XXI. Las aguas del Estigia

En la edición de Parry de Letters del arzobispo Ussher —Ussher era el docto Primado de Irlanda durante el reinado de Carlos I que fijó la fecha de la creación de Adán en el año 4004 a. de C.— hay una nota en la que se dice que Langbaine, el erudito irlandés, comunicó a Ussher la siguiente tradición barda:

Nemninus, cuando un erudito sajón le echó en cara que era britano y por consiguiente ignoraba los rudimentos del saber, inventó estas letras mediante una improvisación, para desembarazar a su nación de la acusación de estupidez e ignorancia:

ALAP A PARTH P
BRAUT B QUITH Q
CURI C RAT R
DEXI D TRAUS T
EGIN E SUNG S
FICH F UIR U
GUIDIR G JEIL X
HUIL H OFR E
JECHUIT I ZEIRC Z
KAM K AIUN AE
LOUBER L ESTIAUL ET
MUIN M EGUI EU
NIHN N AUR AU
OR O EMC EI
KENC ELAU

Ésta era evidentemente una broma a expensas del estúpido sajón, porque los bardos británicos habían utilizado un alfabeto durante siglos antes de la llegada de los sajones. Pero ¿qué significan estos nombres de letras improvisados? Como el necio sajón habría empleado el orden de letras del ABC latino y al parecer ignoraba la existencia de cualquier otro orden, tratemos de restablecer el Alap-Braut-Curi en el orden del Ogham BLFSN. Y como podemos estar bastante seguros de que Nemninus ponía de manifiesto su cultura superior —probablemente su conocimiento del griego para fastidiar al necio sajón que sólo conocía un poco de latín monástico—, tratemos de transcribir los nombres de las letras en griego y de ver si hallamos ciertas combinaciones de palabras conocidas.

Es éste un rompecabezas difícil, porque las palabras adicionales KENC, ELAU y ESTIAUL han sido insertadas sin explicación entre los nombres de las letras y porque se han mezclado las vocales. (Si E es OFR, OR es probablemente ER.) Sin embargo, llama la atención la serie DEXI-TRAUS-KAM-PARTH; hemos dado evidentemente con una fórmula egipcia cristiana. Teniendo presente el vocabulario especializado de Clemente de Alejandría, la interpretamos así:

DEXITERAN TRAUSEI PARTHENOMETRA KAMAX

«La lanza herirá a la Virgen Madre cuando está a su diestra.» Este pentámetro diestramente construido recuerda el Evangelio de San Lucas (II, 35). Kamax es tanto una lanza como un puntal de vid, y por tanto una palabra muy apropiada. El arma que menciona Lucas es una espada; pero el cumplimiento de la profecía, para los místicos cristianos, se realizó con la lanza que atravesó el costado de Jesús en la Crucifixión. Y tal como interpreto por fin la serie de ocho letras del Santo Nombre, los Umbrales del Cielo (OPHREA OURANEIA) son invitados a lanzar un grito (IACHESTHAI) de «Shiloh» (JEIL), pues el pez del amor (EROS ALABES) se ha acercado (EGGIKEN) a la tierra de On (AUNAN). Aúnan, u On, llamada por los griegos Heliópolis y probablemente la dudad más antigua de Egipto, era el centro del culto de Osiris y probablemente también el culto de Cristo como Osiris. En «Aun», según la tradición copta, la Virgen María lavó los pañales del niño Jesús en el manantial Ain-esh-Shems, anteriormente consagrado al dios solar Ra. De las gotas que cayeron de las cintas nació el árbol del Bálsamo sagrado. Es probable que esta leyenda se refiriese originalmente a la diosa Isis y el infante Horus. Gwion se refiere a ella, según creo, en el verso: «Yo he sido las cintas de los pañales de un niño», de la Cad Goddeu, y en «¿De dónde viene la dulzura del bálsamo?», en el Angar Cyvyndawd. El alabes era adorado en Aun y era un bagre del Nilo.

Pero ésta es una digresión, y dejaré que cualquier docto en griego que se interese por ello resuelva el resto del rompecabezas sin molestarle con mi solución aproximada.

De los varios objetivos propuestos en el capítulo VIII, uno no ha sido alcanzado todavía: queda por averiguar el significado de los nombres de las letras del Beth-Luis-Nion. Podemos suponer que originalmente representaban algo más que árboles, pues los nombres de árboles irlandeses, con excepción de Duir y Saille, no están formados con raíces comunes a los idiomas griego, latino y eslavonio, como podía esperarse.

El significado de las vocales en el Boibel-Loth demostró que era una serie de etapas en la vida del Espíritu del Año, encarnado en el rey sagrado, y los árboles nombrados en las vocales del Beth-Luis-Nion probaron igualmente que forman una serie estacional. Es posible que la separación de las vocales de las consonantes fuera una evolución posterior y que originalmente estuvieran distribuidas entre las consonantes a intervalos Regulares, como lo están en los alfabetos griego y latino: que la A, la letra del nacimiento, más bien que la B, la letra del comienzo, iniciara realmente el alfabeto; y que la forma «Ailm-Beth» fuera anterior a la «Beth-Luis-Nion». Puesto que las leyendas irlandesas acerca del alfabeto señalan a Grecia como el lugar donde fue inventado, y existe en Irlanda una obstinada tradición campesina según la cual los Tuatha dé Danaan hablaban del idioma griego, ¿por qué no poner el Beth-Luis-Nion en griego antiguo y distribuir las vocales en su orden estacional entre las consonantes, colocando A en el solsticio de invierno, O en el equinoccio de primavera, U, en el solsticio estival, E en el equinoccio de otoño e I otra vez en el solsticio de invierno; y colocar a Straif al comienzo y Quert al final del grupo estival de letras? ¿Expresarían otro encantamiento religioso?

Así:

Ailm, Beth, Luis, Nion, Onn, Fearn, Saille, Straif, Huath, Ura, Duir, Tinn, Coll, Quert, Eadha, Muin, Gort, Ngeral, Ruin, Idho.

