Muchos de los acontecimientos que se describen en estas páginas se ajustan a lo que los libros de Historia nos enseñan de ellos. Están ambientados en sus fechas exactas y el trasfondo ha sido documentado con rigor. Los nombres de la mayoría de los militares implicados, de sus enemigos, las descripciones de lugares como el Templo de Luxor o ciertas pirámides en suelo europeo, incluso las referencias bibliográficas, los mitos, cuentos, dioses o ritos que salpican esta novela tampoco son fruto de mi imaginación.
En cuanto a la «pirámide inmortal» del dios Toth, todavía no se ha encontrado.