Notas

[1] En la balada nórdica The Wife of Usher’s Well los hijos difuntos que vuelven en lo más inclemente del invierno a visitar a su madre llevan en sus sombreros hojas de abedul. El autor observa que el árbol del que han arrancado las hojas se alzaba a la entrada del Paraíso, donde se alojaban sus almas, que es lo que se podía esperar. Probablemente llevaban hojas de abedul como señal de que no eran demonios ligados a la tierra, sino almas bienaventuradas con permiso para hacer un acto de misericordia. <<

[2] Ninib, el Saturno asirio, era el dios del Sur, y por consiguiente del Sol del mediodía, y también del solsticio hiemal, cuando el Sol llega a su punto más meridional y se detiene durante un día. Por ambas cosas era el dios del Descanso, pues el mediodía es el momento del descanso en los climas cálidos. Que Jehová se identificaba claramente con Saturno-Ninib en Bet-El antes del Cautiverio en el norte lo prueba Amós, V, 26, donde se dice que llevarán al santuario «a Sacut, vuestro rey, y al astro de vuestro dios Quevam, vuestros ídolos»; y que lo mismo se hacía en Jerusalén antes del cautiverio en el sur lo prueba la visión de Ezequiel VII, 3, 5, donde su imagen, «la imagen de los celos», era puesta en la puerta norte del Templo para que los devotos mirasen hacia el sur mientras la adoraban; y muy cerca (versículo 14) las mujeres lloraba a Adonis. <<

[3] El ciprés aparece en la lista enigmática de Eclesiástico XXIV, 13-17, donde la Sabiduría se describe a sí misma así:

Como cedro del Líbano crecí, como ciprés de los montes de Hermón.

Crecí como palma de Engedi, como rosal de Jericó.

Como hermoso olivo en la llanura, como plátano jumo a las aguas.

Como la canela y el bálsamo aromático exhalé mi aroma, y como la mirra escogida di suave olor.

Como gálbano, estacte y alabastrino vaso de perfume, como nube de incienso en el tabernáculo.

Como el terebinto extendí mis ramas, ramas magníficas y graciosas.

Como vid eché hermosos sarmientos y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos.

(Versión de Eloino Nácar Fuster y Alberto Colunga)

Eclesiástico ha mezclado los árboles alfabéticos con perfumes afrodisíacos y árboles de otra categoría, pero H por ciprés y M por vid indican que el mencionado en último término, o sólo los árboles de los versículos 13, 14, 16 y 17, indicaban la Chokmah, la palabra hebrea que significa Sabiduría: Ched, Kaf, Mem, He, (En hebreo no se escriben las vocales.) Si es así, el terebinto es CH; y el plátano reemplaza al almendro, K, el que como árbol de la Sabiduría misma no puede figurar como parte del enigma de árboles del cual es la solución; en la época del Eclesiástico hacía mucho tiempo que los griegos habían asociado al plátano con la búsqueda de la sabiduría. Los otros cuatro árboles, el cedro, la palma, el rosal y el olivo, representan, respectivamente, la soberanía, la maternidad, la belleza y la fertilidad, característica de la Sabiduría como una casi-diosa. <<

[4] La tradición de las Siete Eras de Nenio ha sobrevivido en un dicho popular inglés:

Las vidas de tres zarzos, la vida de un sabueso;

las vidas de tres perros, la vida de un corcel;

las vidas de tres corceles, la vida de un hombre;

las vidas de tres hombres, la vida de un águila;

las vidas de tres águilas, la vida de un tejo;

la vida de un tejo, la longitud de un cerro,

siete cerros desde la Creación hasta el Día del Juicio.

Un zarzo dura tres años; por consiguiente, un sabueso, nueve, un caballo, 27; un hombre, 81; un águila, 243; y un tejo, 729. «La longitud de un cerro» es evidentemente un error; como el dicho fue traducido del latín monástico, aevum, era, fue copiado equivocadamente como arvum, cerro. Como la longitud de una era es por término media 729 años, la longitud total de las siete eras es de 5103 años, lo que coincide bastante bien con la cuenta de Nenio. <<

[5] Se trata del cuarzo ahumado que se da en abundancia en el monte Cairngorm, Escocia (N. del R.) <<

[6] Homero dice que Faros se halla a un día de navegación del río de Egipto. Se ha entendido absurdamente que se refería al Nilo; solo se puede entender por río de Egipto (Josué, XV, 4) el del límite meridional de Palestina, corriente muy conocida por los incursores aqueos de los siglos XIII y XII a. de C.

El mismo error cometió el compilador medieval de la Kebra Nagast, la Biblia etíope. Tergiversó el viaje de los hombres que robaron el Arca de Jerusalén considerándolo milagroso, porque recorrieron la distancia entre Gaza y el Río de Egipto en solo un día, en tanto que las caravanas tenían que hacer un viaje de trece días. La ausencia de restos prehistóricos en la isla indica que toda ella, menos la costa, era un santuario arbolado de Proteo, el héroe oracular y otorgador de vientos. <<