Ailm Beth no constituye un comienzo promisor hasta que se recuerda que Ailm (abeto) se pronuncia Ah o Alph en irlandés. La raíz alph expresa blancura y producto: así, alphos es lepra blanca no aguda (fíbula en latín) y alphe es «ganancia», y alphiton es cebada perlada, y Alphito es la Diosa Blanca del Cereal o Deméter Cerdo (palabra que significa también «ganancia»), cuya relación con Cerridwen, la Deméter galesa, alias la Vieja Blanca, se ha señalado ya. El principal río del Peloponeso es el Alfeo. Beth o Beith es el mes del abedul, y como el abedul es betuhis en latín, podemos transliterarlo en griego y escribir Baitulus. Inmediatamente las palabras comienzan a adquirir el sentido de una invocación. Alphito-Baitule, palabra compuesta como Alphito-mantis («el que adivina con la cebada perlada») indica una diosa de la misma clase que ASHIMA BAETYL y ANATHA BAETYL, las dos diosas esposas del hebreo Jehová en su culto del siglo V a. de C. en Elefantina, Egipto. El significado de Baitulos es una piedra sagrada donde reside una deidad; parece relacionarse con la semítica Bethel («Casa de Dios»), pero no se sabe si Baitulos se deriva de Bethel o viceversa. La diosa León Anatha Baetyl no era originalmente semítica y se la adoraba como Anaitis en Armenia.

Luis, la siguiente letra del Beth-Luis-Nion, sugiere Lusios, un título divino de muchos dioses griegos que significa «el que limpia la culpa». Se aplica particularmente a Dioniso, y el equivalente latino es Liber. Pero en los Himnos Órficos a Dioniso se le llama también Luseios y Luseus, lo que indica que el adjetivo no se ha formado directamente de louein, «lavar», sino de la ciudad de Lusi en Arcadia, famosa por su relación con Dioniso. Domina Lusi la enorme montaña Aroania, ahora Monte Quelmos, y se halla cerca dé los valles del río Aroanio, que desemboca en el Alfeo, y del Estigia, que desemboca en el Crathis. El Estigia («odiado») era el río de la muerte por el que se dice que juraban los dioses y que Deméter, la Madre Cebada, maldijo cuando Poseidón la persiguió con sus mal recibidas atenciones, probablemente durante la conquista aquea del valle del Crathis.

ALPHITO-BAITULE LUSIA

«Diosa Blanca de la Cebada, Libertadora de la culpa»

He aquí lo que dice Pausanias de Lusi y sus alrededores:

Cuando vais hacia el oeste desde Feneo, el camino de la izquierda lleva a la ciudad de Clitor, junto al canal que Hércules hizo para el río Aroanio… La ciudad se halla sobre el río Clitor, que desemboca en el Aroanio a no más de siete estadios de distancia. Entre los peces del Aroanio se hallan los moteados que, según se dice, cantan como zorzales. Yo vi algunos que había pescado, pero no produjeron sonido alguno, aunque me quedé junto al río hasta la puesta del sol, que es cuando se supone que yantan mejor. Los santuarios más famosos de Clitor son los de la Madre Cebada, Esculapio y la diosa Ilithya, a la que Olen, el antiguo poeta licio, en un himno que compuso para los delios, llama «la hilandera hábil» y así la identifica claramente con U diosa del Destino.

El camino de la derecha lleva a Nonacris y las aguas del Estigia Nonacris («nueve alturas») era antaño una ciudad arcadia, llamada así por el nombre de la esposa de Licaón.

El pelasgo Licaón, hijo de la diosa Oso Calisto, practicaba la antropofagia y debió de ser un dios roble porque lo mató un rayo. Su clan utilizaba como tótem al lobo, y Licaón como rey lobo (u hombre convertido en lobo) reinó hasta el noveno año. La elección de rey se hacía en una fiesta antropofágica. Su esposa Nonacris era claramente la Nueve Veces Diosa, y se dice que él fue el primer hombre que civilizó Arcadia.

No lejos de las ruinas de Nonacris se halla el risco más alto que he visto o del que he oído hablar nunca, y al agua que gotea desde él la llaman el Agua del Estigia… Homero pone una mención del Estigia en boca de Hera:

¡Sean testigos la Tierra y el anchuroso Cielo

y el agua del Estigia, de subterránea corriente!

Parecería que Homero hubiera visitado el lugar. Y a la diosa Atenea le hace decir:

Si mi mente sagaz hubiera sabido eso
cuando Zeus envió a Hércules a Hades
para que sacara a Cerbero de su morada aborrecible.
nunca habría engañado al agua del Estigia
que cae desde lo alto.

El agua que vertiéndose desde ese risco en Nonacris cae primeramente en una alta roca y luego en el río Crathis es mortal para el hombre y para todas las otras criaturas vivientes… Es notable también que solamente el casco de un caballo sea inmune a su veneno, pues contendrá el agua sin ser roto por ella, como sucede con los recipientes de vidrio, cristal, piedra, loza, cuerno y hueso. El agua corroe también el hierro, el bronce, el plomo, el estaño, la plata, el electro e incluso el oro, a pesar de la afirmación de Safo de que el oro nunca se corroe. No sé si Alejandro Magno murió o no realmente envenenado por esa agua; pero la anécdota es en verdad corriente.

Sobre Nonacris están los montes Aroanianos y en ellos hay una cueva a la que, según se dice, corrieron las hijas de Petro cuando se apoderó de ellas la locura. Pero Melampo, por medio de satrúkios secretos y ritos purificatorios, las obligó a ir a Lusi, ciudad próxima a Clitor, de la que no queda vestigio alguno. Allí las curó de su locura en un santuario de la diosa Artemisa, a la que los habitantes de Clitor llaman desde entonces «la Consoladora».

