10

Estar acostado sin nada que hacer ni dónde ir era como encontrarse en una alta colina lejos del ruido y de la gente. Era como hacer una excursión a solas. Tenías mucho tiempo para pensar. Pensar en cosas en las que nunca habías pensado. Por ejemplo en ir a la guerra. Estabas tan solo en esa colina que el ruido y la gente no intervenían en absoluto en tus reflexiones. Pensabas para ti sólo sin considerar nada que estuviese fuera de ti. Al parecer pensabas con más claridad y tus respuestas tenían más sentido. Aunque tampoco tenía importancia que tuviesen sentido porque de todos modos no podías hacer nada con ellas.

Pensó hete aquí Joe Bonham tendido como media res para el resto de tu vida ¿y por qué? Alguien te cogió por el hombro y te dijo ven hijo vamos a la guerra. Y tú fuiste. Pero ¿por qué? En cualquier otro trato hasta para comprar un auto o llevar un recado tenías derecho a preguntar ¿y yo qué gano? De lo contrario gastabas mucho dinero en comprar autos que no funcionaban o llevabas recados que te encargaban unos tontos y te morías de hambre. Si alguien venía y te decía vamos hijo haz esto o aquello era una especie de obligación para contigo mismo detenerte y decir veamos señor ¿por qué tengo que hacer esto? ¿para quién y qué saco yo de todo esto? Pero cuando viene un tío y te dice ven conmigo y arriesga tu vida y afronta la muerte y la mutilación entonces no tienes derechos. Ni siquiera tienes el derecho de decir sí o no o lo pensaré. Hay muchas leyes que protegen el dinero de la gente hasta en tiempos de guerra pero no hay nada en los libros que diga que la vida de un hombre le pertenece.

Desde luego muchos tíos se sintieron avergonzados. Alguien dijo vamos a pelear por la libertad y fueron y se hicieron matar sin pensar una sola vez en la libertad. ¿Y al fin y al cabo por qué clase de libertad luchaban? ¿Cuánta libertad? ¿Y quién había concebido esa idea de la libertad? ¿Luchaban por la libertad de comer helados gratis toda la vida o por la libertad de estafar a cualquiera cuando quisieran o por qué? Si le dices a un hombre que no debe robar le quitas una parte de su libertad. Tienes que hacerlo. Por último ¿qué quiere decir libertad? Se trata simplemente de una palabra como casa o mesa o cualquier otra. Sólo que es una palabra especial. Un tío dice casa y puede señalar una casa para demostrarlo. Pero un tío dice vamos a luchar por la libertad y no puede señalarla con el dedo. No puede demostrar de qué está hablando así que ¿cómo diablos puede decirte que luches por ella?

No señor. Cualquiera que fuera al frente a las trincheras a pelear por la libertad era un condenado imbécil y el que le llevaba era un mentiroso. La próxima vez que alguien viniera a hablarme de libertad… ¿qué significaba la próxima vez? Para él no habría próxima vez. Al diablo con todo eso. Si pudiese haber una próxima vez y alguien le dijese vamos a luchar por la libertad él le respondería señor mi vida es importante. No soy un tonto y si cambio mi vida por la libertad tengo que saber por anticipado de qué libertad se trata y quién ha concebido esa idea de libertad de la que hablamos y qué parte de esta libertad nos corresponderá. Más aún señor ¿le interesa a usted esa libertad tanto como pretende que me interese a mí? Quizá tener demasiada libertad resulte tan nocivo como tener muy poca y yo creo que usted es un maldito embustero que habla por hablar de modo que ya he decidido que estoy conforme con la libertad que tengo aquí y ahora. La libertad de caminar y ver y hablar y comer y acostarme con mi chica. Creo que prefiero esa libertad a la de pelear por cosas que no conseguiremos para terminar sin libertad de ninguna especie. Terminar muerto y putrefacto antes de empezar a vivir o terminar convertido en media res. Gracias señor. Luche usted por su libertad. A mí no me interesa.