[7] Compárese con la lista igualmente miscelánea que da Nono de las transformaciones de Zagreo: «Zeus con su piel de cabra, Cronos haciendo llover, un joven inspirado, un león, un caballo, una serpiente con cuernos, un tigre, un toro». Las transformaciones de Tetis antes de su casamiento con Peleo fueron, según diversos autores desde Píndaro hasta Tzetzes, en fuego, agua, viento, árbol, ave, tigre, león, serpiente y jibia. Las transformaciones de Tam Lin en la balada escocesa fueron en serpiente, o tritón, oso, león, hierro al rojo vivo y un carbón que había que apagar en agua corriente. Los elementos zoológicos comunes en estas cuatro versiones de la misma fábula original, a saber la serpiente, el león y alguna otra fiera (el oso, la pantera o el tigre) indican una serie de calendario de tres estaciones que coinciden con el León, la Cabra y la Serpiente de la Quimera caria, o con el Toro, el León y la Serpiente del Sir-rusb babilónico. Si es así, el fuego y el agua representan al Sol y la Luna que entre los dos gobiernan el año. Es posible, no obstante, que los animales de la lista de Nono, el toro, el león, el tigre, el caballo y la serpiente, formen un calendario tracio-libio de cinco y no de tres estaciones. <<

[8] El equivalente de Tifón en el Rig-veda sánscrito, compuesto no después del año 1300 a. de C., es Rudra, el prototipo del Siva hindú, un demonio maligno, padre de los demonios de la tormenta; sus adeptos lo llaman «divino jabalí rojizo». <<

[9] La influencia de Pitágoras en los místicos medievales del noroeste de Europa fue fuerte. Bernard de Morlaix (circa 1140), autor del poema extático De Contempu Mundi, escribió: «Escuchad a un hombre experto… Los árboles y las piedras os enseñarán más que lo que podéis aprender de la boca de un doctor en teología». Bernard nació en Bretaña de padres ingleses y su poesía sigue la tradición poética irlandesa. A su visión extática de la Jerusalén Celestial le precede este verso:

Ad tua munera sit via dextera, Pythagoraea.

«Sea auspicioso mi camino a vuestras bendiciones pitagóricas.»

Pues no era un adorador de la naturaleza, sino que sostenía que las cualidades míticas de los árboles y las piedras preciosas elegidos, tal como los estudiaban los pitagóricos, explicaban los misterios cristianos mejor que como podía haberlo hecho nunca San Atanasio. <<

[10] Clemente se halla muy cerca de la verdad en otro sentido, que se deriva de la supresión en los alfabetos fenicio y hebreo primitivo de todas las vocales, excepto aleph, que se dan en el alfabeto griego con el que se vinculan. La introducción en la escritura hebrea de signos vocales puros en la forma de puntos es atribuida a Ezra, quien, con Nehemías, estableció la Nueva Ley hacia el año 430. Es probable que las vocales fueran suprimidas en un tiempo en que el Santo Nombre del dios que presidía el año se componía solamente de vocales; y la prueba de que Ezra no las inventó, sino que se limitó a establecer una anotación inofensiva para una serie sagrada hacía mucho tiempo fijada en la tradición oral, se halla en el orden que utilizó, a saber I.Ē.E.U.O.A.OU.Ō. Esto es el I.E.U.O.A. de Palamedes con la adición de otras tres vocales para que el número llegara a ocho, que era el número místico del aumento. Como los puntos con los cuales decidió representarlas no formaban parte del alfabeto y carecían de validez salvo cuando se las unía a consonantes, podían ser utilizadas sin cometer falta alguna. Sin embargo, es notable que las consonantes que componen el Tetragrammaton, a saber yod. be y vav, puedan dejar de tener fuerza consonantal cuando llevan signos vocales; por tanto que JHWH pudiera soñar IAOOUĀ. Ésta es una peculiaridad que no tiene ninguna otra consonante hebrea, excepto ain, y ain no en todos los dialectos del hebreo. Clemente tomó erróneamente la última vocal, E por Ā, tal vez porque sabía que la letra H es conocida como He en hebreo. <<

[11] 42 es el número de los niños devorados por las osas de Elíseo. Éste es, al parecer, un mito iconotrópico derivado de una ilustración sagrada del ritual de la «Brauronía» libio-tracio-pelasga. Las dos osas eran muchachas vestidas con ropas amarillas que simulaban ser osas y se lanzaban salvajemente contra los muchachos que asistían al festival. El ritual era en honor de Artemisa Calisto, la Luna como diosa Osa, y como se sacrificaba una cabra parece pertenecer a las festividades del solsticio estival. 42 es el número de días desde el comienzo del mes H, que es la preparación para el casamiento y la orgía de la muerte del solsticio estival, hasta el Día de San Juan (24 de junio). 42 es también el número de los jueces infernales que juzgaron a Osiris, los días entre su muerte en el solsticio estival y el final del mes T, cuando llegó a la isla de Calipso, aunque esto aparece oscuro en el sacerdotal Libro de los Muertos. Según Clemente de Alejandría, había cuarenta y dos libros de misterios herméticos. <<

[12] Traducción de don Ignacio Montes de Oca, obispo de Linares, México. Biblioteca Clásica, tomo LVII. <<

[13] El número aparece también en dos broches regios —«ruedas del rey»— descubiertos en 1945 en un cementerio «ibérico» de la Edad del Bronce en Lluch, Mallorca, la sede del culto a la Virgen Negra, y que datan de alrededor del año 1500 a. de C. El primero es un disco de siete pulgadas de diámetro hecho para clavarlo en un manto y repujado con un sol de diecinueve rayos. Este sol está encerrado por dos franjas, la exterior de las cuales contiene crece hojas separadas de cinco clases diferentes, las que tal vez representan al olivo silvestre, el aliso, el roble espinoso, la hiedra y el romero, algunas vueltas en el sentido de las agujas del reloj y otras en el sentido contrario, y todas menos dos de ellas con capullos de flores rudimentarias en la mitad de sus tallos. La franja interior contiene cinco redondeles a intervalos regulares, los espacios entre los redondeles llenos con pares de hojas de la misma clase que las del anillo exterior, excepto que el aliso no está representado. La fórmula es: trece meses, un quinteto de diosas del año, un reinado de diecinueve años.