Melampo significa «pie negro» y era hijo de Amitaón y la ninfa Melanipa («yegua negra»). La leyenda de cómo purgó a las hijas de Preto con eléboro negro y sacrificios de cerdos, y luego hizo que desapareciera su locura lavándolas en un arroyo, probablemente se refiere a la toma de ese santuario danaeno por los aqueos, aunque se considera que Melampo era un eolio miniano. También conquistó Argos, el centro del culto danaeno. Las tres hijas eran la Diosa Triple, la Deméter del Estigia, la que sin duda tenía cabeza de yegua, pues de otro modo un casco de caballo no habría inmunizado contra el veneno del agua. Pero según Filón de Heraclea y Eliano, el cuerno de un asno-unicornio escita inmunizaba también contra el veneno; y Plutarco, en su Vida de Alejandro, dice que el casco de un asno es la única vasija segura. En las cercanías, en Estinfalia, había un santuario triple fundado por el pelasgo Temeno («recinto») en honor de la diosa Hera como «muchacha, novia y viuda», notable supervivencia de la tríada original. Los estinfalianos dijeron a Pausanias que la llamaban «viuda» porque se había peleado con Zeus y retirado a Estinfalia; esto se refiere probablemente a un restablecimiento posterior del culto primitivo desafiando a la religión olímpica.

Sir James Frazer visitó Lusi en 1895 e hizo una valiosa descripción de ese lugar que nos permite interpretar a Nonacris como el nombre de la serie de nueve precipicios, del Monte Aroania que domina el desfiladero del Estigia. Inclusive a fines del verano sigue habiendo nieve en las grietas, de las que describió como la más «terrible línea de precipicios» que había visto nunca. El Estigia se forma con la nieve que se derrite y parece negro al descender por la ladera del risco a causa de la encostradura oscura de la roca por la que fluye, pero luego adquiere un color azul brillante a causa de las rocas pizarreñas por las que se desliza en el desfiladero. Toda la línea de precipicios tiene vetas verticales rojas y negras —ambos colores de la muerte en la Grecia antigua— y Frazer explica la descripción de Hesíodo de los «pilares de plata» del Estigia, con la observación de que en el invierno inmensos carámbanos cuelgan sobre el desfiladero. Anota que un análisis químico del agua del Estigia prueba que no condene sustancias venenosas, aunque es extremadamente fría.

Como la siguiente letra del Beth-Luis-Nion es Nion, podemos continuar la invocación dactilica:

ALPHITO-BAITULE LUSIA NONACRIS

«Diosa Blanca de la Cebada, Libertadora de la culpa,

Señora de las Nueve Alturas»

Frazer descubrió que la creencia en el pez moteado que canta sobrevivía aún en Lusi —recuerdan el pez moteado poético del Pozo de Connla[25]— y también la tradición de las serpientes que puso Deméter para que vigilaran el agua del Estigia. Visitó la cueva de las hijas de Preto que domina el precipicio del Estigia y descubrió que tenía una puerta y una ventana naturales formadas por la acción del agua.

La siguiente letra es Onn. Como A y O se confunden tan fácilmente en todos los idiomas, podemos continuar con:

ANA

fundándonos en la diosa pelasga Ana, hermana de Belo, a la que los italianos llamaban Anna Perenna o «Ana Perenne». Ovidio dice en sus Fasti que a esta Ana la consideraban algunos como la diosa lunar Minerva, y otros como Temis, o lo de Argos. También la relaciona con las tortas de cebada. Su festival se celebraba el 15 de marzo, que es exactamente cuando se da Onn en el calendario del Beth-Luis-Nion. Ana probablemente significa «reina» o «diosa madre»; Safo emplea Ana en vez de Anassa (reina). Aparece en la mitología irlandesa como la diosa danaena Ana o Anan, que tenía dos personalidades diferentes. La primera era la benéfica! Ana, un título de la diosa Danu, mencionado en el Glossary de Cormac como equivalente a Buan-ann (glosado como «Buena Madre»). Era la madre de los tres dioses danaenos originales, Brian, Iuchurba e luchar, y los amamantó y crió tan bien que su nombre «Ana» llegó a significar «abundancia»; la adoraban en Munster como diosa de la Abundancia. Dos montañas del condado de Kerry, «los Pezones de Anu», se llaman así por ella. E. M. Hull la ha identificado también con Aine de Knockaine, una diosa lunar de Munster que se hace cargo de las cosechas y el ganado y está relacionada en la leyenda con la ulmaria, a la que dio su aroma, y con el festival de fogatas del solsticio estival. La Ana maléfica era la primera persona de la Trinidad del Destino: Ana, Badb y Macha, llamadas en conjunto la Morrigan, o Gran Reina. Badb, «hervor», se refiere evidentemente a la Caldera, y en el Libro de Lecan se dice que Macha significa «cuervo».

Ana aparece en el folklore británico como la Annis Negra de Leicester que tenía una morada en las colinas de Dane (¿Danaan?) y solía devorar a sus hijos, cuyas pieles colgaba de un roble para que se secaran. Se le llamaba la «Gata Ana», pero según E. M. Hull, Annis es una forma abreviada de Angness o Agnes, lo qué la identificaría con Yngona, «Anna de los Anglos», una conocida diosa danesa. La Annis Negra se relacionaba con una cacería de liebres en la víspera del Primero de Mayo, luego transferida al Lunes de Pascua, y por consiguiente tuvo que ser ninfa además de bruja. Yngona, ciertamente, era tanto Nanna (que compartía sus favores entre Baldery su rival Holder) como Angurboda, la Bruja del Bosque de Hierro, madre de Hel. Pero lo probable es que la Bruja residiera en las cercanías de Leicester mucho antes que los daneses ocuparan su parte de Mercia, y que fuera la diosa danaena Anu antes de ser Agnes. En la época cristiana se convirtió en monja y hay una ilustración de ella vistiendo hábito de monja en la sacristía de la iglesia de Swithland. Es la Bruja Azul celebrada en El Paraíso Perdido, de Milton, y Comus chupando la sangre de los niños por la noche transformada en lechuza. La Bruja de Beare irlandesa también se hizo monja; era fácil cristianizar a una diosa de la muerte porque tenía siempre el rostro velado. En el capítulo III dije que a Beli se le reconocía como hijo de Danu; y la identidad de Ana y Danu se pone claramente de manifiesto en una genealogía del Manuscrito 20 del Colegio de Jesús, perteneciente, según se supone, al siglo XUI, donde Beli el Grande es hijo de Anna, a la que se llama absurdamente hija del emperador de Roma. En otra parte se hace ascender la genealogía del principie Owen, hijo de Howel el Bueno, Aballac filius Amalechi qui fuit Beli Magni films, et finna mater ejus[26]. Se añade, también absurdamente, quam dicunt esse consobrinam Mariae Virginis, Matris Domini nostri Jhesu Christi.

