Nota editorial:
Gracias a la obsesión del Administratum por guardar informes es posible obtener casi cualquier información que uno desee, no importa lo trivial que sea, de las profundidades de los archivos imperiales. Bueno, eso si eres capaz de encontrar lo que buscas entre los espesos matorrales de palabrería inútil que lo rodean. Basta con decir que localizar el acta de la reunión entre Kasteen y los oficiales al mando en el complejo de la refinería fue algo frustrante, por decir algo, aunque pensándolo bien mereció la pena el esfuerzo, especialmente porque la trascripción nos proporciona información vital relativa al trasfondo, sin la cual el relato de Cain acerca de los eventos posteriores puede parecer algo confusa.
El acta fue redactada por el amanuense Quintus, cuyo estilo de redacción algo idiosincrásico me hace sospechar que no esperaba que nadie fuera a leerlos jamás.
Acta de la reunión del Comité para la Defensa y Conservación de Simia Orichalcae de la Incursión Orca (por la gracia de Su Majestad), convocada para el día 648.932.M41 (demasiado temprano para un desayuno decente).
Hallándose presentes:
La coronel Regina Kasteen, del 597.° de Valhalla, una aguerrida y hermosa guerrera que actúa como gobernadora militar del sistema de Simia Orichalcae.
El mayor Ruput Broklaw, su segundo al mando, igualmente aguerrido pero mucho menos apuesto.
Artur Morel, excavador profesional de túneles.
El mago Vinkel Ernulph, tecnosacerdote de mayor rango, con demasiado metal donde debería tener el cerebro.
La codiciaría Marum Pryke, el regalo del Emperador al Administratum, al menos eso piensa ella.
Yo.
Aduladores y parásitos varios.
Con el siguiente orden del día:
Defensa de la refinería (de hecho, lo único de lo que hablamos).
Procedimientos:
La coronel Kasteen llamó al orden a los reunidos. A continuación volvió a llamarlos al orden. El mayor Broklaw disparó su pistola láser al aire, y entonces pudo comenzar la reunión.
La coronel Kasteen presentó un plan para inutilizar al gargante y, con suerte, eliminar a un gran número de los orcos que nos asediaban al mismo tiempo. Esto se basaba en el hecho de que los túneles de la mina se extendían un poco más allá del perímetro de la refinería; dado el enorme peso de la cosa, debería ser posible provocar un derrumbamiento en las galerías que había debajo con una cantidad suficiente de explosivos.
El mago Ernulph quería saber a qué distancia de la refinería ocurriría la explosión, señalando que los tanques de promethium estaban casi llenos, y que si las cosas se torcían, toda la refinería podría verse reducida a un cráter humeante.
El mayor Broklaw señaló amablemente que en ese caso ninguno de nosotros estaría presente para quejarse.
La codiciaría Pryke planteó la cuestión de que la instalación estaba vinculada a un valor crediticio bastante significativo, y que su destrucción supondría una fluctuación del 0,017 por ciento en el comercio medio del sector. Continuó sugiriendo que deberían encontrar una estrategia alternativa. La coronel Kasteen dijo que si quería podía salir fuera y pedirles a los orcos que se marcharan, si pensaba que eso sería de ayuda.
Morel ofreció los servicios de sus mineros para determinar el lugar óptimo para la colocación de las cargas explosivas, dada su experiencia con la geología local, cosa que la coronel le agradeció (tiene una sonrisa muy bonita).
Ya que nadie tenía ninguna otra sugerencia para inutilizar al gargante, Ernulph reconoció que sería preferible que fuéramos nosotros y no los orcos los que voláramos el lugar.
Saqué el tema del comisario Cain y su partida de exploración, preguntando cómo se las iban a arreglar si todavía seguían bajo tierra cuando hicieran estallar la mina. Kasteen y Broklaw parecían muy preocupados con ese asunto, admitiendo que sus probabilidades de sobrevivir bajo esas circunstancias serían muy pequeñas. Broklaw añadió que estaba seguro de que ya habrían vuelto para entonces, ya que el comisario tenía una especie de don para escapar de dificultades como ésa. Yo sugerí que les transmitiéramos una advertencia, pero al parecer estaban a demasiada profundidad para poder hacerles llegar un mensaje.
Sin embargo, estuviera donde estuviese, estoy seguro de que lo estaba pasando mejor que nosotros.