[1] Considerad la lógica inexorable de la Gran Mentira. Si un hombre ama locamente a los gatos y se dedica a su protección, sólo hace falta acusarlo de matar y maltratar gatos. Vuestra mentira tendrá el inconfundible sonido de la verdad, mientras que sus desmentidas desaforadas olerán a falsedad y evasivas.
Aquellos que han oído voces del hemisferio no dominante del cerebro, comentan acerca de la autoridad absoluta de esa voz. Saben que están oyendo la Verdad. El hecho de que no se aporte ninguna evidencia y que la voz pueda pronunciar un absoluto sinsentido, es irrelevante. Ésta es la naturaleza de la Verdad. La verdad no tiene nada que ver con los hechos. Aquellos que manipulan la Verdad en su propio provecho, la gente de la Gran Mentira, se cuidan muy bien de esquivar los hechos. De hecho, nada ofende más a este tipo de gente que el concepto de hecho. Aportar hechos en nuestra defensa equivale a autoexcluirse del juicio.
En un universo preregistrado y, por ende, totalmente previsible, el pecado más grave consiste en manipular los registros, lo cual podría resultar en una alteración del futuro preregistrado. El capitán Mission había cometido este pecado. Amenazaba con demostrar, para iluminación de todos, que trescientas almas pueden coexistir en relativa armonía, entre sí, con sus vecinos y con la ecosfera de la flora y la fauna. <<
[2] Si quieres esconder algo, sólo es preciso crear una falta de interés en el lugar donde eso está escondido. <<
[3] Borra el concepto de una pregunta de su mente. El glifo egipcio es un junco o pluma y agua. ¿Quién? El agua la pluma el libro. Bórralo con el graznido del ganso de dónde y con el pan de cuándo, esfúmate hasta transformarte en una gran ave extinta, incapaz de volar, en un estanque pantanoso. <<
[4] Al ver el planeta como un organismo, resulta obvio quiénes son sus enemigos. Su nombre es legión. Dominan y pueblan el planeta. «Los decepcionados y los decepcionantes que, a su vez, son decepcionados». ¿Pensó el Homo bobiens que los demás animales sólo estaban allí para que los comiese? Aparentemente, sí. Las rasadoras están destruyendo las selvas, los lémures agazapados y los zorros voladores, los gibon de Kloss que producen la música más bella y más variada de todos los animales terrestres y los lémures colugo que saben planear y están indefensos en la tierra. Todo esto se va, para dejar espacio a una raza humana cada vez más devaluada, cada vez con menos chispa salvaje, ese ingrediente inapreciable: la energía que se torna materia. Un inmenso alud de barro, de lodo desalmado. <<
[5] Recordad que la cueva también contiene todas las enfermedades extinguidas: las Siete Plagas de Egipto, los Pelos, las Vergas, los Sudores, todas contenidas en el molde del hombre. Una vez roto ese molde, todas las plagas del Tiempo se liberan. <<
[6] Se paga por los milagros. Se paga con vida, belleza, juventud, inocencia, alegría y esperanza… Se paga con momentos efímeros. Momentos mágicos… Hombrecitos grises juegan en su fortín en la madrugada, un pequeño reno verde flota en un claro de verdura, la luz de un pintor toca un geranio rojo en una maceta de París, coge un gato blanco sobre un muro rojo en Marrakech… De estas invenciones preciosas, ¿cuánto habrá tomado Cristo en préstamo sobre el futuro de la humanidad para curar a un piojoso y leproso idiota, a un pordiosero hediondo, baboso y bizco, con labio leporino? ¿Es que Cristo alguna vez escogió a un ser que mereciera ser curado porque tenía un don especial, un talento de uno en un millón? Hum, a Cristo le importaba la cantidad, no la calidad. Desde su posición, no importa a quien curas. Se trata de establecer un monopolio para que jamás puedan ocurrir más milagros.
De modo que Cristo se empeñó en destruir la materia prima de los milagros… almas, espíritu, djoun, prana, la fuerza que anima a cualquier ser espontáneo, imprevisible, vivo. Y, ¿qué es el Pánico? La comprensión de que todo está vivo.
