Oh, hermanos, que llegáis —yo les hablaba—

tras de cien mil peligros a Occidente,

cuando de los sentidos ya se acaba

la vigilia, y es poco el remanente,

negaros no queráis a la experiencia

de ir tras el sol por ese mar sin gente.

DANTE, Infierno, canto XXVI.

La música, para crear armonía, debe estudiar la discordancia.

PLUTARCO