Nota editorial:
Puesto que la batalla en el espacio desempeñó un papel decisivo en lo que habría de seguir, y Cain no se molesta en hacer la menor mención de ella, parece oportuno incluir otro breve extracto de la narración que hace Tincrowser de la campaña. Resulta algo impreciso en los detalles, como era de esperar de un civil, pero reseña bastante bien los puntos principales.
De Sablist en Skitterfall: una breve historia de la incursión del Caos,
por DAGBLAT TINCROWSER, 957.M41
Mientras la flota enemiga avanzaba hacia Adumbria, se fragmentó, dividiéndose en tres grupos, sin duda en un intento de evitar a los valientes defensores. Dos de dichos grupos parecían relativamente inofensivos ya que estaban formados por navíos con armamento ligero[70], mientras que el tercero lo componían la mayor parte de las naves de transporte de tropas y las naves de guerra que los escoltaban[71].
Tras haber demostrado su valor en el primer combate y tratándose de las únicas naves en situación de interceptarlos antes de que superaran la órbita, a la Escapade y la Fiera se les asignó la tarea de hostigar a una de las flotillas menores, cosa que hicieron con bastante eficacia, aunque ni una ni otra pudieron evitar que algunos de sus objetivos llegaran al planeta. La Escapade fue la que mejor cumplió su cometido, ya que consiguió destruir a todos sus objetivos menos uno sufriendo un daño mínimo en el proceso, mientras que la Fiera destruyó a uno por completo. Por desgracia, al hacerlo fue sorprendida en medio de un fuego cruzado de los dos restantes que le produjeron daños suficientes en los motores como para obligarla a quedarse rezagada, imposibilitada de continuar el combate.
El grueso de la flota enemiga continuó su acercamiento a Adumbria, retando al resto de las fuerzas de la Armada Imperial a interceptarla, un anzuelo que se negaron a tragar. La Indestructible se mantuvo en órbita por encima de Skitterfall, donde se le unió la escuadra de destructores[72] que hasta entonces había estado patrullado las rutas de navegación internas.
Fue así que tres navíos de la avanzadilla enemiga consiguieron entrar en órbita y desplegar a las tropas que transportaban, las primeras en contaminar el suelo de nuestro amado mundo patrio. No obstante, al menos uno de ellos habría de lamentar su temeridad, ya que la Aventura lo alcanzó y superó casi de inmediato lanzándolo a un feroz destino en la atmósfera superior.
De todos modos, esto fue un magro consuelo para los valientes defensores, ya que por primera vez se libró un combate en la superficie y, tal como había sucedido antes, los valhallanos fueron los primeros en entablar combate.