Zaragoza: Miguel Cabanellas (1862-1938) (izquierda), único de los jefes divisionarios que se sumó al alzamiento. El general Miguel Núñez del Prado (derecha) se trasladó a Zaragoza en avión el 18 para oponerse a la rebelión militar, pero fue apresado y su gestión fracasó

Arturo Menéndez, exdirector general de Seguridad, apresado en la estación de Calatayud y conducido a la capital. Cañones ante el edificio de Capitanía.