Notas

[1] Véase Walter Harding, The Days of Henry Thoreau, Princeton, Princeton University Press, 1992, 3.ª ed., pág. 57. <<

[2] Las referencias a las obras de Thoreau se toman de las siguientes ediciones: Collected Essays and Poems, ed. de E. Hall Whiterell, Nueva York, The Library of America, 2001 y A Week on the Concord and Merrimack Rivers, Walden, The Maine Woods, Cape Cod, ed. de Robert F. Sayre, Nueva York, The Library of America, 1985. <<

[3] Véase Walter Harding, The Days of Henry Thoreau, op. cit., págs. 173-174. <<

[4] The Correspondence of Henry David Thoreau, ed. de W. Harding y C. Bode, Nueva York, New York University Press, 1958, pág. 216. (Véase Henry David Thoreau, Escritos selectos sobre Naturaleza y Libertad, ed. de O. Cargill, trad. de M. A. Marino, Buenos Aires, Ágora, 1960, pág. 172). <<

[5] A Week comparte muchos rasgos de estilo con las primeras versiones de Walden. Allí se encuentra, sobre todo, la preocupación de Thoreau por la mitología («Esta entrañable reiteración de las más antiguas expresiones de la ver dad por una posteridad contenta con retocar ligera y religiosamente el viejo material, es la prueba más concluyente de una humanidad común», A Week, págs. 49-50) o la «escritura de la humanidad», la soledad y la amistad o la naturaleza, pero se trataba de un texto esencialmente inconexo, compuesto de escritos previos a los que faltaba la unidad de Walden. Aún era visible, no sólo en la expresión, sino en la concepción, la influencia de Emerson: toda la sección del «Miércoles» era una discusión con el maestro. (Véase la traducción del pasaje, con el título «Amistad», en Lecturas sobre la amistad, ed. de M. Ballester, Murcia, SFRM/UCAM, 2004). <<

[6] El enfriamiento de la amistad significaría que ninguno de los dos estaría dispuesto a mantenerla en un nivel inferior al que había tenido para ambos. En 1878, cuando la señora Gilchrist visitó al anciano Emerson, observó que le fallaba la memoria. Emerson se volvía a su esposa y le preguntaba: «¿Cómo se llamaba mi mejor amigo?». «Henry Thoreau». «Oh sí, Henry Thoreau». Véase Joel Porte, Emerson and Thoreau: Transcendentalists in Conflict, Middletown, Wesleyean University Press, 1966. <<

[7] Cape Cod se publicaría póstumamente en 1865. En Walden, Thoreau había dicho que no se proponía ser satírico y Cape Cod no lo es en absoluto: irónico y alejado del sentimentalismo, permite comprender hasta qué punto Thoreau tomaba en serio la cuestión del descubrimiento y la independencia de América: «Si América se descubrió y se perdió una vez, como muchos de nosotros creemos, ¿por qué no dos?» (Cape Cod, pág. 1023). Quid loquar?, por qué repetir —escribiría Thoreau— lo que habían dicho los padres peregrinos era una pregunta difícil de contestar. En ocasiones compara el océano con «una laguna campestre», en referencia a Walden, y de hecho hay pasajes que podrían formar parte de Walden. El cabo Cod era el lugar donde habían desembarcado los puritanos del Mayflower. «Un hombre podría estar allí de pie y dejar toda América a sus espaldas […]», Cape Cod, pág. 1039. <<

[8] Sobre The Maine Woods pesa la decisión de Thoreau de abandonar Walden geográfica y literariamente. El libro, de hecho, es la relación de los viajes de Thoreau a las regiones casi desconocidas del estado de Maine, donde aún podía encontrarse «la naturaleza en formación». Thoreau seguía la pauta establecida en Walden y en sus escritos políticos, según la cual algo en la naturaleza del hombre no era susceptible de representación en las instituciones: «Mientras que la república ya ha adquirido una historia mundial, América aún no ha sido ocupada ni explorada» (The Maine Woods, pág. 654). Casi podría tomarse el capítulo de Walden sobre las «Leyes superiores» como guía de lectura (o de viaje) de Los bosques de Maine. El libro estaba llamado a ser, de no haberlo interrumpido la muerte de Thoreau, su gran libro indio. <<

