Marco el número que me dio el agente Davies. Responde enseguida.
Digo:
—La estación de Amtrak de San José, en Cahill Street. ¿Sabe dónde está?
—Sí.
—Taquilla mil cuatrocientos cuarenta. Dentro, hay un maletín con quince millones en diamantes. Sustevich ya va camino hacia allí. Él o alguien que les llevará a él.
—Taquilla mil cuatrocientos cuarenta. Estación de Amtrak —repite Davies, seguramente para información de quien está en la sala con él.
—La persona que la abra trabaja para Sustevich —le digo—. Es su hombre. Ya está, ¿no? Así quedo libre.
—Llévenos a Sustevich —dice Davies—, y quedará libre.