Ovidio y Virgilio sabían que su diosa Anna Perenna era hermana de Belos o Bel, quien era una masculinización de la diosa sumeria Belili; también el dios Anu, de la trinidad masculina babilónica que completaban Ea y Bel, era una masculinización de la diosa sumeria Anna-Nin, abreviada habitualmente como Nana[27]. La esposa de Bel era Belit y la esposa de Anu era Anatu. La esposa de Ea, el tercer miembro de la trinidad femenina sumeria, era Dam-Kina, la primera sílaba de cuyo nombre muestra que había sido la madre de los danaenos. J. Przbuski, en la Revue de l’Histoire des Religions (1933), identificó Anna-Nin con la diosa Anahita del Avesta, a la que los griegos llamaban Anaitis y los persas Ana-hid, el nombre que dieron al planeta Venus.

El señor E. M. Parr me escribió diciéndome que An es una palabra sumeria que significa «Cielo» y que en su opinión la diosa Atenea era otra Anna, a saber: Ath-enna, una inversión de Anatha, alias Neith de Libia; también que Ma es una abreviatura de la sumeria Ama, «madre», y que Ma-ri significa «la madre fecunda», de rim, «parir un niño». Mari era el nombre de la diosa por la cual los egipcios del año 1000 a. de C. llamaron «Ay-mari» a Chipre, y que gobernó en Mari sobre el Eufrates (ciudad saqueada por Hammu rabi en 1800 a. de C.) y en Amari de la Creta minoica. Por consiguiente, Ma-ri-enna es «la madre fecunda del Cielo», alias Miriam, Marian de Mariandyne, la «Mirina brincadora» de Troya y Mariamne: palabra de triple poder. Pero la palabra básica es Anna, la que confiere la divinidad en el parto y que además parece formar parte del nombre de Arianrhod. En realidad Arianrhod puede no ser una degradación de Argentum y rota, «plata, rueda», sino Ar-ri-an, «Suprema madre fecunda» que hace girar la rueda del Cielo; si es así, Ariadna, la equivalente cretense de Arianrhod, sería Ar-ri-an-de; el de significa cebada, como en Deméter. La forma simple Ana, o Anah, aparece como el nombre de un clan jorreo en Génesis, XXXVI, aunque masculinizado en dos de las tres menciones de ella; se la celebra principalmente como la madre de Aholibama («tabernáculo del lugar alto»), con cuya heredera se casó Esaú cuando llegó a las dehesas de Seir. (El supuesto descubrimiento por Ana de mulas en el desierto se debe a un error del escriba.) James Joyce celebra traviesamente la universalidad de Anna en su Anna Livia Plurabelle. Y en verdad si se necesita un nombre único, simple e inclusivo para la Gran Diosa, el mejor es Ana. Para los místicos cristianos es «la Abuela de Dios».

La siguiente letra, Fearn, explica Perenna como una corrupción de Fearina, el adjetivo formado con Feär o eär, primavera. En latín la palabra ha conservado su Digamma y se escribe ver. De esto se deduce que el nombre griego de Bran, Foroneo —del que hemos anotado ya las formas variantes Vront, Berng y Efrón— era una variación de Fearineo, y que era originalmente el Espíritu del Año en su aspecto primaveral vigoroso aunque predestinado. La forma latina parece haber sido Veranus, lo que explicaría el nombre familiar plebeyo de Veramus; y el verbo femare, «renovarse en la primavera», al que se supone formado irregularmente de ver, veris, pero puede ser abreviatura de veranare.

ANNA FEARINA

«Reina de la Primavera»

La siguiente letra es Saille. Hemos visto que Saille se relaciona en el Boibel-Loth con Salmoneo, Salmaah y Salmón, y esto indica que la palabra correspondiente en el encantamiento es Salmone, otro título de la diosa. Por tanto:

SALMAONĀ

Había varios lugares que llevaban su nombre en el Mediterráneo Oriental, incluyendo el cabo Salmone en Creta, la ciudad de Salmone en la Elida, y Salmone, una aldea de las cercanías de Lusi. El título se compone, al parecer, de Salma y Onë, como en Hesionë. Se dice que Hesioné significa «Reina o Señora de Asia», y el significado de Salma puede deducirse de su aparición en nombres geográficos. Es una palabra egea muy ampliamente difundida y parece relacionarse siempre con la idea de orientalidad[28]. Salma era una tribu de la Judea meridional que vivía al este de la colonia minoica de Gaza; también un caravasar de la Arabia Central, en la ruta de caravanas que iba desde el Mediterráneo hasta el Golfo Pérsico. Salmalasso era un caravasar en la Pequeña Armenia de la ruta de caravanas que iba desde Trebisonda hasta el Lejano Oriente; Salmidessos era la ciudad más oriental de Tracia, frente al Mar Negro; Salmone era el cabo más oriental de Creta; Salamis la ciudad más oriental de Chipre; la isla de Salamina se halla al este de la ciudad cretense de Corinto, y las montañas consagradas a Salmanasar (en asirio Salmanu) se hallan al este de la gran llanura fluvial situada detrás de Antioquía. Como ya se ha indicado, Salma se convirtió en un nombre divino en Palestina, y Salomón, Salmón y Absalón eran variantes de él. Salma era la deidad a la que estaba consagrada originalmente la colina de Jerusalén; el lugar es mencionado en las cartas egipcias de Tell Amarna (1370 a. de C.) como Uru-Salim, y en los monumentos asirios como Ur-Salimu. En 1400 a. de C. lo ocupaba un caudillo que tenía el nombre semita de Abd-Khiba, un vasallo de Egipto que, como Melquisedec de Salem —¿Uru-Salim?— pretendía gobernar, no por derecho paterno ni materno, sino por la voluntad de Dios. El profesor Sayce traduce Uru-Salim como «Ciudad del dios Salim». Josefo recuerda que el primer nombre de la ciudad era Solyma. Salma, o Salim, era evidentemente el dios semita del sol saliente o renovado; Salmaona era la diosa egea de la que tomó sus títulos, como hizo el eolio Salmoneo que se opuso a los posteriores invasores aqueos e insistía en producir el rayo traqueteando un carro de bronce, infringiendo con ello la prerrogativa del Zeus olímpico. Pero es probable que Salma tomara su título como semidiós del sol renovado de su novia lunar Circe, o Belili, la Madre Sauce, Sal-Ma, en honor de la cual blandían ramas de sauce en esta estación, y que el significado relacionado con el Este sea secundario.