El otro disco regio, ligeramente menor, descubierto en el mismo cementerio, tiene un borde de diecinueve semicírculos, un sol central con veintiún rayos separados y, entre el sol y el borde, dos franjas, la interior de las cuales contiene cuarenta y cinco pequeñas protuberancias, y la exterior veinte corazones. La cabeza de la aguja tiene la forma de un cisne, como debía de tener también la otra que se ha perdido. Aquí la fórmula es un reinado de diecinueve años, con una nueva víctima (los veinte corazones) ofrecida al comienzo de cada año, y el rey mismo es el vigésimo. El Cisne Blanco, su Madre, lo llevará a su paraíso hiperbóreo. Veintiuno es el número de los rayos del sol de Akhenaton. Cuarenta y cinco es el quinteto de las diosas del año multiplicado por el número nueve para mostrar que cada una es un aspecto de la diosa Luna.

Por lo que yo sé, los herreros de la Edad del Bronce y comienzos de la Edad del Hierro, quienes, como los poetas y médicos, se hallaban bajo el patrocinio directo de la Musa, nunca embellecían sus obras con decoraciones sin sentido. Todos los objetos que hacían —espadas, puntas de lanza, escudos, dagas, vainas, broches, jarros, arneses, picheles, baldes, espejos o cualquiera otra cosa— tenían propiedades mágicas atestiguadas por su forma y el número de sus diversas decoraciones. Pocos arqueólogos hacen hincapié en la magia y eso hace que resulte bastante insulsa la lectura de la mayoría de las guías de museo. Por ejemplo, en la British Museum Guide to the Antiquities of the Early Iron Age (1905) la figura 140 muestra un collar de cuentas de bronce proveniente de Lochar Moss, Dumfriesshire. El comentario se refiere únicamente a la forma parecida a la del melón de las cuentas, la que, según dice, tiene afinidades con la de las cuentas de vidrio de color turquesa comunes en lugares de la Britania romana. Lo que era necesario señalar es que el collar tiene trece de esas cuentas, cada una con siete nervaduras, y que el dibujo de la parte rígida en forma de media luna es un entrelazamiento de nueve S: un collar lleno de destino lunar. Igualmente, el disco de bronce calado (figura 122) encontrado en el Támesis en Hammersmith es interesante porque el sol que forma su centro tiene ocho rayos y está taladrado con una cruz de Malta; pero el único comentario del redactor se refiere a su relación estilística con los petrales de caballo de bronce calado provenientes de un cementerio de carros galés en Somme Bionne (Lámina III), uno de los cuales contiene cruces caladas. Esto no viene al caso, a menos que se preste atención a las tres esvásticas de ese petrel y a los números nueve y trece que caracterizan a los adornos de las cabezadas de freno que se ven en la misma lámina. <<

[14] En el Zodíaco egipcio aparece con cola de pez, lo que lo alinea con Acuario y Piscis como un signo de los tres meses de inundación. Pero las inundaciones egipcias se producen en el verano cuando se funden las nieves abisinias, por lo que el Zodíaco tiene que haber sido importado de alguna otra región. <<

[15] El doctor Rafael Patai sugiere en sus Hebrew Installatton Rites (Cincinnati, 1947) que la tentativa de asesinato por Saúl de su hijo Jonatán (I Samuel, XIV, 15), que evitó solamente la provisión de un substituto, y el abrasamiento por el fuego del Cielo de dos hijos de Aarón el día de su coronación (Levítico, X, 1-2), fueron sacrificios rituales. Si está en lo cieno respecto a Aarón, la leyenda ha sido enchufada: uno de sus «hijos» tiene que haber sido quemado al final de cada año de reinado y no los dos en su coronación. <<

[16] Sin embargo, puede haber habido una introducción anterior de la corrida de toros en España por los colonos íberos del tercer milenio a. de C., que tenían afinidades culturales con Tracia. Los testimonios arqueológicos provenientes de Creta indican que la fiesta tuvo su origen en una exhibición anual del dominio del toro por diosas de la Luna acróbatas después de dejar que se cansara persiguiendo y matando hombres; y que el toro era un substituto del rey sagrado. Sin embargo, en ninguna pintura o escultura minoica está representado el episodio final de la fiesta, en el que se mata al toro con una espada, y esto puede haber sido omitido en Creta, como en la corrida de toros provenzal. Inclusive en España, donde el toro es matado siempre y donde la fiesta es una institución regia, una glorificación del coraje del hombre (que se supone reside en sus testículos) en beneficio de las damas sentadas cerca del palco del presidente —especialmente de la Reina, e Isabel II no se avergonzó de aceptar como amante al torero más famoso de su época— la tradición de la mujer torera persiste obstinadamente. Cuando el príncipe Carlos fue a Madrid en 1623 para cortejar a la Infanta vio como una mujer torera mataba a su toro con habilidad y gracia, y todavía hay dos o tres mujeres que ejercen esa profesión. <<

[17] La codorniz, consagrada al Apolo de Delos y Hércules Melkarth, era atraída de la misma manera y tenía la misma reputación erótica. La moraleja de la bandada de codornices migrantes que invadieron el campamento de los israelitas en el desierto es señalada cuidadosamente en Números, XI, 33, 34. En tanto que en Éxodo, XVI, 13, la versión anterior de la leyenda, los israelitas comen, al parecer sin malas consecuencias de acuerdo con la promesa del Señor, el autor de Números no les permite más que masticar un bocado, pero recuerda que Dios los castigó con una gran peste y que al lugar se lo llamaba Kibroth-Hattaavah, «la tumba de la lujuria». Advierte alegóricamente a sus oyentes de después del destierro que no deben tener vinculación alguna con el culto de Melkarth. <<