El gran dios Pan ha muerto. <<
[7] Las enseñanzas de Cristo suenan a suicidio biológico. ¿Debe el venado buscar al leopardo y ofrecerle la garganta a sus colmillos? ¿Deben los peces empalarse en los anzuelos y saltar a las redes? Ninguna especie animal podría sobrevivir en la busca y el amor de sus enemigos. Esto es locura bajo la forma de consejo práctico, en el dominio del cuerpo. En el dominio psíquico, si puedes acercarte tanto a un enemigo, también puedes convertirlo en amigo, o matarlo gracias a una proximidad incongruente. Un mago viejo y sabio me dijo una vez: «No tengo enemigos, a todos los convierto en amigos». Era el profesante más mortífero que jamás haya encontrado.
Las enseñanzas de Cristo tienen sentido en el dominio del virus. ¿Qué hace tu virus con los enemigos? Transforma a los enemigos en sí mismo. Si no lo logró con la primera mejilla, entonces ofrece la segunda. Hay pocas cosas más difíciles que amar a los enemigos. De modo que quienquiera lo haga obtendrá fuertes poderes. Amar a un enemigo es una práctica inhumana, que coloca al profesante muy por encima —o por debajo— de lo humano. <<
[8] Como dijo William von Raab del Servicio de Aduanas de los EE.UU.: «Esto es una guerra, y quien sugiera una actitud siquiera tolerante hacia el uso de drogas, debería ser considerado un traidor». <<
[9] Como lo sabe cualquier médico astuto, la evolución de una enfermedad de acuerdo con sus síntomas clásicos es más una excepción que una regla. Se puede presentar cualquier combinación de los síntomas esperados, o su correspondiente ausencia. A veces, como en el caso de la enfermedad de Cristo, el primer síntoma es la muerte… En otros casos la etiología de la enfermedad es insidiosa y puede demorar semanas, o incluso meses, en manifestarse. En los casos en que la vocación del paciente le otorga un cierto margen, la enfermedad puede no detectarse hasta que haya ocurrido algún escandaloso lapsus profesional. <<
[10] El Profesor Unruh von Unerhört adelantó una hipótesis según la cual todas las plagas estaban relacionadas entre sí y eran el resultado de «ein pásico y hoguible desperfekto en el origen de la humanitat. Agora viene la kosecha amarga. Lo ke se necesita, es un suego anti-Mensch». El suero anti hombre del buen profesor se demostró mortal en un alto porcentaje de casos, y completamente inútil en los sobrevivientes, así que pronto fue abandonado. <<
[11] Considerad la historia de las enfermedades: es tan larga como la vida. Tan pronto algo despierta a la vida, hay algo que espera para enfermarlo. Poneos en el lugar del virus ¿no haríais lo mismo? ¿Cómo, cuándo y dónde comenzó la malaria? Dicen que el sida es una variante sencilla del virus Visna, que se da de natural en las ovejas y siempre resulta fatal. (Vaya, ¿no habrán hecho los pastores alguna travesura, otra vez?). Y algunos dicen que la sífilis empezó cuando el tonto de un pueblo se folló una llama.
Y los temibles SEP. Algún órgano del cuerpo se independiza y crece solo: cerebros enormes guardados en barriles de petróleo con capacidad para doscientos litros; un riñón monstruoso que puede ser usado para diálisis.
Un mal es un bien que daña a todos.
El SEP más temido es Vergas. Ningún tumor, por cierto, sólo una verga grande que continúa agrandándose. El olor, húmedo, podrido y sofocante, es el de algo confinado durante siglos debajo de una campana de vidrio. La verga ya mide un metro de largo, y mientras la víctima la mira, se mueve y crece, y rezuma lubricante por las cuatro hendeduras de su cabeza. La cosa late en espantosa exigencia:
—¡Frótame! ¡Frótame! ¡Frótame!
Para colmo, la víctima no puede evitar que su mano frote el lubricante sobre la punta de su verga. La cosa eyacula, inmediatamente, esparciendo semen hasta el cielorraso y retorciendo el destrozado cuerpo de la víctima en violentos espasmos. La víctima siente cómo se le disuelven los tejidos y los huesos, absorbidos por unos testículos grandes como pelotas de béisbol. En la fase terminal, la víctima se reduce a una crisálida sujeta a un enorme pene; sólo queda su cabeza, ribeteada por un collar de pelos del pubis.