ANA FEARINA SALMAONĀ

«Reina de la Primavera, Madre del Sauce».

Straif es la letra siguiente. Se necesita un verbo principal para comenzar el segundo grupo de letras. Strebloein, o strabloein, formado con la raíz verbal streph, «retorcer», significa «guarnir con un cabrestante, arrancar, dislocar, poner en el potro», y da a Straif, el endrino, su connotación necesariamente cruel.

Luego viene Huath. La u indica meramente que la H es aspirada. No tenemos indicio alguno del nombre de la persona, o las personas, a las que la diosa atormenta, presumiblemente en Duir, el roble, pero yo supongo que son los athaneátidas o Hathaneátidas, miembros de uno de los cuatro clanes regios originales de Arcadia. Es probable que esta palabra, como athanatoi, signifique «los no mortales»; la palabra griega thnetos («mortal») es una forma abreviada de thaneátos. El clan del que era elegido el rey sagrado, la víctima de la leyenda que se está explicando, sería llamado naturalmente de «los Inmortales», porque solamente el rey podía conseguir la inmortalidad mediante sus sufrimientos, y los miembros inferiores de la nación estaban condenados a ser espectros temblorosos en el Infierno.

STRABLOE (H) ATHANEATIDAS URA

Pues Ura es la siguiente letra del alfabeto, la letra del solsticio estival, la letra de Venus Urania, el aspecto más violento de la Diosa Triple. Como ya se ha indicado, Ura significa Verano; también significa la cola de un león o un oso, expresiva de su furia, y la palabra ouraios («uraeus»), la serpiente regia de Egipto, está formada con la misma raíz. «Urano», el padre de los Titanes, según la mitología griega clásica, es probable que fuera originalmente su Madre, Ura-ana, Reina Ura. Pero no debemos buscar solamente uno ni siquiera dos significados de la sílaba ur, cuanto más numerosos eran los significados poéticos que podían concentrarse en un nombre sagrado, tanto mayor era su poder. Los autores del libro irlandés Hearings of the Scholars relacionaron la letra Ur del solsticio estival con ur, «tierra»; y se nos recuerda que ésta es la raíz que se encuentra en las palabras latinas area, «una parcela de tierra»; arvum, «un campo arado», y urvare, que significa «conducir un arado ceremonialmente alrededor del solar propuesto para una ciudad», significado que se encuentra también en la palabra griega homérica ouron, «un límite marcado por el arado». Los gramáticos dan por supuesta una palabra griega primitiva, ĕra, «tierra», relacionada con este grupo de palabras; lo que indica que Erana, o Arana, o Urana, era la diosa Tierra cuyo favor había que solicitar cuando se araban los campos o se fundaban ciudades (unes o urbes), y el casamiento con la representante local, de ella daba a un jefe el derecho a gobernar en sus tierras. Si es así, el ureo del tocado regio representaba tanto a la gran sierpe marina que circundaba la Tierra como a las serpientes moteadas oraculares de la diosa. Pero su nombre podía tener también otros tres o cuatro significados. Podía significar la «diosa de la Montaña» (de la palabra griega homérica ouros, montaña), lo que indicaría su identidad con Mousa, la Musa, título del mismo significado; y «Reina de los Vientos» (de la homérica ouros, viento) lo que explicaría el ureo como símbolo de su poder sobre los vientos, pues todos los vientos tienen cola de serpiente y se alojan en una cueva de la montaña Urana, por consiguiente, es un título múltiple: Madre Tierra, Nuestra Señora del Verano, Diosa de la Montaña, Reina de los Vientos, Diosa de Cola de León. Puede significar también «Reina Guardiana» (ouros «guardián»); o, con referencia a su aspecto como vaca lunar, «Soberana de los Bueyes Salvajes» (ourus, en latín urus, buey salvaje), como la diosa irlandesa Buana. Y no debemos pasar por alto la palabra sánscrita varunas, que significa «firmamento nocturno», de la raíz var; «cubrir», de la que tomó su nombre Varuna, el tercer miembro de la Trinidad aria. Cuando la primera oleada de aqueos penetró en Grecia y quedaron bajo la soberanía de la Diosa Triple Ana, o De-Ana, o Ath-Ana, o Di-Ana, o Ur-Ana, que regía el mundo del día así como el de la noche, varunas perdió su significación especializada, se convirtió de varun en urah en su honor y llegó a significar el firmamento en general. De aquí el título clásico de Ana como Urania, «La Celestial».