[18] Hefestos, según Hesíodo, era el hijo partenogenésico de Hera —dicho de otro modo, pertenecía a la civilización pre-helénica— y ni siquiera la autoridad de Homero, quien consideraba que su padre era Zeus, influyó en los posteriores mitógrafos griegos y latinos. Servio lo dice claramente en su comentario sobre la Eneida, VIII, 454. <<

[19] J. N. Schofield, en su Historical Background to the Bible, sugiere que lo destruyó por razones políticas, pues el culto de la serpiente era egipcio y Ezequías deseaba señalar su vuelta al vasallaje de Asiría. <<

[20] Gower deriva la palabra «filbert» (avellana) de esta Filis, aunque la explicación ortodoxa es que las avellanas maduran por primera vez el día de San Filiberto (22 de agosto, estilo antiguo de computar el tiempo). <<

[21] La solución se basa en el idioma hebreo. Nun = 50; Resh = 200; Vav = 6; Nun = 50 = Nerón, Koph = 100; Samech = 60; Resh = 200 = Kesar. Pero Nero en latín sigue siendo Nero cuando se escribe en hebreo, y Kaisar (que significa «cabellos» en latín y «corona» en hebreo, ambas palabras tomadas tal vez de un original egeo común) debería deletrearse con una Kaph (= 20), y no una Koph, lo que hace que la suma sólo llegue a 626. <<

[22] «Preto» es la grafía primitiva de la palabra, que significa «el primer hombre», formada con el adverbio proi o pro. <<

[23] Purpureus es una reduplicación de purus, «muy, muy puro». <<

[24] Afrodita perdura tenazmente en Pafos. En la aldea de Konklia, como se llama ahora por la concha marina en que desembarcó allí, una tosca piedra anacónica, su imagen neolítica original, sigue en el lugar donde estaba el santuario griego primitivo y todavía lo venera la población local. En las cercanías hay un templo franco, reconstruido hacia 1450 como una capilla griega ordinaria, y donde la santa es una belleza de cabello dorado llamada Panagia Chrisopolitissa, «la santísima mujer dorada de la ciudad», una perfecta figura de Afrodita con el infante Eros en los brazos. El señor Christopher Kininmonth que me da estos datos dice que la playa es particularmente bella, y que los romanos, quienes reemplazaron el edificio griego anterior con su templo de Venus, macizo y de mal gusto, no despreciaron la imagen cónica, sino que la incorporaron en su santuario. <<

[25] Pausanias llegó evidentemente en un período inoportuno del año, pues en la estación de las moscas de mayo las truchas emiten especie de chirrido seco cuando se lanzan arrobadas fuera del agua y sienten el aire en sus agallas. La leyenda irlandesa de la «trucantora» se refiere, al parecer, a una danza primaveral erótica, en honor de la Diosa Blanca, de ninfas peces que imitaban a la trucha saltarina y chirriante, pues la princesa irlandesa Dechtire concibió a su hijo Cuchulain, una reencarnación del dios Lugh, como consecuencia de haber tragado una mosca de mayo, y él podía nadar como una trucha tan pronto como nació. El equivalente griego de Cuchulain era Eufemo («que habla bien»), el famoso nadador hijo de la diosa luna Europa, quien nació junto al río Cefiso en la Fócida, pero tenía un altar de héroe en el cabo Tenaro, la principal entrada al Infierno del Peloponeso. El método de natación de Eufemo consistía en saltar fuera del agua como un pez y deslizarse rasando de ola en ola; y en la época clásica Poseidón, el dios de los peces, pretendía ser su padre. <<

[26] Esto es extraño. Si se refiere a Abimelec, hijo de Amalee el hijo de Baal, y de Anatha, conmemora una tradición según la cual los miembros de la familia eran antiguamente señores de la Shechem cananea. Cuando la tribu israelita de Efraim se estableció en Shechem, ciudad que, según la Canción de Deborah, pertenecía originalmente a la tribu de Amalee, se celebró un tratado matrimonial entre el caudillo efraimita Gedeón, quien inmediatamente tomó el nombre de Jerubaal («Que Baal pugne contra él») y la heredera local, presumiblemente una sacerdotisa de la diosa León, Anatha. Su hijo le sucedió en el trono por derecho materno después de una matanza de sus rivales y adoptó el título cananeo de Abimelec, consolidando su posición con la ayuda de los parientes de su madre y del dios Baalberith. <<

[27] Al comienzo del Capítulo XI describí a Attis, el hijo de Nana, como el Adonis frigio; y al comienzo del Capítulo XVIII dije que Nana lo concibió virginalmente como consecuencia de haber tragado una almendra madura o una semilla de granada. La distinción mitológica es importante. La granada estaba consagrada a Attis como Adonis-Tammuz-Dioniso-Rimmon, y en Jerusalén, como se ha hecho ver, el culto de la granada fue asimilado al de Jehová. Pero también la almendra, según parece estaba consagrada a Attis como Nabu-Mercurio-Hermes-Thoth, cuyo culto también fue asimilado al de Jehová; lo que explica el mito recordado por Euhemero, el escéptico siciliano, según el cual Hermes, lejos de ordenar el curso de las estrellas, sólo fue instruido en la astronomía por Afrodita, es decir por su madre Nana, quien dio su nombre al planeta Venus. Por consiguiente, a Nana, como madre de Jehová en dos de sus personalidades, se la puede considerar abuela paterna, así como materna, del Hijo Unigénito de Jehová. <<