[9] Collected Essays and Poems, pág. 552. <<

[10] Collected Essays and Poems, págs. 354-355. <<

[11] Collected Essays and Poems, págs. 350, 351. <<

[12] Collected Essays and Poems, pág. 351. <<

[13] Véase W. Harding, The Days of Henry Thoreau, op. cit., pág. 291. <<

[14] El ensayo que le dedicó Stevenson es un ejemplo de la deficiencia de la lectura de Thoreau: la admiración es difícil de ocultar en sus páginas, pero el ánimo de censura se sobrepone, en un curioso caso —siendo Thoreau y Stevenson lo suficientemente puritanos— de angustia electorum o conflicto entre elegidos. Véase Robert Louis Stevenson, «Henry David Thoreau: su carácter y opiniones» (1880), trad. de A. Lastra, en Res publica. Revista de la historia y del presente de los conceptos políticos, 2 (Murcia, 1998), págs. 235-254. <<

[15] La edición definitiva de The Writings of Henry David Thoreau, dirigida por Elizabeth Hall Whiterell et al. y publicada por Princeton University Press des de 1971, recoge ya ocho volúmenes del Journal desde 1837; el último, editado en 2002, comprende las entradas de 1854, el año de publicación de Walden. Sobre las fases de redacción de Walden y el establecimiento del texto definitivo (editado por J. Lyndon Shanley en 1971, en el primer volumen de The Writings), véanse, entre otros, J. Lyndon Shanley, The Making of Walden, Chicago y Londres, The University of Chicago Press, 1957 (que incluye el primer borrador del libro, redactado en Walden); The Variorum Walden, ed. de Walter Harding, Nueva York, Washington Square Press, 1962, y Stephen Adams y Donald A. Ross, Revising Mythologies: The Composition of Thoreau’s Major Works, Charlottesville, The University Press of Virginia, 1988. <<

[16] Francis O. Matthiessen, American Renaissance (1941), Oxford, Oxford University Press, 1968, 2.ª ed., pág. 167. <<

[17] Stanley Cavell, The Senses of Walden (1972), An Expanded Edition, Chicago y Londres, The University of Chicago Press, 1992, pág. 4. <<

[18] Véase, entre otros, Lawrence Buell, Literary Transcendentalism: Style and Vision in the American Renaissance, Ithaca, Cornell University Press, 1973. Tras la Guerra Civil, el trascendentalismo fue quedando relegado conforme una mentalidad positivista e historicista se apoderaba de las universidades americanas. El propio Emerson tuvo ocasión de comprobarlo al pronunciar en Harvard, donde había estado vetado durante casi treinta años, su conferencia sobre «El progreso de la cultura» (Ralph Waldo Emerson, «Progress of Culture. Address read before the Phi Beta Kappa Society at Cambridge, July 18, 1867», recogido en Letters and Social Aims [1875], Works of Ralph Waldo Emerson, Londres, Routledge, 1894, págs. 473-480). En el caso de Thoreau, fue James Russell Lowell, uno de los «bramines» de Boston, el encargado de levantar el acta de defunción en una reseña de la edición póstuma de sus libros («Thoreau», en Henry David Thoreau, Walden and Resistance to Civil Government. Authoritative Texts, Journal, Reviews and Essays in Criticism, A Norton Critical Edition, ed. de W. Rossi, Nueva York, Norton, 1992, 2.ª ed., págs. 334-341). El documento más importante de la época es Trascendentalismo en Nueva Inglaterra de Octavius Brooks Frothingham, publicado significativamente en el primer centenario de la Declaración de Independencia y donde Thoreau apenas es digno de mención (Transcendentalism in New England. A History, ed. de S. E. Ahlstrom, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1972, 2.ª ed.). <<