STRABLOE ATHANEATIDAS URA DRUEI

«Ura, unce a los Inmortales a tu roble»

La siguiente palabra, Tinne, o Tann, puede ser ampliada como Tanaous, «extendido», en memoria de la derivación por Hesíodo de la palabra Titán de titainein, «extender». Dice que a los Titanes se les llamaba así porque extendían sus manos, pero esta explicación tiene tal vez el propósito de ocultar la verdad, que consistía en que los Titanes eran hombres extendidos, o atormentados, en la rueda, como Ixión. Frazer observó que el acebo, que es el árbol de Tinne, crece muy bien en Lusi, y que el valle del Estigia está lleno pe álamos blancos, Eadha, el árbol consagrado a Hércules.

La letra Coll completa el segundo grupo del alfabeto mplahreusthai o kolabrizein es bailar una danza tracia salvaje e insultante, la kolabros, como la que la diosa Kali baila sobre los cráneos de sus enemigos:

DRUEI TANAOUS KOLABREUSOMENĀ

«Extendida, dispuesta a insultarnos en tu danza salvaje»

La danza se relacionaba evidentemente con los cerdos, pues kolabros significaba también lechón. En la poesía irlandesa antigua, a los cráneos de los hombres recién muertos se les llamaba «las bellotas de la Morrigan», es decir de la diosa del Destino, Anna en su aspecto de cerda. Un lechón figura en la danza de las nueve mujeres lunares representadas en una pintura rupestre de Cogul correspondiente a la Vieja Edad de Piedra.

Las siguientes palabras son: Quert, o Kirt, y Eadha y Muin. Mi conjetura es:

KIRKOTOKOUS ATHROIZE TE MANI

«Y reúne a las hijas de Circe con la Luna»

Circe, «hija de Hécate», era la diosa de Ea («lamento»), una isla sepulcral en el Adriático septentrional. Su nombre significa «halcón hembra» y el halcón es un ave agorera, y también se relaciona con circos, círculo, por los círculos que describen los halcones y por el uso del círculo mágico en los encantamientos; la palabra es onomatopéyica, pues el halcón grita «circ-circ». Se decía que transformaba a los hombres en cerdos, leones y lobos, y las hijas de Circe eran probablemente mujeres vestidas de cerdas que participaban en un festival de la luna llena que se realizaba en su honor y en el de Dioniso. Herodoto dice que ese ritual era una práctica griega y egipcia común. En las orgías persas de Mitra, que tenían el mismo origen que las de Deméter y en las que se sacrificaba y comía crudo un toro, a los hombres celebrantes se les llamaba Leontes (leones) y a las mujeres Hyaenae (cerdas). Probablemente los hombres-leones intervenían también en esta kolabros como hijos de Circe.

Las últimas letras son: Gort, Ngetal, Ruis, Idho. Aquí nos hallamos en un terreno muy poco firme. El único indicio respecto de Idho es que la forma hebrea de la palabra es iod, y la cadmea iota, y que la única palabra griega que comienza con gort es Gortis, el nombre del famoso fundador de Gortis, una ciudad de la Arcadia meridional situada en un tributario del Alfeo, el Gortinio (llamado también Lusios). Gortina, el nombre de una famosa ciudad de Creta, puede ser la palabra necesaria, y representar algún título de la diosa. Pero tal vez la abreviatura Gort debería ser Gorp. Gorgōpa, «rostro espantoso», un epíteto de la diosa de la muerte Atenea, tiene buen sentido. Para conservar el metro hay que deletrear la palabra como Grogōpa, así como kirkos se deletrea con frecuencia krikos.

GROGŌPA GNATHŌÏ RUSĒIS IOTĀ

«Como la Diosa del Destino de rostro temible harás

un ruido gruñón con tus quijadas»

Iotes (en eolio Iotas) es una palabra homérica que significa Voluntad o Mandato Divino; puede haber proporcionado esta personificación de la Diosa del Destino, como Anagke (Necesidad), la primera sílaba de la cual es probablemente Ana o Anam, y como Temis (Ley), las dos del género femenino. Eurípides dice que Anagke es la más poderosa de las divinidades y que Zeus obtuvo de Temis su autoridad jurídica; según Homero, Temis era la madre de las Parcas y convocaba a las asambleas de los olímpicos. Ya hemos dicho que Ovidio la identifica con Anna.

Por consiguiente:

[Diosa Blanca de la Cebada, Libertadora de la culpa, Señora de las Nueve Alturas, Reina de la Primavera, Madre del Sauce,

Ura, unce a los Inmortales a tu Roble, insúltalos en tu danza salvaje,

y reúne a las hijas de Circe bajo la Luna; como la Diosa del Destino de rostro terrible harás un ruido gruñón con tus quijadas.]

Tal vez la diosa aparecía en esta ocasión como la Perra de tres cabezas, Hécuba o Hécate, pues ruzein se aplicaba principalmente a los perros; pero como Cerridwen se halla habitualmente presente en la muerte del héroe solar, tal vez el ruido aludido era el gruñido plañidero de la Vieja Cerda comedora de carroña de Maenawr Penardd, para la que «los cráneos son bellotas».

No ha llegado hasta nosotros ningún poema griego de una época lo suficientemente primitiva que pudiera servir para comprobar el metro y las formas verbales de esta canción hipotética. Pero al menos se ha compuesto lógicamente contra la mayoría de mis esperanzas originales de cómo resultaría, por lo que no puedo considerarla como una composición mía. El reemplazo de palabras dactílicas (–) por anapésticas (–) y yámbicas (–) en la segunda mitad de la canción se produjo naturalmente sin que yo advirtiera su significación. Los pies dactílicos y trocaicos expresaban originalmente en Grecia el elogio y la bendición, pero los anapésticos y yámbicos se limitaban originalmente a las sátiras y maldiciones; así como el pie espondaico se empleaba en los cantos fúnebres[29]. (El empleo del yámbico se extendía a la tragedia porque ésta se relacionaba con el cumplimiento de una maldición divina; y a la comedia por su intención satírica.) Esta canción sugiere una danza por doce personas alrededor de un círculo de doce piedras erectas: en cada una de sus mitades hay doce compases, con cada compás alternado marcado por un bailarín que golpea la piedra más cercana con la palma de la mano o tal vez con la vejiga de un cerdo. En el centro del círculo el rey sagrado está atado al roble podado con el quíntuple lazo de tiras de sauce, esperando su muerte cruenta.