[28] La palabra egea complementaria de Salma parece haber sido Tar, que significa el oeste, o el sol poniente. Tartesso, en el Atlántico, era la factoría egea más occidental, así como Salmidesso era la más oriental. Tarraco era el puerto en el extremo oeste del Mediterráneo, y Tarrha el puerto más importante de la Creta occidental. La reduplicación tar-tar, que significa «el lejano, lejano oeste», hadado evidentemente su nombre al Tártaro, el país de los muertos. Pues aunque Homero, en la Ilíada, sitúa al Tártaro «tan debajo de la tierra como el Cielo está sobre ella», Hesíodo lo hace la residencia de Cronos y los Titanes, de los que sabemos que fueron al oeste después de su derroca por Zeus. Taranis era una divinidad gala de la que dice Lucano que era servida con ritos todavía más terribles que los de la escita Diana, refiriéndose a Artemisa Tauria, a la que gustaban los sacrificios humanos. Aunque los romanos identificaban a Taranis con Júpiter, era probablemente al principio una diosa de la Muerte, a saber Tar-Anis, Anis del Oeste. <<

[29] La base anglosajona del inglés impide el empleo del dáctilo clásico como pie métrico fundamental. Los poemas dactílicos o anapésticos intentados a comienzos y mediados del siglo XIX por Byron, Moore, Hood, Browning y otros parecen exuberantes y hasta vulgares, aunque los escolares disfrutan con ellos. Lo que se ha ido convirtiendo gradualmente en el metro inglés característico es una transacción entre el yámbico —tomado del francés y el italiano y originalmente del griego— y el ritmo tónico del anglosajón, basado en la impresión del oído. La modificación gradual que hizo Shakespeare del verso yámbico de diez pies que tomó de Wyatt y el conde de Surrey es esclarecedora:

Los primeros versos de La vida y muerte del Rey Juan dicen:

King John — Now say, Chatillon, what would France with us?
Chatillon — Thus, after greeting, speaks the King of France,
In my behaviour, to the majesty,
The borrowed majesty of England here…

[Rey Juan —Ahora dinos, Chatillon, ¿qué nos quiere Francia? Chatillon —He aquí, tras las felicitaciones de costumbre, cómo habla, por mediación mía, el rey de Francia a la majestad, a la majestad postiza de Inglaterra, aquí presente.]

Quince años después, en La tempestad, después de la primera escena, casi completamente en prosa, Miranda dice a Próspero:

If by your art, my dearest father, you have
Put the wild waters in this roar, allay them!
The sky, it seems, would pour down stinking pitch
But that the sea, mounting to the welkin’s cheek
Dashes the fire out. O, I have suffered…

[Si con vuestro arte, padre queridísimo, habéis hecho rugir estas salvajes olas, aplacadlas. Dijérase que el cielo vertía pez infecta, si acaso el mar, elevándose hasta su mejilla, no lo salpicaba con su fuego —traducción de Luis Astrana Marín—.]

Se ha sugerido que Shakespeare tendía conscientemente a una prosa rítmica. Esto me parece una mala interpretación de sus intenciones. Tras variaciones que rompen la norma yámbica de diez sílabas, volvía siempre a ella como una advertencia de que seguía escribiendo en verso, y no podía haber hecho otra cosa. En este caso, por ejemplo, Miranda, después de su primer estallido de horror, termina de hablar con sobriedad métrica. <<

[30] Que el año osiriano constaba originalmente de trece meses de Veintiocho días, con un día adicional, lo indica la longitud legendaria reinado de Osiris, a saber veintiocho años —en la mitología los años equivalen con frecuencia a días y los días a años— y el número de pedazos en que fue desgarrado por Set, que eran trece, sin contar el falo, que representaba al día adicional. Cuando Isis reunió los pedazos, el falo había desaparecido, devorado por un pez. Esto explica la prohibición sacerdotal de comer peces en Egipto, levantada solamente en un día del año. <<

[31] Esta tradición mágica sobrevivió en el culto de las brujas nórdico. En 1673 Anne Armstrong, bruja de Northumberland, confesó en su proceso que le había transformado temporalmente en una yegua su ama Ann Forster de Stockfield, quien le arrojó una brida sobre la cabeza y fue cabalgando en ella a una reunión de cinco asociaciones de brujas en Riding Mill Bridge End. <<

[32] Todavía no se ha prestado suficiente atención al origen mágico más bien que utilitario de la forma de las puntas de flecha de pedernal. La punta de flecha de forma de abeto con espiga, por ejemplo, necesita explicación. Tiene que haber sido muy difícil golpear sin romper una de las espigas o el tallo proyectado entre ellas, y en la caza no tiene una ven taja obvia sobre las puntas de flecha sencillas de forma de hoja de sauce o de hoja de saúco. Pues aunque una punta de flecha de bronce estrecha con cuatro espigas no puede ser extraída fácilmente de una herida porque la carne se cierra detrás de ella, la ancha de pedernal con dos espigas no sería más difícil de extraer que la de hoja de saúco o de sauce clavada en un pecho con la misma fuerza. La forma de la hoja de abeto parece, en consecuencia, tener Un propósito mágico: apelar a Artemisa Elate, la Diana. Cazadora, Diosa del Abeto, para que dirija la puntería. Probablemente untaban la punta con un veneno paralizante; era un «dardo misericordioso» de la clase de los que se atribuían a la diosa. Una punta de flecha de abeto irlandesa que se halla en mi poder, tomada de un cementerio de la Edad del Hierro, no podía estar destinada seriamente a la ballestería. El pedazo de pedernal blanco con que está hecha está torpemente encorvado y tiene una «ampolleta de percusión» tan ancha y un tallo tan cono que impiden que se le empalme, una caña de flecha; sólo sirve evidentemente para usos funerarios. <<