Por Dios los tíos siempre habían luchado por la libertad. De alguna forma Norteamérica luchó por la libertad en 1776. Muchos murieron. Y por fin ¿acaso Norteamérica tiene más libertad que Canadá o Australia que no pelearon? Tal vez sí no lo discuto sino que sólo pregunto. ¿Acaso es posible señalar a un tío y decir es un norteamericano que luchó por su libertad y cualquiera puede darse cuenta de que se trata de un tío distinto de un canadiense que no luchó? No por Dios no es posible y esa es la cuestión. Así que tal vez muchos tíos con mujeres e hijos que murieron en 1776 no tenían necesidad de morir. De todas formas ahora ya habrían muerto. Por supuesto pero eso no cambia las cosas. Un tío puede pensar que dentro de cien años estará muerto pero no le preocupa. Pero pensar en morir mañana por la mañana y estar muerto para siempre y no ser más que polvo y pudrirse en la tierra ¿eso es libertad?

Esos bastardos siempre luchaban por algo y si alguno se atrevía a decir al diablo con esta lucha todas las guerras son iguales y nadie saca nada bueno de ellas entonces le gritaban cobarde. Si no luchaban por la libertad luchaban por la independencia o la democracia o la autonomía o la honestidad o por el honor o la tierra natal o cualquier otra cosa que no significaba nada. La guerra se hacía para salvaguardar la democracia para los países pequeños. Para todo el mundo. Entonces cuando la guerra se haya terminado el mundo habrá salvado la democracia. ¿Era así? ¿Y de qué clase de democracia se trata? ¿Y cuánta? ¿Y de quién?

Después estaba esa independencia por la que los pobres diablos se hacían matar. ¿Independencia de otro país? ¿Independencia para trabajar enfermarte o morir? ¿Independencia de tu suegra? Por favor señor denos una factura de venta por esa independencia antes de que nos hagamos matar denos una factura bien detallada para que podamos saber por anticipado por qué nos matan y además denos también una primera indemnización en calidad de garantía para asegurarnos de que después de la guerra disfrutaremos del mismo tipo de independencia por la que hicimos el trato.

Otra cuestión la decencia. Todo el mundo decía que Norteamérica luchaba por el triunfo de la decencia. ¿La decencia concebida por quién? ¿Para quién? Hable. Díganos qué es la decencia. Díganos hasta qué punto un hombre muerto decente se siente mejor que un vivo indecente. Haga una comparación con cosas concretas como mesas y casas. Hágala con palabras que podamos entender. Y no hable del honor. ¿El honor de un chino o de un inglés o de un norteamericano o de un mexicano? Ustedes que quieren luchar para resguardar nuestro honor explíquennos qué diablos es el honor. ¿Acaso luchamos para que todo el mundo goce del honor norteamericano? Puede ocurrir que el mundo no esté de acuerdo con eso. Quizá los isleños de los mares del sur prefieran su propio honor.

Por el amor de Dios denos cosas por las que pelear que podamos ver y sentir y tocar y comprender. Basta de discursos pomposos que no significan nada como tierra natal. Madrepatria padrepatria tierranatal. Es todo lo mismo. ¿Para qué coño le sirve a usted su tierra natal después de muerto? ¿De quién es esa tierra natal después de su muerte? Si a usted le matan luchando por su tierra natal es que ha hecho un trato a ciegas. Ha pagado por algo que no obtendrá jamás.

Y cuando no podían enganchar a los pobres diablos para luchar por la libertad o la independencia o la democracia o la decencia o el honor usaban a las mujeres. Miren esos puercos alemanes decían miren cómo violan a las hermosas muchachas francesas y belgas. Alguien tiene que acabar con esa violación. Venga usted jovenzuelo únase al ejército y salve a las hermosas muchachas francesas y belgas. Y entonces el chaval se quedó perplejo y firmó y poco después estalló una granada y su vida se esparció en roja pulpa de carne y quedó muerto. Muerto por otra palabra y por todos los viejos y feroces murciélagos de la DAR[5] que salen gritando ¡viva! sobre su tumba hasta quedarse roncos porque murió por la feminidad.

Ahora bien es posible que un tío arriesgue su vida si sus mujeres fuesen violadas. Pero en ese caso sería sólo una forma de cerrar un trato. Sencillamente diría que en ese momento sentía que la seguridad de sus mujeres valía más que su propia vida. Pero no había nada particularmente noble o heroico en ello. Era un trato claro. Su vida a cambio de algo que él valoraba más.

Pero cuando cambias tus mujeres por todas las mujeres del mundo empiezas a defender a las mujeres en masa. Para hacer eso hay que pelear masivamente. Entonces nuevamente se está luchando por una palabra.

