Con la redacción final de la Trilogía de Naguib Mahfuz, en 1952, culmina la etapa de realismo crítico de este autor, tras la cual, en 1957, su producción literaria sufre un giro con la aparición de Hijos de nuestro barrio, en la que se abandonan las descripciones minuciosas para inaugurar una nueva forma de realismo, más cercano a la alegoría.
De los tres volúmenes que componen la Trilogía presentamos ahora la traducción del primero, Entre dos palacios, que narra la vida de la primera generación de, la familia Abd el-Gawwad entre los años 1917 y 1919. A la publicación de este libro, en 1956, siguió inmediatamente la de los otros dos, en 1957.
En esta primera parte de la Trilogía, la vida familiar tiene como telón de fondo una serie de acontecimientos políticos que marcaron profundamente la historia del Egipto contemporáneo. Esta realidad histórica va cobrando importancia a medida que avanza la ficción novelesca, imbricándose en la biografía de sus personajes y erigiéndose, a partir de aquí, como principal protagonista de las alegrías y desgracias de los miembros de la familia Abd el-Gawwad.
Cuando nos planteamos la posibilidad de traducir Entre dos palacios, el problema más importante a resolver fue el de armonizar y coordinar la labor de los miembros del equipo. Dada la unidad y continuidad de la obra, la tarea de traducción ha sido por tanto realizada y revisada por todos sus componentes: Eugenia Gálvez Vázquez, Rodolfo Gil Grimau, M." Dolores López Enamorado, Rafael Monclova Fernández y Clara M.ª Thomas de Antonio. Este sistema de trabajo ha multiplicado los esfuerzos, aunque esperamos haber conseguido el objetivo que nos propusimos desde un primer momento: dar una mayor homogeneidad al conjunto de la obra.
En la transcripción de nombres árabes hemos optado, en la medida de lo posible, por aproximar la fonética castellana a la pronunciación original. Asimismo, hemos procurado trasladar todos los conceptos, aunque se ha creído conveniente conservar algunos términos en árabe, que aparecen en cursiva en la traducción, dado que al pasarlos a nuestra lengua perdían parte de su contenido. Este es el motivo de la inclusión de un breve glosario al final del libro.
Finalmente, queremos hacer constar nuestro agradecimiento al profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo Gavala, de la Universidad de Sevilla, que con tanto acierto y sensibilidad se ha encargado de la corrección de estilo.
LOS TRADUCTORES