[33] Los antiguos conocían muy bien los frecuentes cambios de Apolo en su función divina. Cicerón, en su ensayo Sobre la naturaleza de los dioses, distingue cuatro Apolos en orden de antigüedad descendiente: el hijo de Hefestos, el hijo de los coribantes cretenses, el Apolo arcadio que dio a Arcadia sus leyes, y finalmente el hijo de Latona y Zeus. Podía haber ampliado su lista a veinte o treinta. <<

[34] La Santa Brigid o Birgit sueca del siglo XIV que fundó la Orden de Santa Brígida no era, por supuesto, la santa original, aunque algunas casas de la Orden volvieron alegremente al paganismo. <<

[35] La grafía más antigua del nombre de la Virgen en inglés es Marian, no Mariam, que es la forma griega utilizada en los Evangelios. <<

[36] Era la madre de Adonis; de ahí que el gramático alejandrino Sicofrón llame a Biblos «La ciudad de Mirra». <<

[37] Yorkshire Archaeological Journal, núm. 141, 1944. <<

[38] La misma palabra morris, como prefijo de pike (pica o chuzo), se escribía al principio maris; por consiguiente es probable que los morrismen fueran hombres de María, y no moriscos, como se supone habitualmente. La inocente palabra merry ha engañado a los redactores del Oxford English Dictionary. La remontan a la raíz indogermana murgjo, que significa «breve», aduciendo que cuando uno está alegre el tiempo vuela, pero sin mucha confianza, pues se ven obligados a admitir que murgjo no sigue ese rumbo en ningún otro idioma. <<

[39]

Cunning and art he did not lack
But aye her whistle would fetch him back.
O, I shall go into a hare
With sorrow and sighing and mickle care,
And I shall go in the Devil’s name
Aye, till I be fetched hame.
—Hare, take heed of a bitch greyhound
Will harry thee all these fells around,
For here come I in Our Lady’s name
All but for to fetch thee hame.

Cunning and art, etc.

Yet I shall go into a trout
With sorrow and sighing and mickle doubt,
And show thee many a merry game
Ere that I be fetched hame.
—Trout, take heed of an otter lank
Will harry thee close from bank to bank,
For here Como I in Our Lady’s name
All but for to fetch thee hame.

Cunning and art, etc.

Yet I shall go into a bee
With mickle horror and dread of thee,
And flit to hive in the Devil’s name
Ere that I be fetched hame.
—Bee, take heed of a swallow hen
Will harry thee close, both butt and hen,
For here come I in Our Lady’s name
All but for to fetch thee hame.

Cunning and art, etc.

Yet I shall go into a mouse
Arid haste me unto the miller’s house,
There in his com to have good game
Ere that I be fetched hame.
—Mouse, take heed of a white tib-cat
That never was baulked of mouse or rat.
For I’ll crack thy bones in Our Lady’s name:
Thus shalt thou be fetched hame.

Cunning and art, etc. <<

[40] En los antiguos misterios británicos correspondientes parece haber existido una fórmula en la cual la diosa prometía tentadoramente al iniciado que realizaba el casamiento sagrado con ella que no moriría «a pie ni a caballo, en agua ni en tierra, ni en el suelo ni en el aire, ni fuera de una casa ni dentro de ella, ni calzado ni descalzo, ni vestido ni desnudo», y luego, como una demostración de su poder, lo colocaba en una situación en la que la promesa ya no era válida, como en la leyenda de Llew Llaw y Blodeuwedd, donde figura una cabra en la escena del asesinato. Parte de la fórmula sobrevive en el ritual de iniciación masónico. El aprendiz, «ni desnudo ni vestido, ni descalzo ni calzado, despojado de todos los metales, con los ojos vendados y una amarra alrededor del cuello, es conducido a la puerta de la logia en patética posición tambaleante». <<

[41] Es una extraña paradoja que Milton, aunque fue el primer autor partidario del Parlamento que defendió la ejecución de Carlos I y era el poeta laureado del dios del Trueno, cayó luego bajo el hechizo de la «Musa nórdica», Cristina de Suecia, y en su Second Defense of the English People su adulación de ella es no sólo tan extravagante como cualquiera de las cosas que los isabelinos escribieron, acerca de Isabel, sino que además parece completamente sincera. <<

[42] El rey Tolomeo Evergetes («el Bienhechor») había condenado al Fénix a muerte en 264 a. de C., pero los sacerdotes desobedecieron su orden de reformar el calendario, por lo que Augusto tiene la fama de haber sido su asesino. <<

[43] El autor se refiere al galgo ibicenco. (N. del A.) <<

[44] Esta canción pertenece al relato de una carrera de caballos al final de la Fábula de Taliesin, cuando. Taliesin ayuda al jockey de Elphin a vencer a los veinticuatro caballos de carrera del rey Maelgwn en la llanura de Rhiannon, chamuscando las veinticuatro ramas de acebo con que golpeaba la grupa de cada caballo según lo iba alcanzando, hasta que pasó a todos ellos. Los caballos representan las últimas veinticuatro horas del Año Viejo, gobernadas por el Rey Acebo, a las que (con la ayuda de la magia destructora) el Niño Divino deja detrás una tras otra. Se recordará que la principal acción de la Fábula de Taliesin se realiza en el solsticio de invierno. <<