[19] Véase la entrada del 9 de agosto de 1854: «Walden published. Elder berries…». En abril de ese mismo año, Thoreau había anotado que podía «criticar mejor mi composición a cierta distancia» (H. D. Thoreau, Walden and Resistance to Civil Government, pág. 307). <<

[20] En el diario, poco después de empezar a vivir en Walden, Thoreau esbozaría esa tarea futura: «No plantaré judías otro verano, sino sinceridad, verdad, sencillez, fe, confianza, inocencia» (15 de agosto de 1845, en H. D. Thoreau, Walden and Resistance to Civil Government, pág. 263), que luego recogería en el capítulo «El campo de judías» de Walden: «Adquirí una experiencia ulterior…». <<

[21] Con ocasión del 150 aniversario de la publicación de Walden los escritos políticos se han reeditado con un título más apropiado: The Higher Law: Thoreau on Civil Disobedience and Reform, ed. de W. Glick, Princeton, Princeton University Press, 2004. <<

[22] Walden podría leerse, de hecho, en la época de Frederick Douglass y Harriet Beecher Stowe, como una slave narrative, una pauta de lectura que el propio Thoreau sugería, por ejemplo, en el capítulo sobre los «Primeros habitantes», donde recuerda que Walden había sido la morada de esclavos libera dos y fugitivos. <<

[23] La entrada en el diario en la que Thoreau reflexiona sobre su marcha de los bosques —en septiembre de 1847, tras pasar allí dos años, dos meses y dos días— está fechada el 22 de enero de 1852 y coincide con la última fase de redacción de Walden, especialmente desde el capítulo sobre «Las lagunas» hasta la «Conclusión», en la que se advierte un tono distinto al que había empleado en los capítulos anteriores, pensados, en su mayoría, para ser leídos en público. Las reflexiones de Thoreau sobre la superioridad cultural de la escritura respecto al habla tienen aquí una aplicación precisa: «Hay un intervalo memorable entre la lengua hablada y la lengua escrita, la lengua oída y la lengua leída. La primera es, por lo general, transitoria, un sonido, un habla, sólo un dialecto, casi brutal, y lo aprendemos inconscientemente, como los animales, de nuestras madres. La segunda es la madurez y experiencia de la primera; si aquella es nuestra lengua materna, esta es nuestra lengua paterna, una expresión reservada y selecta, demasiado significativa para ser escuchada; para hablarla, deberíamos nacer de nuevo» («Leer»). En esa misma época Thoreau dejaría de escribir poesía. <<

[24] R. W. Emerson, «Thoreau», en H. D. Thoreau, Walden and Resistance to Civil Government, págs. 320-333, pág. 332. <<

[25] R. W. Emerson, «The American Scholar», en Essays and Lectures, ed. de J. Porte, Nueva York, The Library of America, 1991, 6.a ed., págs. 53-71. «Nuestras vidas —escribiría reprobatoriamente Thoreau en el primer capítulo de Walden— son domésticas en más sentidos de los que creemos». A finales de 1850, Thoreau anotaría en su diario que «en la literatura sólo nos atrae lo salvaje […] el pensamiento salvaje», una frase que estructuraría Walden (aunque no la emplearía cuando redactara las últimas versiones del texto, significativamente el capítulo sobre las «Leyes superiores») hasta que pudiera afirmar que «las escenas más salvajes se me habían hecho indeciblemente familiares». <<

[26] Emerson había insistido en la misma idea durante la década previa al estallido de la Guerra Civil y la posterior organización universitaria. En La conducta de la vida, que se publicaría seis años después de Walden, escribió: «Si los estados, las ciudades y los liceos poseyeran las obras de arte, reforzarían los vínculos de la comunidad. Una ciudad puede existir con un propósito intelectual. En Europa, donde las formas feudales aseguran la conservación de la riqueza en ciertas familias, esas familias compran y preservan esas obras y permiten que el público pueda verlas. Pero en América, donde las instituciones democráticas dividen cada estado en pequeñas porciones, el público ha de acudir, tras pocos años, a casa de aquellos propietarios y obtener cultura e inspiración para el ciudadano» (R. W. Emerson, La conducta de la vida, ed. de J. Alcoriza y A. Lastra, Valencia, Pre-Textos, 2004, pág. 100). <<

