Entran PARRAGÓN y ANDREA.
PARRAGÓN
Ya llegará la ocasión, Andrea. Paciencia, querida Andrea.
ANDREA
Pues, con todo lo que dijera aquel señor, el cura servía.
PARRAGÓN
Un malvado ese don Oliver, Andrea, un vil Matatextos. Pero, Andrea, aquí en el bosque hay un joven que te pretende.
ANDREA
Sí, sé quién es, pero conmigo no tiene nada que hacer. Aquí viene el que dices.
Entra GUILLERMO[50].
PARRAGÓN
Al ver a un patán me relamo de gusto. Los que tenemos ingenio sabemos nuestro deber: tenemos que guasearnos, no podemos resistirlo.
GUILLERMO
Buenas tardes, Andrea.
ANDREA
Buenas tardes te dé Dios, Guillermo.
GUILLERMO
Y buenas tardes a vos, señor.
PARRAGÓN
Muy buenas tardes, amigo. No te descubras, no te descubras. Te lo ruego, cúbrete. ¿Cuántos años tienes, amigo?
GUILLERMO
Veinticinco, señor.
PARRAGÓN
Edad de adulto. ¿Te llamas Guillermo?
GUILLERMO
Sí, señor.
PARRAGÓN
Hermoso nombre. ¿Naciste en el bosque?
GUILLERMO
Sí, señor, gracias a Dios.
PARRAGÓN
«Gracias a Dios». Muy bien dicho. ¿Eres rico?
GUILLERMO
Pues, así así, señor.
PARRAGÓN
«Así así» está bien, muy bien, buenísimamente bien; aunque no del todo, sino así así. ¿Eres listo?
GUILLERMO
Sí, señor. Seso no me falta.
PARRAGÓN
Así se habla. Eso me recuerda un dicho: «El necio se cree sabio, pero el sabio se sabe necio». El filósofo pagano, cuando tenía ganas de comerse una uva, abría los labios y se la metía en la boca. Con esto quería decir que las uvas se hicieron para comerlas y los labios para abrirlos. ¿Quieres a esta muchacha?
GUILLERMO
Sí, señor.
PARRAGÓN
Dame la mano. ¿Tienes instrucción?
GUILLERMO
No, señor.
PARRAGÓN
Entonces yo te instruiré. Tener es tener. Pues, según un recurso retórico, un líquido, si se echa de una copa en un vaso, al llenar uno vacía el otro, y todos los tratadistas convienen en que ipse es él. Y tú no eres ipse, que él soy yo.
GUILLERMO
¿Cuál él, señor?
PARRAGÓN
El que ha de casarse con esta mujer. Conque, patán, abstente —que en lengua corriente es «deja»— de asociarte —que en lengua palurda es «hacer compaña»— con esta fémina —que en lengua común es «mujer»—[51]. Y todo junto, abstente de asociarte con esta fémina o pereces, patán. O, más claro todavía, morirás, es decir, te mato, te liquido, transmuto tu vida en muerte, tu libertad en servidumbre. Contigo emplearé el veneno, la porra, el acero. Te haré frente con intrigas, te acosaré con enredos, te mataré de ciento cincuenta formas. Así que tiembla y vete.
ANDREA
Vete, buen Guillermo.
GUILLERMO
A la paz de Dios, señor.
Sale.
Entra CORINO.
CORINO
Los amos os buscan. Vamos, venid, venid.
PARRAGÓN
Corre, Andrea; corre, Andrea. Voy contigo, voy contigo.
Salen.