[45] La tempestad parece basarse en un sueño vivido de contenido extremadamente personal, expresado por medio de una mezcolanza de reminiscencias literarias mal asociadas: no sólo del Romance de Taliesin, sino también del capítulo XXIX de Isaías; un romance español de Ortunez de Calahorra titulado Espejo de hazañas y caballerosidad principescas; tres relatos de viajes recientes al Nuevo Mundo; varios folletos hugonotes y antiespañoles contemporáneos; un libro de magia titulado Steganographia escrito en latín por un fraile de Spanheim; y una obra teatral alemana, Von der schönen Sidee de Ayrer. Calibán es en parte el Afagddu del Romance de Taliesin; en parte Ravaillac, el asesino de Enrique IV por instigación de los jesuitas; en parte un demonio adriático del romance de Calahorra; en parte un monstruo marino, «con figura de hombre», visto frente a las Bermudas durante la estada del almirante Sommers allí y en parte el malus angelus de Shakespeare. <<

[46] Probablemente el 28 de abril de 1819. <<

[47] La leyenda medieval posterior del danés Ogier prueba que los autores de romances arturianos consideraban a Avalón como una isla de los difuntos. Pues en ellos se dice que Ogier pasó doscientos años en el «Castillo de Avalón», después de sus primeras hazañas en el Oriente; luego volvió a Francia, en la época del rey Felipe I, llevando en la mano una tea de la que dependía su vida, como la del argonauta Meleagro. Pero el rey Felipe reinó doscientos años después de Carlomagno, el señor feudal de Ogier en el ciclo carolingio; en otros términos, el segundo Ogier era la reencarnación del primero. No era nada nuevo para el danés Ogier vivir en Avalón. Su nombre es meramente una forma adulterada de «Ogyr Vran», que, como se ha indicado en el Capítulo V, significa «Bran el Maligno», o «Bran, Dios de los Difuntos». Su equivalente escandinavo Ógir «el terrible» era Dios del Mar y de la Muerte, y tocaba el arpa en una isla donde vivía con sus nueve hijas. <<

[48] Este Erictonio, llamado también Erecteo, figura en el mito complejo y disparatado de Procné, Filomela y el tracio rey Tereo de Daulis, el que parece haber sido inventado por los griegos de la Fócida para explicar una serie de ilustraciones religiosas tracio-pelasgas que encontraron en un templo de Daulis y no podían comprender. Según la leyenda, Tereo se casó con Proene, hija del rey Pandión de Ática, engendró un hijo, Itis, con ella y luego la ocultó en el campo para poder casarse con su hermana Filomela. Le dijo que Proene había muerto, y cuando ella se enteró de la verdad le cortó la lengua para que no pudiera decírsela a nadie. Pero ella bordó algunas letras en el peplo, lo que permitió que Proene fuera encontrada andando el tiempo. Proene volvió y para vengarse por los malos tratos que había sufrido mató a su hijo Itis, y lo sirvió en un plato a Tereo. Entretanto Tereo había acudido a un oráculo que le dijo que Itis sería asesinado, y sospechando que su hermano Drías sería el asesino, lo mató. Las hermanas huyeron, Tereo las persiguió con un hacha y los dioses transformaron a todos ellos en aves: Proene se convirtió en golondrina, Filomela en ruiseñor y Tereo en abubilla. A Proene y Filomela sobrevivieron dos hermanos mellizos: Erictonio y Butes.

El mito iconotrópico, cuando se le vuelve a dar la forma gráfica, se convierte en una serie de escenas instructivas, cada una de las cuales representa un método diferente de conseguir oráculos.

La escena del corte de la lengua de Filomela muestra a una sacerdotisa que ha provocado un arrobamiento profético mascando hojas de laurel; tiene el rostro contraído por el éxtasis y no por el dolor, y la lengua cortada es en realidad una hoja de laurel que un ayudante le entrega para que la mastique.

La escena de las letras cosidas en el peplo muestra una sacerdotisa que ha arrojado un puñado de palillos oraculares en un paño blanco, a la manera céltica descrita por Tácito; caen en forma de letras, que ella interpreta.

La escena de la comida de Itis por Tereo muestra a un sacerdote deduciendo agüeros de las entrañas de un niño sacrificado.

La escena de Tereo y el oráculo probablemente lo muestra durmiendo en una piel de oveja en un templo y teniendo una revelación en su sueño; los griegos no habrían interpretado erróneamente esta escena.

La escena del asesinato de Drías muestra un roble y sacerdotes deduciendo agüeros bajo él a la manera druídica, de la manera como cae un hombre cuando muere.

La escena de Proene transformada en golondrina muestra a un sacerdotisa disfrazada de golondrina y deduciendo agüeros del vuelo de una golondrina.

Las escenas de Filomela transformada en ruiseñor y de Tereo transformado en abubilla tienen un significado análogo.