Según algunos mitógrafos, los Titanes eran doce, masculinos y femeninos, y este número canónico se conservó en el número de los dioses y diosas olímpicos que los reemplazaron. Herodoto dice que los pelasgos no adoraban a dioses y que aceptaron el sistema olímpico sólo por orden expresa del oráculo de Dodona, supongo que cuando el oráculo, en otro tiempo el portavoz de la diosa selvática pelopiana Dione, fue capturado por los aqueos. Es probable que esté en lo cierto: adoraban solamente a-una diosa y a su semidivino hijo del rey. En Arcadia parece haber tenido astas. Una joya minoica tardía que se halla en mi poder —un pendiente de cornalina blanca con franjas— muestra un corzo agazapado cerca de un bosque, en la actitud llamada heráldicamente regardant. Las diez puntas de sus astas se refieren tal vez al décimo mes, M, el mes de la luna de la vendimia; una luna nueva se alza sobre él. Que estos Titanes figuren en el mito griego como hijos de Urano puede significar solamente que eran compañeros del rey sagrado, quien tomaba su título de la diosa Urania. Los otros Titanes, que son siete, rigen la semana sagrada.

Si, como se ha sugerido, Pitágoras fue iniciado en este misterio alfabético por los Dáctilos, es posible que debiera a ellos su teoría de las connotaciones místicas de los números; y esa posibilidad se convierte en probabilidad cuando se numeran de una a veinte las letras iniciales del encantamiento:

A — 1 D — 11
B — 2 T — 12
L — 3 C — 13
N — 4 Q — 14
O — 5 E — 15
F — 6 M — 16
S — 7 G — 17
Z — 8 Gn — 18
H — 9 R — 19
U — 10 I — 20

En esta tabla se descubre una aproximación a la verdad poética todavía mayor que en el sistema bardo irlandés de letras numerales citado al final del capítulo XVI, el cual se basa en un orden alfabético diferente y niega valor alguno a la H y la U. Aquí, el grupo dominante de las cinco vocales ocupa el primer y el último lugar, como se podía esperar, y también el quinto y el décimo (respectivamente «el soto de los sentidos» y la «perfección» en el sistema pitagórico), y el extático decimoquinto, la culminación del plenilunio del Cántico de las Alturas en Jerusalén. Los lugares segundo, cuarto, sexto y octavo —los números pares son masculinos en el sistema pitagórico y los impares son femeninos— los ocupan la B (comienzo), la N (diluvio), la F (fuego) y la Z (pasión airada), serie que sugiere una marea ascendente de lujuria masculina, la que después dé haber sido refrenada por H, nueve, la letra de la castidad premarital impuesta por la Nueve Veces Diosa, halla su consumación en U, diez, donde se unen los principios masculino y femenino. Las letras intermedias son L, 3, la letra de la regeneración iluminada por las tres antorchas de Hécate; O, 5, la letra de la iniciación en los misterios del amor; S, 7, la letra del encanto femenino («Atenea» en el sistema pitagórico). Los lugares undécimo y duodécimo los ocupan, respectivamente, D y T, las jefas mellizas de la compañía de doce (en el sistema irlandés el orden está invertido); el decimotercero está ocupado por C, la letra de los magos porquerizos sacrosantos de la diosa; y el decimonono por R, la letra de la Muerte, apropiada para el final del ciclo de diecinueve años. Los valores numéricos de las restantes letras se resuelven con la misma facilidad. Como el encantamiento enseñado por los Dáctilos era orgiástico, contenía adecuadamente veinte elementos, número de los dedos de las manos de la mujer y de su amante, pero Pitágoras se limitó a especular con los tetrásticos de sus diez dedos solamente.

Resumamos. Este encantamiento griego de veinte palabras proveyó los nombres de las letras de un alfabeto que fue utilizado en los últimos tiempos de la Arcadia minoica hasta la segunda invasión aquea por los descendientes de los invasores originales que se habían pasado al culto de la Diosa Blanca. Su culto implicaba el empleo de un calendario solar artificial de trece meses, cada mes representado por un árbol diferente, calendario que había sido inventado independientemente del alfabeto y estaba muy difundido. Se puede demostrar que algunos de sus elementos relacionados con las estaciones datan de épocas predinásticas, y aunque los árboles de la versión irlandesa, la única que sobrevive completa, indican un origen póntico o paflagonio, el calendario puede haber tenido su origen en el Egeo, Fenicia o Libia con un canon de árboles algo diferente. No es probable que el alfabeto llegase a Britania al mismo tiempo que el calendario. Este puede haber sido introducido a fines del tercer milenio a. de C. por la gente de la Nueva Edad de Piedra que estaba en estrecho contacto con la civilización egea, juntamente con la agricultura, la apicultura, la danza laberíntica y otros beneficios culturales. El alfabeto parece haber sido introducido a fines del segundo milenio a. de C. por refugiados provenientes de Grecia.

Puesto que hay siempre doce piedras en el gilgal, o círculo de piedras utilizado para los sacrificios, lo que hay que hacer a continuación es cazar especulativamente el Corzo Blanco alrededor de las doce casas del Zodíaco.

No se sabe cuándo y dónde tuvo su origen el Zodíaco, pero se cree que evolucionó gradualmente en Babilonia desde los doce episodios de la vida del héroe Gilgamesh: su matanza del Toro, su amorío con la Virgen, sus aventuras con dos hombres Escorpiones (la Balanza ocupó posteriormente el lugar de uno de ellos) y el Diluvio (correspondiente al Acuario). Las tabletas de calendario del siglo VII a. de C., apoyan eso, pero la Epopeya de Gilgamesh no es realmente antigua; se cree que Gilgamesh fue un invasor hicso (cassita) de Babilonia en el siglo XVIII a. de C. al que se transfirió la leyenda de un héroe más antiguo, un Tammuz de la clase conocida relacionada ya con el Zodíaco.

