Nota editorial:

Hubo otros combates igualmente duros en casi todo el territorio de Adumbria, aunque, como es natural, Cain no los considera merecedores de mención. De hecho, el ataque al cuartel general del regimiento en el que se vio envuelto podría ser considerado un enfrentamiento secundario dentro de la batalla principal por Glacier Peak, en la que la mayor parte del regimiento y la guarnición local de la FDP se defendieron de un modo meritorio.

Así que una vez más debemos contar con otras fuentes para rellenar los huecos, y de nuevo el relato populista de Tincrowser realiza un eficiente trabajo al ponernos en contexto.

De Sablist en Skitterfall: una breve historia de la incursión del Caos,

por DAGBLAT TINCROWSER, 957.M41

Para sorpresa de muchos, la propia Skitterfall fue escenario de relativamente poca acción durante la primera incursión. Volviendo la vista atrás, se debió casi con total certeza a la presencia de las naves que orbitaban por encima de ella, que hubieran convertido cualquier aproximación en un suicidio. En realidad, el escuadrón Cobra y la triunfal Escapade se ocuparon rápidamente de las naves que quedaban antes de que cualquiera de ellas tuviera la oportunidad de huir hacia las profundidades del espacio. Pero el daño ya estaba hecho y varios miles de soldados enemigos habían aterrizado para cuando los transportes fueron repelidos.

La estrategia general de esas incursiones, si es que la había, ha sido objeto de muchas especulaciones durante los últimos veinte años. En muy pocos casos el enemigo conseguía reunirse en número lo bastante grande como para representar una seria amenaza, y parece más probable que estuvieran allí simplemente para permitir a sus amos, a bordo de la flota principal, drenar la fuerza de la resistencia con la que se encontrarían cuando llegara la fuerza principal. Cualquier daño que pudieran infligir con esas tácticas de golpea y huye hubieran representado una ventaja bienvenida, por supuesto, y no se puede negar que el efecto psicológico de su llegada fue considerable; el pánico y el desorden de los civiles en muchas de las zonas más pobladas aumentó durante un tiempo, aunque a esto le siguió un período de relativa calma, ya que sin duda el populacho se dio cuenta de que el peor de sus miedos se había hecho realidad.

Como se ha señalado previamente, un número relativamente escaso de enemigos aterrizó en la propia Skitterfall, ya que las defensas que rodeaban el puerto estelar demostraron ser un formidable elemento disuasorio para aquellos que lo intentaron. De hecho, tan fuerte fue la resistencia allí que las pocas lanzaderas que atravesaron las defensas se vieron obligadas a aterrizar en los suburbios, lejos del centro de la ciudad, donde la FDP local, hábilmente asistida por los tanques valhallanos y la infantería kastaforeana de la Guardia Imperial, rechazó los ataques en poco tiempo. Los rumores que en aquel momento decían que algunos ciudadanos patriotas habían formado milicias para enfrentarse a la amenaza pueden ser vistos ahora, con la sabiduría que da el echar la vista atrás, como lo que realmente fueron: simples formulaciones de deseo. Pero tales historias sin duda jugaron un papel importante para reforzar la determinación de la población civil en la resistencia al invasor.

Las mayores batallas de la primera incursión tuvieron lugar en el lugar más inesperado: la ciudad de Glacier Peak, en la zona fría, y en una zona boscosa de la zona caliente que destacaba sólo por el hecho de que los tallarnianos que formaban parte del ejército de relevo habían instalado allí su cuartel general, en lo que quedaba de una estación de investigación botánica[76]. Dado que Glacier Peak era el cuartel general del 597.º valhallano, parece probable que una de las razones para realizar la incursión fuera tratar de infligir daño a los dos regimientos de la Guardia que más aislados estaban de sus camaradas. Si ése era realmente el caso, los traidores iban a sufrir una gran decepción.

El 229.º tallarniano demostró que su excelente reputación en lo que a lucha en el desierto se refiere era bien merecida, ya que expulsaron y masacraron a sus atacantes con una facilidad casi insultante. En aquel caso los ayudó su familiaridad con la dureza del entorno, ya que los herejes se encontraron con que las condiciones de aquel lugar los debilitaban enormemente. De hecho, un relato contemporáneo sugiere que murieron tantos por deshidratación o golpe de calor como a manos de los miembros de la Guardia.

Se podría decir lo mismo del contingente que asaltó la zona fría, ya que muchos de sus integrantes sucumbieron a las bajísimas temperaturas con la misma rapidez que cayeron ante el fervor marcial de los valhallanos, que al proceder de un mundo helado no se vieron afectados en absoluto. Sin embargo, la ciudad de Glacier Peak ofrecía muchos refugios contra aquel frío letal, y la lucha se convirtió en un ejercicio de desgaste, ya que tuvieron que ir expulsando a los invasores calle por calle, edificio por edificio. Además, a pesar de los tremendos esfuerzos de los soldados de la Guardia, muchos civiles sufrieron y murieron en el fuego cruzado. Su sacrificio, sin embargo, no fue en vano, ya que al final los últimos integrantes de aquella basura hereje fueron cazados mientras intentaban huir a pie de la ciudad, enfrentándose a las bajísimas temperaturas de los páramos. Esto, por encima de todo, nos hace ver lo terriblemente desesperados que estaban, ya que sin duda no encontrarían allí ningún refugio.