Nota editorial:

Como de costumbre, Cain muestra muy poco interés por todo lo que no lo afecta directamente, de modo que su narración da un salto abrupto en este punto. En consecuencia, consideré que era mejor insertar algo de material de otras fuentes para presentar un panorama más equilibrado de la situación en su conjunto.

De Sablist en Skitterfall: una breve historia de la incursión del Caos,

de DAGBLAT TINCROWSER, 957.M41

Si la primera sangre de la campaña de tierra había corrido por cuenta del 597.º valhallano, el crédito de la primera victoria del conflicto en el espacio debe adjudicarse a las tripulaciones de las naves piquete que patrullaban los confines exteriores de las rutas de navegación. Para apreciar plenamente su valor y el del comandante de la escuadra, Horatio Bugler, debemos tener presente que los invasores los superaban en número ampliamente y lo sabían; su trabajo consistía simplemente en informar de todo lo que pudieran sobre el tamaño y la disposición de la flota enemiga, y escapar siempre que estuviera en su mano para salvar la vida. Que hicieran tanto más es una prueba palpable del espíritu combativo de la Armada Imperial y de las sobresalientes cualidades tácticas y de liderazgo del capitán Bugler[64].

Con sólo dos fragatas a su disposición, su propia nave, Aventura, y la Virago, ambas provistas de armamento ligero, se las ingenió para dejar fuera de combate a tres de las naves enemigas antes de retirarse, habiendo sufrido sólo daños sin importancia en ambas naves.

De ¡Espadas destellantes! Las fragatas de clase Falchion en acción, de Leander Kasmides, 126.M42.

En 937.M41 tuvo lugar un interesante encuentro durante el intento de invasión a Adumbria, un mundo comercial de poca importancia en las lindes del golfo de Damocles, por parte de fuerzas traidoras. Dos Falchion habían sido dejadas en funciones de patrulla en el sistema exterior cuando la principal flota invasora emergió de la disformidad. La Aventura, bajo el mando del capitán Bugler, y la Fiera, con el capitán Walenbruk, no tenían una gran experiencia en combate por haber estado adscritas a un grupo de combate enviado al sistema Kastafore unos meses antes, inmediatamente después de salir de los astilleros de Voss. Allí no vieron mucha acción ya que se presenciaron relegadas a interminables maniobras de patrulla en regiones donde no la había en demasía; tal vez esto se debiera a que los comandantes de la flota no tenían mucha idea de la capacidad de esta nueva clase de navíos y prefirieron confiar en las naves de clase Sword, con las que estaban más familiarizados.

Sin embargo, en este enfrentamiento habrían de probar su valía fuera de toda duda al enfrentarse a una armada de aproximadamente una docena de naves enemigas. Por fortuna, resultó que la mayor parte eran naves mercantes armadas que transportaban a las fuerzas de tierra que pretendían someter al planeta, pero aun así, lo lógico hubiera sido que su mera superioridad numérica bastase para avasallar a dos fragatas solitarias. No obstante, mediante hábiles maniobras conseguían atacar al enemigo desde atrás, donde ninguno de los cargueros tenía capacidad para devolver fuego directo. Así fue que volaron a dos de ellos con lanzamiento de torpedos antes de concentrar sus baterías principales sobre un tercero, al que destriparon por completo. En ese momento, las naves de guerra que les servían de escolta empezaron a devolver el fuego, y la Aventura y la Fiera salieron disparadas antes de que los otros pudieran acercarse lo suficiente para infligirles algún daño de envergadura.

Esto podría considerarse una cuestión de suerte, ya que dos de las naves enemigas fueron identificadas de forma indudable como invasores de clase Infidel; precisamente el diseño que robaron los traidores de los astilleros de Monsk, y cuyo intento de reconstrucción dio como resultado la creación de la incomparable clase Falchion. Un duelo entre estos hermanos tan diferentes habría sido el primer choque registrado de las dos clases dentro del sector. Tal como se dieron las cosas, ese enfrentamiento épico tuvo que esperar un poco más, hasta el incidente de Sabatine, unos siete meses después, y a más de cien parsecs de distancia…