Entran ORLANDO y OLIVER.
ORLANDO
¿Es posible que recién conocida te gustase? ¿Que al verla te enamorases? ¿Que al punto la cortejases? ¿Que ya te haya dado el sí? ¿Y querrás hacerla tuya?
OLIVER
No indagues la precipitación, ni su pobreza, nuestro poco trato, mi pronta proposición, ni su pronta aceptación, sino di conmigo: amo a Aliena; di con ella que me ama; coincide con los dos y podremos unirnos. Te beneficiará, pues pienso hacerte entrega de la casa y de las rentas de nuestro padre don Roldán para vivir y morir como pastor.
ORLANDO
Tienes mi conformidad. Que la boda sea mañana. Invitaré al duque y a todo su alegre séquito. Haz que Aliena se prepare, pues, mira, aquí viene mi Rosalina.
Entra ROSALINA.
ROSALINA
Dios os guarde, hermano.
OLIVER
Y a vos, bella hermana[52].
[Sale.]
ROSALINA
Mi querido Orlando, ¡cuánto me apena veros con el corazón vendado!
ORLANDO
Es el brazo.
ROSALINA
Creí que las garras de la leona os habían herido el corazón.
ORLANDO
Está herido, pero por los ojos de una dama.
ROSALINA
¿Os ha dicho vuestro hermano que, cuando me enseñó
vuestro pañuelo, fingí desmayarme?
ORLANDO
Sí, y mayores maravillas.
ROSALINA
¡Ah! Ya sé cuáles. Sí, es cierto. Nunca hubo nada tan rápido, salvo una pelea de carneros y la pomposa bravata de César «Llegué, vi, vencí». Pues con vuestro hermano y mi hermana todo ha sido conocerse y mirarse, mirarse y enamorarse, enamorarse y suspirar, suspirar y preguntarse por qué, saber por qué y ponerle remedio. Y con estos peldaños se han hecho la escalera que los lleva a la boda: o la suben incontinenti, o serán incontinentes antes de la boda. Es el furor amoroso, y tienen que juntarse. Ni a palos pueden separarlos.
ORLANDO
Se casan mañana, y voy a invitar al duque a las nupcias. ¡Ah, qué dolor es ver la dicha con los ojos de otro! Mañana me sentiré mucho más en la cumbre de mi pena cuanto más piense que mi hermano ha logrado su deseo.
ROSALINA
Entonces, ¿mañana no puedo haceros el papel de Rosalina?
ORLANDO
Ya no puedo seguir con esa idea.
ROSALINA
Entonces no pienso cansaros con más palabrería. Oídme bien, pues ahora os hablo en serio. Me consta que sois hombre de mucho entendimiento. No lo digo para que tengáis un buen concepto de mi saber porque me conste que lo sois, ni quiero gozar de otra opinión que no sea vuestra certeza de que puedo obrar por vuestro bien y no para ensalzarme. Creed, pues, si gustáis, que puedo hacer prodigios. Desde que tenía tres años he tenido trato con un mago versadísimo en su arte y nada maléfico. Si amáis a Rosalina con tanto sentimiento como vuestra actitud proclama, os casaréis con ella cuando vuestro hermano se case con Aliena. Sé los azares de fortuna que ha pasado y no me es imposible, si no os parece improcedente, hacer que mañana aparezca ante vos en persona y sin peligro[53].
ORLANDO
¿Habláis con seriedad?
ROSALINA
Os lo juro por mi vida, que en tan gran estima tengo, aunque diga que soy mago. Así que vestid vuestras mejores galas e invitad a vuestra gente, pues si queréis casaros mañana, os casaréis, y si queréis, con Rosalina.
Entran SILVIO y FEBE.
Mirad, dos enamorados: ella de mí y él de ella.
FEBE
Joven, habéis sido muy descortés
mostrando la carta que os escribí.
ROSALINA
No me importa. Es mi empeño
pareceros desdeñoso y descortés.
Ved cómo os sigue vuestro fiel pastor.
Fijaos en él y amadle: él os adora.
FEBE
Buen pastor, dile a este joven lo que es amar.
SILVIO
Es ser todo suspiros y lágrimas.
Como yo con Febe.
FEBE
Y yo con Ganimedes.
ORLANDO
Y yo con Rosalina.
ROSALINA
Y yo con ninguna.
SILVIO
Es ser todo entrega y fidelidad.
Como yo con Febe.
FEBE
Y yo con Ganimedes.
ORLANDO
Y yo con Rosalina.
ROSALINA
Y yo con ninguna.
SILVIO
Es ser todo fantasía,
ser todo sentimiento, todo deseos,
respeto, reverencia, adoración,
paciencia, impaciencia y humildad,
pureza, constancia y obediencia.
Como yo con Febe.
FEBE
Y yo con Ganimedes.
ORLANDO
Y yo con Rosalina.
ROSALINA
Y yo con ninguna.
FEBE [a ROSALINA]
Entonces, ¿por qué me reprochas mi amor?
SILVIO [a FEBE]
Entonces, ¿por qué me reprochas mi amor?
ORLANDO
Entonces, ¿por qué me reprochas mi amor?
ROSALINA
¿A quién decís «Por qué me reprochas mi amor»?
ORLANDO
A la que no está aquí ni me oye.
ROSALINA
¡Dejad eso ya! Parece el aullar de los lobos a la luna. [A SILVIO] Si puedo, os ayudaré. [A FEBE] Si pudiera, os amaría.— Mañana nos vemos todos. [A FEBE] Si me caso con mujer y me caso mañana, me casaré con vos. [A ORLANDO] Si a algún hombre he complacido, yo os complaceré, y os casaréis mañana. [A SILVIO] Si lo que os gusta os contenta, yo os contentaré, y os casaréis mañana. [A ORLANDO] Si amáis a Rosalina, acudid. [A SILVIO] Si amáis a Febe, acudid.— Yo, que no amo a ninguna, acudiré. Conque, adiós. Ya sabéis las instrucciones.
SILVIO
Si vivo, no faltaré.
FEBE
Ni yo.
ORLANDO
Ni yo.
Salen.