[27] En su ensayo de juventud sobre «Aulus Persius Flaccus» (1840) Thoreau inscribiría el lema de su escritura: «[…] et aperto vivere voto», y propondría «descubrir y familiarizarnos con las cosas». La estructura de Walden resistiría la intemperie, el aire libre, el carácter abierto: «Queda más día por amanecer» («Conclusión»). <<

[28] Thoreau y Lincoln están más cerca uno del otro de lo que podría suponer un método de filosofía política ambiguamente conservador, como el de Harry V. Jaffa («Reflections on Thoreau and Lincoln. Civil Disobedience and the American Tradition», en The Conditions of Freedom. Essays in Political Philosophy, Baltimore y Londres, The Johns Hopkins University Press, 1975, págs. 124-148). Entre el «martirio» del capitán Brown y el del propio Lincoln, Thoreau podría situarse con perfecto derecho como defensor de las leyes superiores. <<

[29] Véase Ethel Seybold, Thoreau: The Quest and the Classics, New Haven, Yale University Press, 1951. <<

[30] Véase R. W. Emerson, «The Trascendentalist», en Essays and Lectures, págs. 191-209. <<

[31] Véase «Slavery in Massachusetts» (1854), en H. D. Thoreau, Collected Essays and Poems, págs. 335, 346. Thoreau pronunció su discurso el 4 de julio, un mes antes de la publicación de Walden, y debe ser leído como una justificación de su partida y de la publicación: «El efecto de un buen gobierno es hacer más valiosa la vida… Durante el último mes he vivido —y creo que cualquiera en Massachusetts capaz de albergar un sentimiento patriótico habrá pasado por una experiencia similar— con la sensación de haber sufrido una vasta e indefinida pérdida» (pág. 345). <<

[32] William Wilberforce (1759-1833), antiesclavista británico. <<

[33] John Evelyn (1620-1706), naturalista británico, autor de Sylva, or a Discourse of Forest-Trees (1679). <<

[34] Cita del Vishnú Purana. <<

[35] Justus von Liebig (1803-1873), químico alemán, autor de Animal Chemistry (trad. inglesa, 1842). <<

[36] Sobre la traducción de scholar por «escolar», véase la Introducción, pág. 43. <<

[37] Thoreau puede referirse tanto a la revista The Dial como a su propio diario (journal en el texto). <<

[38] Thoreau alude a su libro A Week on the Concord and Merrimack Rivers, cuya venta fue escasa. <<

[39] En las costas de Nueva Jersey solían naufragar los barcos. <<

[40] Explorador francés (1741-1788), cuyo barco se perdió al sur del Pacífico. <<

[41] Ida Pfeiffer (1797-1858), viajera austríaca, autora de Eine Frauenfahrt um die Welt [A Lady’s Voyage Round the World (trad. inglesa, 1852)]. <<

[42] Samuel Laing (1780-1868), explorador británico, autor de Journal of a Residence in Norway (1837). <<

[43] Daniel Gookin (1612-1687), autor de Historical Collections of the Indians of New England (1792). <<

[44] Jonathan era el apodo habitual entre los habitantes de los Estados Unidos durante el siglo XIX. <<

[45] Edward Johnson (1598-1672), autor de Wonder-working Providence of Sion’s Saviour in New England (1654). <<

[46] Edmund Bailey O’Callaghan, Documentary of the State of New York (1851). <<

[47] Thoreau volvería a usar la expresión «spring of springs» en el último párrafo de Cape Cod, publicado póstumamente. <<

[48] Probablemente se refería a Horatio Greenough (1805-1852), que fue de los primeros en proponer la funcionalidad de la arquitectura. <<