El Zodíaco original, a juzgar por los datos astronómicos anticuados citados en un poema de Arato, un griego helenístico, era corriente a fines del tercer milenio a. de C. Pero es probable que fuera fijado por primera vez, al mismo tiempo, cuando salía el Sol en los Gemelos (Géminis) en el equinoccio de primavera, el festival de los pastores; en la Virgen (Virgo), a la que se identificaba generalmente con Ishtar, la Diosa del Amor, en el solsticio estival; en el Arquero (Sagitario), identificado con Nergal (Marte) y más tarde con el centauro Quirón, en el equinoccio de otoño, la estación de la caza tradicional; en el Pez de la resurrección (Piscis) en el solsticio invernal, el período más lluvioso. (Se recordará que las transformaciones del héroe solar Llew Llaw comienzan con un Pez en el solsticio invernal.)

Los egipcios se apropiaron de los signos del Zodíaco por lo menos en una época tan temprana como el siglo XVI a. de C., con ciertas alteraciones —Escarabajo en vez de Cangrejo, Serpiente en vez de Escorpión. Espejo en vez de Cabra, etc.—, pero para entonces el fenómeno conocido como la precesión de los equinoccios ya había echado a perder la leyenda original. Cada 2000 años más o menos el Sol sale en un signo anterior; así en 3800 a. de C. el Toro comenzó a expulsar a los Gemelos de la casa del equinoccio de primavera e inició un período que recuerda Virgilio en su relato del Nacimiento del Hombre:

El toro blanco con sus cuernos dorados
inicia el año…

Al mismo tiempo la cola del León se introdujo en el lugar de la Virgen en el solsticio estival —a eso, se debe, al parecer, el subsiguiente título de la diosa como «Oura», la Cola del León— y poto a poco le siguió el cuerpo del León, tras lo cual durante un tiempo se hizo leonina con sólo una cabeza de Virgen. Igualmente, el Aguador (Acuario) sucedió al Pez en el solsticio hiemal y proveyó el agua para que flotara el arca que servía de cuna al Espíritu del Año.

Alrededor del año 1800 a. de C. el Toro mismo fue expulsado de la Casa Primaveral por el Carnero (Aries). Esto puede explicar la restauración del mito del Zodíaco en honor de Gilgamesh, un rey pastor de ese período; era el Carnero que destruyó al Toro. Igualmente, el Cangrejo sucedió al León en el solsticio estival; por lo que la diosa del Amor se convirtió en una deidad marina con templos a la orilla del mar. La Cabra sucedió también al Aguador en el solsticio hiemal; por lo que el Espíritu del Año nacía de una cabra. Los griegos de Egipto llamaron luego al Carnero el «Vellocino de Oro» y volvieron a relatar la leyenda del Zodíaco como el viaje de los argonautas.

La desventaja del Zodíaco consiste, ciertamente, en que no es un calendario perpetuo como la serie de árboles del Beth-Luis-Nion, la cual no trata de relacionar los equinoccios y solsticios, con las doce constelaciones del Zodíaco. Tal vez el mito del Zodíaco original se basaba en la leyenda del Corzo, asociada con una serie de árboles en la Canción de Amergin, supuesta mejora científica de ella porque un año de trece meses con las estaciones de los equinoccios y solsticios cayendo a intervalos irregulares es menos fácil de manejar que un año de doce meses con exactamente tres meses entre cada una de las cuatro estaciones. En todo caso, el arquetipo de Gilgamesh, el héroe del Zodíaco, era «Tammuz», un héroe muy variable del culto de los árboles; y el calendario de árboles de trece meses parece más primitivo que el de doce meses[30]. Ciertamente, la leyenda que relata es más coherente que las de Gilgamesh y Jasón. Es un mito puro combinado con historia. Por eso el alfabeto de los árboles, con los gemelos combinados en un solo signo, coincide con el Zodíaco tal como está al presente, con los Peces en la casa del equinoccio de primavera. (Véase la figura de arriba).

Pero todavía no hemos respondido a la pregunta: ¿por qué atribuye Higinio a las Parcas la invención de las letras F y H?

La atribución por Higinio a Palamedes de la invención del disco es un indicio útil si el profesor O. Richter está en lo cierto al sugerir que las tardías figuritas femeninas de Chipre que sostienen discos dei mismo tamaño proporcionado que el disco de Festos (siete pulgadas de diámetro) se anticiparon a Atenea y su égida. Sabemos por la leyenda del infante Erictonio que la égida era un saco de piel de cabra convertido en escudo por medio de un contrafuerte circular. ¿Era un saco o bolsa que servía para guardar un disco sagrado, como el saco de piel de grulla que contenía las letras pelasgas del alfabeto pelásgico de Palamedes y que tenía una máscara de gorgona en la boca? Si es así, parece probable que el disco ocultado tuviese grabado en espiral su nombre sagrado e inefable como la Diosa de la Sabiduría libio-pelasga; y si este nombre estaba escrito con letras, no con jeroglíficos, puede haber sido el de cinco letras IEUOA o el de siete letras JIEUOAŌ, duplicando la primera y la última letras de IEOUA. O también, puesto que era la diosa Luna triple, o sea las Tres Parcas que inventaron las cinco vocales, juntamente con la F y la H, podía ser la forma de nueve letras JIEHUOV(F)AŌ, compuesta para que contuviera no sólo el Nombre de siete letras, sino también las dos consonantes que representaban el primero y el último día de su semana, lo que la revelaba como la Sabiduría hecha con el material de los Siete Pilares. Si era JIEHUOVAŌ, Simónides (o más probablemente su predecesor Pitágoras) mostró poca inventiva al estabilizar la forma de ocho letras JEHUOVAŌ en honor del inmortal dios solar Apolo omitiendo la I, la vocal de la muerte, y conservando la Y, la semivocal de la generación.