosque

y fue iniciado en estudios peligrosos

por su tío, de quien dice que es gran mago

y se oculta en el ámbito del bosque.

Entran PARRAGÓN y ANDREA.

JAIME

PARRAGÓN

JAIME

PARRAGÓN

JAIME

PARRAGÓN

JAIME

DUQUE

PARRAGÓN

DUQUE

PARRAGÓN

JAIME

PARRAGÓN

JAIME

PARRAGÓN

JAIME

PARRAGÓN

JAIME

DUQUE

Entran HIMENEO, ROSALINA y CELIA.

Música suave[56].

HIMENEO

Ahora el cielo se alegra

de que en las cosas terrenas

se alcance armonía y acuerdo.

Acoge, duque, a tu hija,

de cielo a tierra traída

por el divino Himeneo,

y hazla esposa, si te agrada,

de quien la lleva en el alma.

ROSALINA

[al DUQUE] Me doy toda a vos, pues vuestra soy.

[A ORLANDO] Me doy toda a vos, pues vuestra soy.

DUQUE

Si la vista no engaña, tú eres mi hija.

ORLANDO

Si la vista no engaña, tú eres mi Rosalina.

FEBE

Y si un cuerpo no es ficción,

entonces, mi amor, adiós.

ROSALINA [al DUQUE]

No quiero otro padre que vos,

[a ORLANDO]

ni quiero otro esposo que vos,

[a FEBE]

ni unirme con otra que vos.

HIMENEO

Más confusiones no admito.

Tengo que ver concluidos

estos extraños sucesos.

Ocho manos han de unirse

en vínculo de Himeneo,

pues las promesas lo exigen.

[A ORLANDO y ROSALINA]

Nunca habrá mal que os desuna.

[A OLIVER y CELIA]

Vuestras almas están juntas.

[A FEBE]

Acepta su amor devoto
o una mujer por esposo.

[A PARRAGÓN y ANDREA]

Vuestro enlace es tan perfecto

como el de frío e invierno.

[A todos]

Durante el himno de bodas

comentad bien estas cosas

y poco os asombrará

este encuentro y su final.

Canción[57].

Corona de Juno nupcial,

sacra unión de mesa y lecho,

Himeneo puebla la ciudad:

honrad todo casamiento.

Honra y prez, gloria sin par

a Himeneo, dios de la ciudad.

DUQUE

Sé muy bienvenida, amada sobrina,

igual que mi hija, y en igual medida.

FEBE [a SILVIO]

No falto a mi palabra: eres mío.

Mi amor y tu constancia se han unido.

Entra el SEGUNDO HERMANO.

SEGUNDO HERMANO

Prestadme atención por un momento.

Soy el segundo hijo de don Roldán

y traigo noticias a esta noble reunión.

El duque Federico, al ver que hombres valiosos

afluían a este bosque de continuo,

se puso al frente de una gran expedición,

que hacia aquí se dirigía con el fin

de apresar a su hermano y pasarle a cuchillo.

Pero, al llegar a la linde de este bosque,

se encontró con un viejo religioso,

y, después de alguna plática,

se apartó de su empresa y de este mundo,

dejando la corona a su hermano desterrado

y devolviendo sus tierras a cuantos

le siguieron al destierro. De que no miento

respondo con mi vida.

DUQUE

Bienvenido, joven. Traes un gran presente

a la unión de tus hermanos: al uno,

sus tierras expropiadas; al otro,

toda una tierra, un gran ducado.

Pero antes realicemos en el bosque

lo que fue bien iniciado y concebido.

Después, los miembros de la grata compañía

que conmigo soportaron días y noches

inclementes, compartirán los bienes recobrados

según su condición. Entre tanto,

dejemos las ventajas del suceso

y vamos con el rústico festejo.

Música, y vosotros, novios todos,

comenzad vuestra danza jubilosos.

JAIME

Permitidme, Alteza.— Si he oído bien,

el duque se ha entregado a la vida religiosa,

renunciando a la pompa de la corte.

SEGUNDO HERMANO

En efecto.

JAIME

Con él me voy, que de estos convertidos

hay mucho que escuchar y que aprender.

[Al DUQUE]

Os dejo con vuestro rango, galardón

a vuestra virtud y paciencia.

[A ORLANDO]

A vos con vuestro amor, justo premio a la constancia.

[A OLIVER]

A vos con vuestras tierras, amor y allegados.

[A SILVIO]

A vos con la cama tanto tiempo merecida.

[A PARRAGÓN]

Y a vos con las riñas, que en vuestra nave amorosa

solo hay pan para dos meses.

[A todos] Vamos, gozad,

que yo no soy amigo de danzar.

DUQUE

JAIME

Sale.

DUQUE

Adelante. Iniciemos ya los ritos

que habrán de concluir en regocijo.

Sale [con todos menos ROSALINA].

ROSALINA

Sale.