[49] Famoso caballo de carreras inglés. <<

[50] John Warner Barber, Historical Collections (1839). <<

[51] Trap significa trampa; en plural, trastos. <<

[52] Shakespeare, Julio César, III, 3. <<

[53] William Bartram (1739-1823), naturalista americano, autor de Travels through North and South Carolina (1791). <<

[54] John Howard (1726-1790), reformador inglés de las prisiones. <<

[55] William Cowper (1731-1800), de sus «Verses Supposed to Be Written by Alexander Selkirk»; Selkirk fue el modelo de Daniel Defoe para Robinson Crusoe. La cursiva es de Thoreau. <<

[56] Versos anónimos publicados en The Muses Garden (1610). <<

[57] Confucio, Analectas, 14. <<

[58] Milldam, la presa de molino, era el principal punto de encuentro de Concord, por el que luego pasaría su calle Mayor. <<

[59] «Ramas de olivo» era el nombre de una publicación metodista que evitaba tratar cuestiones políticas en beneficio de asuntos familiares. <<

[60] Thoreau cita a Ida Pfeiffer, A Lady’s Voyage Round the World (1852). Los puri son una tribu de Brasil. <<

[61] Versos de «Walden Spring», en The Woodman and Other Poems (1849), de Ellery Channing. <<

[62] Lugar de una celebrada victoria, en 1847, durante la guerra de México. <<

[63] Thoreau se refiere a la gran nevada de febrero de 1717, descrita por Cotton Mather. <<

[64] John Milton, El paraíso perdido, I, vv. 293-294. <<

[65] Thoreau alude a Ben Jonson (1572-1637), autor de «Witches’ Song». <<

[66] De «Elegy Written in a Country Churchyard», de Thomas Gray. <<

[67] Versos de «Croma», en The Genuine Remains of Ossian, de James Macpherson. Se trata del consuelo a Malvina, hija de Toscar, tras la muerte de su amante. <<

[68] Juego de palabras: Brighton y Bright Town. <<

[69] Confucio, Analectas, 4. <<

[70] En los vedas hindúes, dios del aire, el trueno y la lluvia. <<

[71] William Goffe y Edward Whalley, acusados de la muerte de Carlos I de Inglaterra, huyeron a América y vivieron allí ocultos. <<

[72] El inglés Thomas Parr, nacido en 1483, vivió supuestamente 152 años. <<

[73] Prósperas mansiones de Boston, Nueva York y Concord, respectivamente. <<

[74] Edmund Spenser, The Faerie Queene, I, I, v. 35. <<

[75] Edward Winslow, The English Plantation al Plymouth (1622). <<

[76] Paflagonia era un país boscoso al norte de Asia Menor; el leñador canadiense era Alek Therien. <<

[77] Homero, Ilíada, XVI, vv. 13-16. <<

[78] Supuesto saludo del indio Samoset a los peregrinos que desembarcaron en Plymouth. <<

[79] Henry Coleman (1785-1849), supervisor agrícola de Massachusetts. <<

[80] Canción para llamar al ganado entonada por los pastores suizos. <<

[81] Miembros de la artillería de Concord, unidad de la milicia del estado. <<

[82] John Evelyn (1620-1706), horticultor inglés, autor de Terra, a Philosophical Discourse on Earth (1729). <<

[83] Filósofo y naturalista inglés (1603-1665), citado en Sylva, or a Discourse of Forest-Trees (1679), de Evelyn. <<

[84] De Sobre la agricultura, de Catón: «Padre de familia es quien vende, no quien compra». <<

[85] Versos de la égloga quinta de «The Shepherd’s Oracle», de Francis Quarles (1592-1644). <<

[86] Alexander Pope (1688-1744), poeta y traductor inglés de la Ilíada y la Odisea. <<

[87] Tibulo, Elegías, I, X, vv. 7-8. <<

[88] Confucio, Analectas, 12. <<

[89] John Milton, Lycidas, v. 194. <<

[90] Coenobites, en el original, suena como «see no bites», no parece que piquen (el anzuelo). <<