Cuando los ejércitos empiezan a movilizarse y ondean las banderas y brotan las consignas ten cuidado muchacho que no son tuyas las castañas que están en el fuego. Estás luchando por palabras y no estableces un trato honesto. No cambias tu vida por algo mejor. Te portas con nobleza y después de muerto las cosas por las que has cambiado tu vida no te servirán y es posible que tampoco le sirvan a nadie.

Tal vez no sea bueno pensar así. Hay muchos idealistas que dirían ¿hemos caído tan bajo que valoramos la vida por encima de todo? Con seguridad hay ideales por los que vale la pena luchar e incluso morir. De lo contrario somos peores que los animales y hemos caído en la barbarie. Entonces tú respondes de acuerdo seamos bárbaros siempre que no haya guerra. Defendamos los ideales mientras no me cueste la vida. Ellos dirán pero sin duda la vida no es tan importante como los principios. Entonces tú dices ¿ah no? Tal vez la suya no. Pero la mía sí. ¿Qué diablos es un principio? Especifíquelo y quédese con él.

Siempre hay gente dispuesta a sacrificar la vida ajena. Vociferan y hablan todo el tiempo. Se les puede encontrar en iglesias y escuelas y periódicos y legislaturas y congresos. Ese es su negocio. Hablan maravillosamente. Antes muertos que deshonrados. Esta tierra santificada por la sangre. Estos hombres que murieron tan gloriosamente. No habrán muerto en vano. Nuestros nobles muertos.

Hummmmm.

Pero ¿qué dicen los muertos?

¿Acaso alguien uno sólo de los millones que mataron ha vuelto para decir Dios mío me alegro de estar muerto porque la muerte siempre es mejor que la deshonra? ¿Han dicho me alegro de haber muerto por la democracia? ¿Han declarado prefiero la muerte a la falta de libertad? ¿Alguno de ellos ha dicho alguna vez qué suerte que me han volado las tripas por el honor de mi país? ¿Alguno de ellos ha dicho alguna vez mirad estoy muerto pero he muerto por la decencia y eso es mejor que estar vivo? ¿Alguno de ellos ha dicho aquí estoy me he estado pudriendo dos años en una tumba extranjera pero es maravilloso morir por la patria? ¿Alguno de ellos ha dicho ¡viva! he muerto por la feminidad y me alegro veis cómo canto aunque mi boca está obstruida por los gusanos?

Sólo los muertos saben si vale la pena morir por todas esas cosas que suelen decirse. Y los muertos no pueden hablar. De modo que las palabras sobre nobles muertes sangre sagrada y honor y otras por el estilo las ponen en boca de los muertos los ladrones de tumbas y los tramposos que no tienen derecho a hablar en nombre de los muertos. Si un hombre dice antes muerto que deshonrado es un imbécil o un mentiroso porque no sabe qué es la muerte. No puede juzgar. Sólo sabe qué es la vida. Nada sabe acerca de la muerte. Si es un imbécil y cree que es preferible la muerte a la deshonra déjale que vaya y muera. Pero a todos los demás que están demasiado ocupados para luchar tendrían que dejarlos tranquilos. Y a todos los tíos que creen que eso de morir antes de perder el honor es una mentira que piensan que lo importante es la vida y no la muerte tendrían que dejarlos en paz. Porque los que dicen que la vida sin principios no vale la pena que hay que morir por los principios están todos locos. Y los tíos que aseguran que llegará el momento en que no podrás escapar y te verás en la obligación de luchar y morir porque en ello va tu vida también están locos. Hablan como tontos. Dicen que dos más dos no suman nada. Dicen que un hombre tendrá que morir para proteger su vida. Si aceptas pelear aceptas morir. Pero si mueres para proteger tu vida y de todos modos pierdes la vida ¿qué sentido tiene? Nadie dice me moriré de hambre para no morirme de hambre. No dice gastaré todo mi dinero para ahorrar mi dinero. No dice quemaré mi casa para evitar que se incendie. Por lo tanto ¿cómo puede estar dispuesto a morir por el privilegio de vivir? Por lo menos cuando se habla de vivir o morir debería usarse tanto sentido común como cuando se va a la panadería a comprar pan.