Otras dos escenas muestran a un héroe oracular, representado con cola de serpiente en vez de piernas, consultado por medio de sacrificios de sangre; y a un joven que consulta a un oráculo abeja. Son, respectivamente, Erictonio y Butes (el más famoso apicultor de la Antigüedad), los hermanos de Proene y Filomela. Su madre era Zeuxipa («la que unce caballos»), evidentemente una Deméter con cabeza de yegua. <<

[49] Huellas de un culto del Viento Norte en Palestina se encuentra en Isaías, XIV, 13, Ezequiel, I, 4, Salmos, XLVIII y 2 Job, XXXVII, 29. La montaña de Dios es situada en el lejano norte y las manifestaciones ventosas de su gloria provenían de allí. En la primitiva asignación de partes del cielo a los dioses, a Bel le correspondió el polo norte y a Ea el sur. Bel era Zeus-Júpiter, el dios del jueves, identificado frecuentemente con Jehová; pero había heredado el gobierno del norte de su madre Belili, la Diosa Blanca. <<

[50] Esto tal vez signifique Helle-bora, «el alimento de la diosa Helle». Helle era la diosa pelasga que dio su nombre al Helesponto. <<

[51] En la literatura inglesa sólo se registran unas pocas referencias a una Musa masculina, y la mayoría de ellas se dan en poemas escritos por homosexuales y pertenecen a la patología morbosa. Sin embargo, George Sandys, en A Relation of a Journey Begun (1615) llama a Jacobo I «Musa coronada», tal vez porque Jacobo se comportó como una reina más bien que como un rey con sus cortesanos favoritos y porque publicó un tratado de versificación elemental. Milton dice en Lycidas:

[Ojalá alguna amable Musa — con palabras propicias favorezca la urna que me está destinada — y, cuando él pasa, se vuelva — y ofrezca una paz justa a mi sudario de arena.]

Pero esto es mera presunción «Musa» significa «poeta poseído por una Musa». Milton se había dirigido de la manera tradicional a las Musas como mujeres:

Comenzad, pues hermanas. <<

[52] Vulcano es otro ejemplo de un dios que siguió ese camino antes de su extinción final. El último agregado a la leyenda de Vulcano la hizo Apuleyo en El asno de oro, donde Vulcano cocina el banquete de bodas de Cupido y Psique. <<

[53] Gordium se hallaba en la Frigia oriental, y, según la tradición local, quien desatara el nudo sería el dueño del Asia. Alejandro que no poseía la instrucción, la paciencia o la ingeniosidad necesarias para realizar la tarea decentemente, utilizó su espada. Era un nudo de cuero crudo hecho en el yugo para los bueyes que había pertenecido a un campesino frigio llamado Gordio, y Gordio había sido señalado divinamente para la realeza cuando un águila se posó en su arado; mediante el casamiento con la sacerdotisa de Telmiso se convirtió en un reyezuelo y poco después extendió su dominio a toda la Frigia. Cuando hizo construir la fortaleza de Gordium dedicó el yugo al rey Zeus, según se dice, y lo colocó en la ciudadela. Gordium dominaba la principal ruta comercial que cruzaba el Asia Menor desde el Bósforo hasta Antioquía, por, lo que el significado manifiesto de la profecía era que nadie podía gobernar el Asia Menor si no era dueño de Gordium; y desde Gordium emprendió Alejandro su segunda campaña oriental que culminó con la derrota de Darío en Issus. Ahora bien, Gordio era el padre de Midas, ya mencionado como devoto del Dioniso Órfico, por lo que el yugo tenía que haber sido dedicado originalmente al rey Dioniso, y no al Padre Zeus. Y el secreto del nudo tenía que haber sido religioso, pues otro de los medios primitivos muy difundidos de registrar los mensajes, además de los palos con muescas y las cartas garrapateadas en arcilla, consistía en hacer nudos con cordeles o tiras de cuero crudo. El nudo gordiano, en realidad debía haber sido «desatado» leyendo el mensaje que contenía, que era tal vez un nombre divino de Dioniso, el contenido en las vocales del Bech-Luis-Nion. Al cortar el nudo Alejandro puso, fin a una antigua ley religiosa, y como su acto pareció quedar impune —pues conquistó todo el Oriente hasta el valle del Indo— se convirtió en un precedente para valuar el poder militar más que la religión o la cultura; lo mismo que la espada del galo Breno, arrojada en la balanza que medía el tributo de oro romano convenido, constituyó un precedente para valuar el poder militar más que la justicia o el honor. <<

[54] En la epopeya babilónica era Ishtar, no dios varón alguno, quien causó el Diluvio. Gilgamesh (Noé) llenó un arca con anímales de todas clases y ofreció a los constructores un banquete de Año Nuevo con abundancia de vino nuevo; el banquete del Año Muevo era otoñal. El mito parece ser iconotrópico, pues el relato del gran consumo de vino que aparece en la versión del Génesis como una anécdota moral de la embriaguez de Noé y la mala conducta de su hijo Cam recuerda el mito del dios del vino Dioniso. Cuando fue capturado por los piratas túrrenos, Dioniso transformó los mástiles de su barco en serpientes, a sí mismo en un león ya los marineros en delfines, y enguirnaldó a todos con hiedra. La ilustración asiánica original de la que ambos mitos se derivan probablemente representaba al dios en un barco lunar en la Fiesta de la Vendimia y pasando por sus cambios de Año Nuevo habituales —toro, león, serpiente, etcétera—, lo que dio origen a la leyenda babilónica del cargamento de animales. Al barco de los piratas se lo llama tirreno probablemente porque tenía un mascarón en forma de Telchin, o perro con aletas en vez de pies, un servidor de la diosa Luna. <<

[55] Esto fue denunciado con el nombre de herejía beriliana en Bostia en el año 244 d. de C. <<

[56] La palabra inglesa litter, derivada de lectum, tiene el doble significado de cama y ropa de cama; y el señor de la casa solariega de Oterarsee en la época de Angevin tenía su feudo a cambio «del servicio de obtener litter para el lecho del Rey: en verano pasto y hierbas, y en invierno paja». <<

[57] Febrero de 1949. <<

[58] The New Authoritarianism, Conway Memorial Lecture, 1949. <<

[59] Tomada por San Agustín de la petición de Lucio a Isis en El asno de oro de Apuleyo y que ahora forma parte de la liturgia protestante. <<