[91] Lo mismo se dice del lago de Alexander en el condado de Killingly, según Barber en su Connecticut Historical Collections. (N. del A.). <<

[92] En su Diario (1654), Evelyn menciona «la parroquia de Saffron Walden, famosa por la abundancia del azafrán que se cultiva allí y que se considera mejor que el del extranjero». (N. del A.). <<

[93] Walled-in en el original. <<

[94] Personaje de las antiguas baladas inglesas que mató al dragón de Wantley. <<

[95] Skin-flint en el original. <<

[96] William of Hawthornden, Icarus. <<

[97] Del latín viridis, verde. <<

[98] Todas las citas poéticas del capítulo son del poema «Baker Farm», de Ellery Channing, en The Woodman and Other Poems (1849). <<

[99] William Kirby y William Spence, An Introduction to Entomology (1815 – 1826) <<

[100] John Donne, «To Sir Edward Herbert». <<

[101] El compañero de pesca y el poeta del diálogo siguiente es Ellery Channing. <<

[102] Pilpay fue considerado durante un tiempo el autor de una serie de fábulas en sánscrito. <<

[103] La batalla de Concord fue la primera gran lucha de la Revolución. John Buttrick comandaba las fuerzas americanas, cuyas únicas bajas fueron Isaac Davis y David Hosmer. <<

[104] William Gilpin, Remarks on Forest Scenary (1834). <<

[105] François André Michaux, North American Sylva (1819). <<

[106] William Wordsworth, «Barry Gill». <<

[107] Ellen Sturgis Hooper, «The Wood-Fire». <<

[108] Cuando medí las tierras de Cyrus Jarvis el 23 de diciembre de 1856, me mostró una parte de ese terreno, de seis acres y cincuenta y dos varas, al oeste de la carretera de Wayland, que «consistía en tierra de labranza, buenos y bosque», vendida por Joseph Stratton a Samuel Swan de Concord el 11 de agosto de 1777. (N. del A.). <<

[109] «Coil», desenrollar, juego de palabras con el nombre propio Quoil. <<

[110] John Milton, El paraíso perdido, II, vv. 559-560. <<

[111] «Man on the farm», hombre en la granja, es el tipo individual, opuesto al «Farmer», granjero, que es el tipo social, según Emerson en «The American Scholar». <<

[112] El trascendentalista Amos Bronson Alcott (1799-1888). <<

[113] Thomas Storer, The Life and Death of Thomas Wolsey, Cardinal (1599). <<

[114] Old Mortality, título de una novela de Walter Scott, cuyo protagonista recorre Escocia reparando las lápidas de las tumbas. <<

[115] Su maestro y amigo Ralph Waldo Emerson (1803-1882). <<

[116] Un peso de cincuenta y seis libras. <<

[117] William Gilpin, Observations on Several Parts of Great Britain (1808). Los versos son de Milton en El paraíso perdido, VII, vv. 288-290. <<

[118] Juego de palabras entre dos de los significados de «weed», maleza y velo. <<

[119] Ovidio, Metamorfosis, I, vv. 61-62; vv. 78-79. <<

[120] La cita es de Mencio. <<

[121] Ovidio, Metamorfosis, I, vv. 89-96; vv. 107-109. <<

[122] William Habbington, «To My Honoured Friend Sir Ed. P. Knight». <<

[123] John Franklin (1786-1847), explorador inglés que desapareció en el Paso del Noroeste en 1847; el comerciante Henry Grinnell financió varias expediciones en su busca. Mungo Park (1771-1806), Meriwether Lewis (1774-1809), William Clark (1770-1838) y Martin Frobisher (1535-1594) fueron todos exploradores. <<

[124] Claudiano, «El anciano de Verona». Thoreau cambia «Iberos» por «australianos» y «vitae» por «Dios». <<

[125] John Symmes defendía que la tierra era hueca y habitable. <<

[126] Paráfrasis del poema «Night and Death» de José María Blanco-White. <<

[127] Apodos corrientes del inglés y del americano en el siglo XIX. <<