Luego tenemos el sida que se transmite a través del aire y el no menos fatal Rechazos, una peste en la que el sistema inmunológico toma control del cuerpo, rechazando en primer lugar las bacterias intestinales, luego la comida misma, y finalmente las vísceras, y así desechando un órgano tras otro. A las víctimas se las identifica por sus rostros, congelados en una mueca de rechazo, y por una rigidez grosera del gesto, como si fuesen de vidrio. Estas víctimas se aíslan en contenedores improvisados —cajas, carpas, telas de plástico, múltiples máscaras y guantes— todo lo cual rocían constantemente con desinfectante hasta que sucumben de anorexia, deshidratación y obstrucción interna.
También están las enfermedades de los animales: ántrax, aftosa, moquillo maligno, y otras virulencias. El ganado del mundo fue prácticamente aniquilado, a partir de Madagascar. Las ovejas no tuvieron mejor suerte, diezmadas por una variante del virus Visna. Cerdos y cabras parecían más resistentes y, por alguna razón, las especies silvestres eran comparativamente inmunes. Murieron, sin embargo, millones de perros y gatos, lo que es irrelevante pues ya no quedaban dueños que los nutriesen y cuidasen.
Sin duda, se habrían encontrado remedios y vacunas, si no hubiese sido por el aplastante número de casos y la consiguiente falta de tiempo para los cuidados mínimos, por no hablar de la investigación y —más crucial aún— de la falta de personal calificado para implementarlas. Científicos, técnicos, programadores de ordenadores, matemáticos y teóricos fueron prácticamente aniquilados por una peste selectiva conocida como la Enfermedad de Pensar (o las Cabezas de Huevo). <<
[12] En Madagascar hubo una vez una planta caníbal, de dos metros de alto y uno de diámetro, cuyo estómago bulboso era de un verde púrpura. Tentáculos con espinas pegajosas se extendían hacia fuera para capturar y aferrar a su presa, mientras un jugo venenoso inmovilizaba a la desafortunada víctima.
Según un viajero antiguo, los nativos temían y veneraban a esta planta, que tenía la capacidad de proyectar su hambre de un modo tal que no la podían resistir. Por eso desarrollaron la práctica de sacrificar los cautivos a este organismo. Cuando llevaban un cautivo a la planta, los tentáculos se retorcían y se enroscaban, emitiendo olores tan asquerosos, según contaba el observador, que no logró comer durante los diez días siguientes. <<
[13] Hoy los lémures de Madagascar están amenazados de extinción. Cuando los hombres llegaron a la isla por primera vez, hace quince siglos, existían unas cuarenta especies; ahora sólo quedan veintidós, todas considerablemente amenazadas. En algunas partes de la isla, los indígenas cazan a los lémures lerdos por su carne, aunque en otras partes están protegidos por un tabú. La población humana crece rápidamente y podría llegar a doce millones en el año 2000; mientras tanto, la actual deforestación y la agricultura de despojo han destruido el noventa por ciento de la selva original, el hábitat natural del lémur. Se prevé que los lémures de Madagascar podrían extinguirse en sólo cien años, un legado de ciento sesenta millones de años destruido en lo que dura una vida humana.
En un bosque de cuatro hectáreas cerca de Durham, en Carolina del Norte, el Centro de Primates de la Universidad de Duke mantiene una colonia de más de seiscientos prosimios, ante todo lémures, algunos de ellos en recintos naturales semisalvajes. Esta colonia fue creada en Yale en 1958 y trasladada a Duke en 1968. Cuando un lémur con collarín parió ese año, fue la primera vez en cuarenta años, en el mundo, que un lémur cautivo pariese. Desde entonces, más de trescientos lémures han nacido en el Centro de Primates. El director, Elwyn L. Simons, ha establecido buenas relaciones con el gobierno de Madagascar y logró hacer traer a nueve sifakas capturados al recinto de Duke en 1987.
El Centro de Primates de la Universidad Duke precisa apoyo financiero por parte de personas que se interesan en el proyecto. Escribir a DUPC, Duke University, Durham, North Carolina 27706, USA. <<