Y todos los tíos que murieron los cinco o siete o diez millones que murieron para salvaguardar la democracia en el mundo para salvaguardar palabras sin sentido ¿cómo se sintieron antes de morir? ¿Qué sintieron al ver su sangre derramándose en el barro? ¿Cómo se sintieron cuando el gas invadió sus pulmones y comenzó a devorarlos? ¿Qué sintieron cuando yacían enloquecidos en el hospital y vieron el rostro de la muerte que venía a buscarles? Si aquello por lo cual luchaban era tan importante como para morir entonces también era suficientemente importante como para que pensaran en ello en los últimos momentos de su vida. Era razonable. La vida es excesivamente importante de forma que si la has entregado deberías pensar en los últimos momentos de tu vida a cambio de qué la has entregado. ¿De modo que todos esos chavales murieron pensando en la democracia y la libertad y el honor y la seguridad de la patria y para que vivan para siempre las estrellas y las franjas?

Tienes toda la razón. No pensaron en eso.

Murieron llorando como niños. Pensaron en el porqué de su muerte no en el motivo de su lucha. Pensaron en cosas que un hombre puede entender. Murieron añorando el rostro de un amigo. Murieron sollozando por la voz de una madre un padre una mujer un hijo. Murieron con el corazón destrozado deseando mirar una vez más el lugar donde habían nacido por favor una última mirada. Murieron gimiendo y suspirando por la vida. Sabían qué era lo importante. Sabían que la vida lo era todo y murieron en medio de gritos y llantos. Murieron con una sola idea. La idea quiero vivir quiero vivir.

Él lo sabía.

Él era lo más próximo a un muerto que había en el mundo.

Era un muerto con una mente que aún podía pensar. Conocía todas las respuestas que conocían los muertos y en las que no podían pensar. Podía hablar en nombre de los muertos porque era uno de ellos. Era el primero de todos los soldados que murieron desde que el tiempo es tiempo que conservaba un cerebro para pensar. Nadie podía discutir con él. Nadie podía demostrarle que se equivocaba. Porque nadie más que él lo sabía.

Él podía decirles a todos esos hijos de puta charlatanes asesinos que pedían sangre cuán equivocados estaban. Él podía decir señor no hay nada por lo cual valga la pena morir yo lo sé porque estoy muerto. No hay palabra que valga más que tu vida preferiría trabajar en una mina de carbón en lo más profundo de la tierra y no ver la luz del sol y comer pan y agua y trabajar veinte horas por día. Preferiría eso antes que estar muerto. Cambiaría la democracia por la vida. Cambiaría la independencia el honor la libertad y la decencia por la vida. Os doy todo eso si vosotros me devolvéis la posibilidad de andar y ver y oír y respirar el aire y gustar de mi comida. Quedaos con las palabras devolvedme la vida. No pido una vida feliz. No pido una vida decente o una vida honorable o una vida libre. Estoy más allá de eso. Estoy muerto de modo que simplemente clamo por la vida. Vivir. Sentir. Ser algo que se mueve sobre la tierra y no está muerto. Yo sé qué es la muerte y todos los que hablan de morir por palabras ni siquiera saben qué es la vida.

No hay nobleza alguna en la muerte. Ni siquiera cuando mueres por defender el honor. Ni aun cuando seas el gran héroe de la humanidad. Ni aun cuando seas tan grande que tu nombre nunca sea olvidado y ¿quién es tan grande? Lo más importante es la vida muchachos. Muertos no servís nada más que para los discursos. No os dejéis engañar más. No os deis por aludidos cuando os den palmadas en el hombro y os digan vamos tenemos que luchar por la libertad o cualquier otra palabra.

Sencillamente decid lo siento señor no tengo tiempo para morir estoy muy ocupado y luego daros la vuelta y corred como alucinados. Si os llaman cobardes no prestéis atención porque vuestra tarea es vivir no morir. Si hablan de morir por principios que son más grandes que la vida decid señor usted es un mentiroso. No hay nada más grande que la vida. No hay nada noble en la muerte. ¿Qué tiene de noble estar tendido en la tierra pudriéndose? ¿Qué tiene de noble no volver a ver la luz del sol? ¿Qué tiene de noble que te vuelen las piernas y los brazos? ¿Qué tiene de noble ser un idiota? ¿Qué tiene de noble quedarse ciego y sordo y mudo? ¿Qué tiene de noble estar muerto? Porque cuando usted está muerto señor todo ha terminado. Es el fin. Eres menos que un perro menos que una rata menos que una abeja o una hormiga que un pequeño gusano blanco que se arrastra sobre un montón de mierda. Usted está muerto señor y ha muerto por nada. Está muerto señor. Muerto.